El 95% de nuestros alimentos se producen directa o indirectamente en nuestros suelos. Al menos, el 25% de los suelos agrarios del mundo están degradados de manera severa y existe una pérdida del 75% de la biodiversidad de los cultivos a escala mundial, según recalca la Fundación Global Nature en el Día Mundial del Suelo, que se celebra este 5 de diciembre.
Como consecuencia, según esta ONG, están en juego una gran cantidad de servicios ecosistémicos asociados a los suelos vivos, que ayudan a frenar el cambio climático, asegurar nuestra seguridad alimentaria y la vida de muchas especies. Necesitamos frenamos la “muerte” paulatina de nuestros suelos y eso pasa por entender qué motivos son los que los degradan.
La biodiversidad necesita una tregua ante la degradación que en los últimos años está sufriendo el suelo, que ya alcanza un tercio de la superficie agraria total. Fundación Global Nature presenta 10 razones por las que se mueren nuestros suelos, porque identificando el problema, es más sencillo poner soluciones efectivas.
Suelo exhausto: su contenido en nutrientes se encuentra desequilibrado y la materia orgánica, base de su vida, es escasa.
Suelo desprotegido: descubierto, expuesto a altas temperaturas, radiación solar o lluvias torrenciales, que lo castigan y limitan su capacidad de regeneración.
Suelo envenenado: receptor de pesticidas que limitan su dinamismo y capacidad de depuración.
Suelo alterado: su estructura se encuentra desintegrada por un laboreo continuo y profundo que mezcla diferentes capas, dificultando el asentamiento de la vida.
Suelo compactado: con dificultades para infiltrar el agua, albergar oxígeno, limita el crecimiento de plantas y microorganismos.
Suelo salinizado: por causas naturales o ejercidas por el ser humano, un exceso de fertilización química o el uso de aguas de peor calidad son factores que deprimen su capacidad para albergar vida.
Suelo contaminado: la presencia de macro y microplásticos es una constante en la mayoría de los suelos agrícolas, pudiendo incluso pasar a los alimentos que consumimos.
Suelo sobrepastoreado: donde las plantas que lo cubren y sus raíces, encargadas de que el ciclo de los nutrientes funcione correctamente, no tienen el tiempo de reposo necesario para que puedan recuperarse.
Suelo infrapastoreado: donde la ausencia de herbívoros, impide que se active la bomba de carbono que necesita el suelo para que funcione el ciclo de la materia orgánica; Un proceso maravilloso, donde las plantas que al ser mordidas, activan su mecanismo único para convertir la energía del sol en carbono y donde las heces del ganado, permiten llenar de vida descomponedora el suelo y así incorporar esa materia orgánica.
Suelo erosionado: que pierde los primeros centímetros de suelo donde está toda la vida más importante.
Entender la vida del suelo
Global Nature recalca que el suelo realiza muchas funciones que condicionan la producción de alimentos y se traducen en mejoras productivas de los cultivos. Y para hacerlas correctamente, necesitan estar vivos. Se trata, por tanto, de ser conscientes de que el suelo es un ser vivo, en concreto, es un pequeño gran ecosistema: hasta 1000 especies de invertebrados viven en 1 m² de suelos, esto es, el 25% de la biodiversidad de nuestro planeta.
Los seres diminutos que mantienen vivos los suelos son base para la existencia del resto animales y plantas del planeta, son los responsables de mantener los ciclos de nutrientes, descomponen la materia orgánica, desempeñan un papel clave en el suministro de agua limpia, permiten aumentar la resiliencia frente a las inundaciones y la sequía y mantienen a raya enfermedades y plagas del suelo, entre otras funciones imprescindibles. Y hay muchas causas que los están dañando. Porque en suelos donde no existe esa vida, esos microorganismos, la fertilidad se reduce considerablemente y las plantas, nuestros alimentos, no pueden crecer o lo hacen sin calidad y a costa de degradar aún más ese suelo.
Las principales soluciones pasan por trabajar a pie de campo, mirar más al suelo y desarrollar iniciativas que aúnen a diferentes expertos para crear iniciativas. En Global Nature existen iniciativas que están obteniendo resultados interesantes esta línea como:
Naturaleza Pastoreada a través de entender el manejo del pastoreo como herramienta de conservación del suelo y la naturaleza, siempre teniendo en cuenta la necesidad y valor natural de cada espacio.
AgriAdapt, que acompaña a los agricultores para comprender los frenos que existen en su adaptación frente al cambio climático y trabajar de forma conjunta para superarlos.
Tanto Naturaleza Pastoreada como AgriAdapt cuentan con el apoyo de Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través de la Convocatoria de subvenciones para la realización de proyectos que contribuyan a implementar el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (2021-2030).