Por Jose Rainuzzo*
El 8 de octubre, el ministerio de Finanzas noruego, presentó a su parlamento el presupuesto nacional para el 2019 a discusión y aprobación. Entre los puntos a resaltar está la propuesta destinada para la investigación sobre la contaminación provocada por los plásticos en los mares y océanos del planeta.
La tradición de Noruega como país pesquero y acuícola es harto conocida. Es satisfactorio que Noruega quiera ser líder en esta investigación, pero es importante que todo el mundo sea consciente de lo que implica seguir contaminando los mares de todo el planeta.
Para entender el problema de la contaminación de los plásticos en nuestros mares es fundamental pasar revista a algunos datos que puedan ilustrar la situación actual.
Los plásticos modernos que conocemos se desarrollaron a principios de 1900 y la producción en masa fue a partir de 1940. La literatura tiene diferentes números acerca de la cantidad de plásticos que se ha producido en el mundo en forma masiva. Algunos autores indican que desde 1950 se ha producido 9000 millones de toneladas y otros autores afirman que son 280 millones de toneladas los producidos hasta el 2012. Sea el número que fuere la cantidad producida no sería tan relevante si no fuese porque sólo el 9% de la cantidad de plásticos producida se ha podido reciclar.
Un dato importante es que más de la tercera parte de los plásticos son usados como empaque que fácilmente podría ser sustituido por otros materiales no contaminantes.
Del total de desperdicios que se encuentra en el mar entre el 60 y 80% proviene de los plásticos y de toda la producción de plásticos se calcula que el 10% termina en el mar.
Para entender mejor la problemática tenemos que conocer en qué forma terminan estos plásticos en el mar ya que las consecuencias son no solamente negativas para la vida marina sino que esto nos afecta a todos.
Cuando los plásticos llegan el mar se degradan en partículas más pequeñas llegando a niveles de micro y nano partículas. Los llamados micro plásticos contienen partículas entre 1 y 5 milímetros (mm) y los nano plásticos partículas entre 1 y 100 nanómetros (nm). Si desintegráramos una bolsa plástica en nanopartículas de 40 nm ésta abarcaría una extensión de 2600 m2 en la superficie del mar. Ahora para tener una idea de la dimensión de nanopartículas podemos decir que el diámetro de un cabello humano es de aproximadamente 40 micrómetros (um) o sea 1000 veces más grande que estas nanopartículas de la bolsa plástica del ejemplo.
La diferencia que importa más entre micro y nanopartículas, aparte del tamaño, es el efecto en las especies acuáticas pues las nano partículas pueden atravesar la membrana celular de los organismos y los efectos mayormente son desconocidos para la ciencia.
Cabe señalar que debido a la densidad propia de estas partículas (micro y nano) éstas van a encontrarse mayormente en la superficie del mar y afectarán primeramente a especies en contacto pero debido a la dinámica de los mares y cadena alimenticia estas partículas fácilmente llegarán a otras especies de la cadena trófica.
Es importante que la población sea consciente del peligro que enfrentamos de seguir contaminando con plásticos nuestros mares y que envenenan a las especies acuáticas que tarde o temprano tendríamos que dejar de consumir.
La investigación para remover todos estas micro y nano plásticos del mar va a llevar tiempo pero es loable el esfuerzo de muchos países como Noruega en financiar la investigación en el tema.
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* PhD Consultor Independiente, Oslo-Noruega
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