Las empresas chilenas continúan exponiendo sus complejos raciales en el Perú, pues en Chile, la mayoría niega su sangre indígena y se autoproclaman “blancos” o “arios”, pese al mestizaje y se avergüenzan del porcentaje de sangre nativa que corre por sus venas.
Así, una vez más su publicidad está dominada por modelos caucásicos, como es el caso de su último catálogo, donde colocan de protagonistas a cuatro niñas rubias con sus muñecas también rubias, como señalan varios medios y blogs, entre ellos utero.pe.
De esta forma trasladan su tara de inferioridad al proponer como superior un modelo racial que no es de la mayoría, pues en Chile, aunque hay blancos y menos indígenas que en el Perú, la mayoría de chilenos porta una cuota de sangre autóctona y ellos se discriminan proclamando superiores a los "arios puros", de los cuales hay pocos en Chile y muestran así su verdadera vocación de siervos de la minoría que gobierna en ese país.
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