Pfizer es terapia génica ARNm, como Moderna, mientras que AstraZeneca y Johnson & Johnson son tipo ADN. Las verdaderas vacunas son Novavax, Spunik V, Sinopharm, Sinovac, CoviVac, Hipra y otras, que no presentan efectos adversos graves.
Mientras otros países, como Chile, adquirieron vacunas sin efectos adversos graves para vacunar a sus niños, como Sinovac, el gobierno peruano decidió inocularlos con la “vacuna” Pfizer en lugar de verdaderas vacunas, como Novavax, Spunik V, Sinopharm, Sinovac, CoviVac, Hipra y otras (en el mercado todavía no están disponibles la Novavax y la Hipra, pero se podría haber optado por las otras alternativas).
Estudios y recopilación de datos en diversos países, principalmente europeos, señalan un riesgo bajo de miocarditis y de muerte. No sólo eso, médicos alemanes califican de "crimen" la inoculación a los niños.
Otros estudios más preocupantes, pues afectarían a una mayor proporción de los vacunados de todas las edades (¿a todos?), indican que el producto Pfizer, que no es vacuna, sino terapia génica ARNm, altera el sistema inmunológico y causa un sida, pero no por el virus del sida, sino por efecto de este fármaco. Es decir, en el futuro tendríamos que atender a una población immunodeprimida, como los enfermos de sida, que no podrían llevar una vida normal y ocasionarían un gigantesco gasto al Estado, porque Pfizer se ha blindado en contratos leoninos en los que escapa de toda responsabildad.
Silencio ominoso de la Sociedad Peruana de Pediatría
¿Están en la cúpula de la Sociedad Peruana de Pediatría médicos que han trabajado o trabajan directa o indirectamente para las grandes transnacionales farmacéuticas en sus ensayos clínicos? Al menos, en sus campañas para ser elegidos no lo declaran ni los periodistas que entrevistan a médicos hacen esta importante pregunta.
El dinero cierra bocas, ojos y pudre conciencias. Lo cierto es que de la Sociedad Peruana de Pediatría y los pediatras en general pasarán a la historia probablemente como traidores a la salud y los niños peruanos.
El Minsa no advierte en consentimiento “informado” sobre efectos adversos graves de Pfizer, pese a que en los EE. UU. el fabricante lo hace
Como si fuese poco, el Ministerio de Salud (Minsa), hace firmar un consentimiento “informado” a los padres o tutores en el cual no señalan nada sobre los posibles efectos graves, como miocarditis (admitido como advertencia por la propia Pfizer) o las muertes, ni mucho menos sobre sobre la inmunodeficiencia, que no es un estudio de Pfizer.
En el formulario tampoco hay lugar para que la persona que recibirá la inoculación señale si padece de males cardiacos, pese a que se sabe que puede causar miocarditis.
Esto significa que el Minsa está engañando a la población:
- Calificando de “vacuna” al producto Pfizer
- Omitiendo información sobre los efectos adversos graves
- Omitiendo también información sobre la corta duración de los efectos de este caldo pestilente
Además, Pfizer tiene como antecedente, no en vacunas sino en otros productos, el fabricar con una calidad para los Estados Unidos y con otra calidad inferior para los países donde no hay control o lo hay muy bajo, como es en el Perú, a causa de la corrupción.
Esperemos que los políticos, médicos y abogados responsables suspendan esta seudovacunación y exijan se compre verdaderas vacunas para los niños y no sean cómplices de este pésimo ministro de Salud.
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