Microsoft se enriquece con la brutal explotación de trabajadores chinos
La triste realidad de la brutal explotación humana tras la máscara de industrialización dela China
Con un horario de 15 horas diarias de trabajo, a tan sólo 52 céntimos de dólar por hora, los trabajadores de una planta de accesorios para Microsoft en la China no resisten y caen dormidos a la hora de alimentarse.
La triste realidad de la brutal explotación humana tras la máscara de industrialización dela China
Con un horario de 15 horas diarias de trabajo, a tan sólo 52 céntimos de dólar por hora, los trabajadores de una planta de accesorios para Microsoft en la China no resisten y caen dormidos a la hora de alimentarse.
La foto muestra rabajadoras chinas rendidas de sueño en sus escasos 10 minutos que tienen para su almuerzo.
Las condiciones laborales hablan por sí solas de la triste explotación del ser humano en la China, que se proclamó comunista y protectora del proletario y que ahora quiere vender la imagen de país de gran producción para el mundo a costa de aplastar a los trabajadores en condiciones infrahumanas.
Para proveer a Microsoft de ratones y web cams a bajo costo las empleadas deben soportar las 15 horas de trabajo durante seis de los siete días de la semana con temperaturas de 30 grados en ambientes hacinados.
La foto que se difunde proviene de la empresa KYE Systems de Dongguan, China, que se obtuvo tras tres años de investigación del National Labour Committee (NLC), organización de derechos humanos que actúa en todo el mundo y denunció este caso a la prensa internacional.
La descripción es dantesca, las labores comienzan a las 07:45 y terminan a las 22:55 horas, a veces con un hacinamiento de mil trabajadores para un ambiente de 32x32 metros.
Estos esclavos no tienen derecho a hablar ni a escuchar música y les dan alimentos pobres de las cafeterías de la empresa, no tienen tiempo para ducharse. Además deben limpiar los servicios higiénicos.
En vista de que la empresa les absorbe todo el tiempo humanamente disponible, ya no tienen tiempo de ir a sus casas y deben dormir en tugurios de la empresa con habitaciones donde deben caber 14 personas y están obligados a comprar sus colchones. Para su aseo, como no les permiten ducharse, se limpian con una esponja y un balde.
Para colmo del abuso, siendo la mayoría mujeres jóvenes, por lo general sufren acoso sexual. Una de las trabajadoras dijo a NLC “no trabajamos para vivir, vivimos para trabajar, somos como prisioneros, no tenemos vida, sólo trabajo”.
Uno de los hechos denunciados detalla que una trabajadora fue multada por perder un dedo cuando operaba una máquina.
Otro de los terroríficos aspectos es la falta de sueño, pues si no trabajan sobretiempo tienen sólo 770 yuanes (US$111.98 mensuales), lo cual no alcanza para mantener a una familia, por lo cual trabajan hasta quedar exhaustos.
Pero no es sólo Microsoft la beneficiaria de esta esclavitud, también figuran como clientes Hewlett-Packard, Samsung, Foxconn, Acer, Logitech y Asus.
Por su parte, Microsoft declaró que investigará las denuncias.
Tenemos pues que la gigante China engaña al mundo parándose sobre la cruel esclavitud de los trabajadores, método con el cual rompen mercados en diversos países.
No son de extrañar las denuncias sobre maltrato laboral de parte de la empresa china Shougang. Si los empresarios chinos tiene estas costumbres, los sindicatos, gremios y el ministerio de Trabajo deben ejercer una estrecha vigilancia y sanción en caso de violarse las leyes peruanas.
Bienvenida la inversión, pero la inversión responsable y de preferencia que provenga de países donde se respetan los derechos laborales.
Las condiciones laborales hablan por sí solas de la triste explotación del ser humano en la China, que se proclamó comunista y protectora del proletario y que ahora quiere vender la imagen de país de gran producción para el mundo a costa de aplastar a los trabajadores en condiciones infrahumanas.
Para proveer a Microsoft de ratones y web cams a bajo costo las empleadas deben soportar las 15 horas de trabajo durante seis de los siete días de la semana con temperaturas de 30 grados en ambientes hacinados.
La foto que se difunde proviene de la empresa KYE Systems de Dongguan, China, que se obtuvo tras tres años de investigación del National Labour Committee (NLC), organización de derechos humanos que actúa en todo el mundo y denunció este caso a la prensa internacional.
La descripción es dantesca, las labores comienzan a las 07:45 y terminan a las 22:55 horas, a veces con un hacinamiento de mil trabajadores para un ambiente de 32x32 metros.
Estos esclavos no tienen derecho a hablar ni a escuchar música y les dan alimentos pobres de las cafeterías de la empresa, no tienen tiempo para ducharse. Además deben limpiar los servicios higiénicos.
En vista de que la empresa les absorbe todo el tiempo humanamente disponible, ya no tienen tiempo de ir a sus casas y deben dormir en tugurios de la empresa con habitaciones donde deben caber 14 personas y están obligados a comprar sus colchones. Para su aseo, como no les permiten ducharse, se limpian con una esponja y un balde.
Para colmo del abuso, siendo la mayoría mujeres jóvenes, por lo general sufren acoso sexual. Una de las trabajadoras dijo a NLC “no trabajamos para vivir, vivimos para trabajar, somos como prisioneros, no tenemos vida, sólo trabajo”.
Uno de los hechos denunciados detalla que una trabajadora fue multada por perder un dedo cuando operaba una máquina.
Otro de los terroríficos aspectos es la falta de sueño, pues si no trabajan sobretiempo tienen sólo 770 yuanes (US$111.98 mensuales), lo cual no alcanza para mantener a una familia, por lo cual trabajan hasta quedar exhaustos.
Pero no es sólo Microsoft la beneficiaria de esta esclavitud, también figuran como clientes Hewlett-Packard, Samsung, Foxconn, Acer, Logitech y Asus.
Por su parte, Microsoft declaró que investigará las denuncias.
Tenemos pues que la gigante China engaña al mundo parándose sobre la cruel esclavitud de los trabajadores, método con el cual rompen mercados en diversos países.
No son de extrañar las denuncias sobre maltrato laboral de parte de la empresa china Shougang. Si los empresarios chinos tiene estas costumbres, los sindicatos, gremios y el ministerio de Trabajo deben ejercer una estrecha vigilancia y sanción en caso de violarse las leyes peruanas.
Bienvenida la inversión, pero la inversión responsable y de preferencia que provenga de países donde se respetan los derechos laborales.