La velocidad del viento y la altura de las olas en los océanos ha aumentado desde 1985, afirman los científicos.
La velocidad del viento sobre el océano y la altura de las olas son importantes para muchos procesos atmosféricos y oceánicos: por ejemplo, el viento determina la transferencia de calor y el movimiento del dióxido de carbono entre la atmósfera y el océano, mientras que la altura de las olas es crítica cuando las zonas costeras están inundadas.
Los autores del reciente estudio publicado en la revista Science señalan que la identificación de pequeñas tendencias, incluidas las relacionadas con el cambio climático, en las fluctuaciones de estos parámetros es una tarea bastante difícil.
Ian Young de la Universidad de Melbourne y Agustinus Ribal de la Universidad de Hasanuddin de Indonesia utilizaron observaciones satelitales de 13 altímetros, 11 radiómetros y siete dispersómetros de 31 satélites desde 1985 hasta 2018, que luego compararon con datos de 80 boyas oceánicas. Por lo tanto, los investigadores obtuvieron la mayor variedad de datos de velocidad del viento y altura de las olas disponibles en la actualidad.
Los científicos han descubierto tendencias débiles, pero estadísticamente significativas en la velocidad del viento en el océano Austral, las partes del sur del Pacífico y Atlántico, y en el norte del Atlántico, de uno a dos centímetros por segundo por año. En lo que tuvo que ver con la altura de las olas, el panorama es más complicado: la tendencia positiva persistió en el océano Austral y en partes del Atlántico, mientras que en el Pacífico Norte, en cambio, la tendencia fue negativa. En otras partes de los océanos, la tendencia no se notó, o no fue significativa.
En particular, ambas tendencias fueron más pronunciadas en el océano Austral, donde la velocidad máxima del viento durante el período analizado aumentó en un 1,5 metros por segundo, o en un 8%, mientras que la altura máxima de las olas aumentó en 30 centímetros, o un 5%. Los autores señalan que sus resultados se confirman para cada una de las herramientas satelitales utilizadas por ellos, lo que, en su opinión, elimina los errores asociados con la mala calidad de los datos.
Además del viento y las olas, el cambio climático también afecta el color del océano: debido al impacto en las comunidades de fitoplancton, hará que las partes verdes de los océanos sean más verdes y las azules aún más azules. En total, para 2100, según cálculos de científicos estadounidenses y británicos, el color cambiará en aproximadamente la mitad del océano, y esto se notará desde los satélites.
Sputniknews, 28.04.2019