El 1.° de Mayo y el “trabajo decente”
Por Humberto Campodónico
El Día del Trabajo ha sido, tradicionalmente, el día de los asalariados, aquellos que trabajan para un empleador. Sin embargo, hoy en día los asalariados en el Perú son claramente una minoría. Formando parte de “los que trabajan” ahora también están los informales, los mineros artesanales, los ambulantes y muchos más (algunos también consideran a los microempresarios, que tienen empresas familiares).
Es conocido el hecho de que los asalariados han visto decaer sus salarios en los últimos 15 a 20 años, además que han perdido buena parte de sus derechos (condiciones de trabajo, “services”, vacaciones, CTS, sindicalización, negociación colectiva, entre otros). Pero, desde nuestro punto de vista, estaba faltando un indicador que nos muestre de manera clara las condiciones de los asalariados.
Contribuye a llenar ese vacío un reciente trabajo de Julio Gamero (1. Se trata del “trabajo decente”, el mismo que debe cumplir con cinco condiciones básicas, a partir de indicadores llamados básicos y complementarios, diseñados por el Ministerio de Trabajo de Argentina.
Los indicadores básicos (IB) son el tipo de contrato (con o sin contrato) y el ingreso laboral (menor o mayor al salario mínimo vital), mientras que los indicadores complementarios (IC) son la duración de la jornada de trabajo (hasta 48 horas) y si se tiene o no un seguro de salud y acceso a algún sistema de pensiones.
A partir de allí, tomando como base la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) del 2008 se establecen cinco indicadores para saber cómo están los asalariados (que son el 39% de la PEA de 15 millones de personas) y los no asalariados (que son el 61% de la PEA).
Definidos esos parámetros se construye un indicador final por el cual se establecen 5 niveles en la escala del Índice de Trabajo Decente. En el Nivel 1 se cumple con todos los IB e IC, mientras que en el Nivel 2 se cumple solo con todos los IB. En el Nivel 3 se cumple por lo menos con uno de los IB, mientras que en el Nivel 4 no se cumple con los IB, pero sí con al menos uno de los IC. Finalmente, en el Nivel 5 no se cumple con ningún indicador.
Los resultados son sorprendentes: solo el 19% de los asalariados está en el Nivel 1, es decir, se cumple con los IB e IC y, por tanto, tiene un “trabajo decente”. Un 25% de los asalariados está en el Nivel 2, o sea que trabajan más de 48 horas y no tienen seguro de salud ni sistema de pensiones. El 55% restante está en los Niveles 3, 4 y 5: o sea con trabajos superprecarios.
La cosa es peor con los no asalariados, pues casi no están en la foto de los Niveles 1 y 2. El 25% está en el Nivel 3 y nada menos que el 61% está en el Nivel 4. Así, para los no asalariados se puede decir que “desconocen mayormente” el hecho de trabajar menos de 48 horas, tener seguro de salud o una pensión de jubilación.
El texto de Gamero aborda toda una gama de facetas que no podemos comentar en este artículo: el Trabajo Decente por sexo, por edades y, también, por Regiones. Se demuestra que las mujeres tienen menos trabajo decente que los hombres y que en Huánuco, Piura y Amazonas se encuentra la mayor cantidad de asalariados en los Niveles 4 y 5.
Una cosa más antes de terminar: el estudio se realiza con la ENAHO del 2008, es decir, en el punto más alto del boom económico que comenzó en el 2002. Lo que quiere decir que desde el 2009 a la fecha la cosa ha empeorado. No es mucho, entonces, lo que tienen que celebrar los asalariados y los no asalariados en este 1º de mayo. Más bien hay que hacer todo lo posible para acabar con el trabajo indecente que, hoy, asola al Perú.
(1) A un año del TLC con EE. UU, Un enfoque desde el trabajo decente, marzo del 2010, en Red de Globalización con Equidad, www.redge.org.pe.
www.cristaldemira.com
Contribuye a llenar ese vacío un reciente trabajo de Julio Gamero (1. Se trata del “trabajo decente”, el mismo que debe cumplir con cinco condiciones básicas, a partir de indicadores llamados básicos y complementarios, diseñados por el Ministerio de Trabajo de Argentina.
Los indicadores básicos (IB) son el tipo de contrato (con o sin contrato) y el ingreso laboral (menor o mayor al salario mínimo vital), mientras que los indicadores complementarios (IC) son la duración de la jornada de trabajo (hasta 48 horas) y si se tiene o no un seguro de salud y acceso a algún sistema de pensiones.
A partir de allí, tomando como base la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) del 2008 se establecen cinco indicadores para saber cómo están los asalariados (que son el 39% de la PEA de 15 millones de personas) y los no asalariados (que son el 61% de la PEA).
Definidos esos parámetros se construye un indicador final por el cual se establecen 5 niveles en la escala del Índice de Trabajo Decente. En el Nivel 1 se cumple con todos los IB e IC, mientras que en el Nivel 2 se cumple solo con todos los IB. En el Nivel 3 se cumple por lo menos con uno de los IB, mientras que en el Nivel 4 no se cumple con los IB, pero sí con al menos uno de los IC. Finalmente, en el Nivel 5 no se cumple con ningún indicador.
Los resultados son sorprendentes: solo el 19% de los asalariados está en el Nivel 1, es decir, se cumple con los IB e IC y, por tanto, tiene un “trabajo decente”. Un 25% de los asalariados está en el Nivel 2, o sea que trabajan más de 48 horas y no tienen seguro de salud ni sistema de pensiones. El 55% restante está en los Niveles 3, 4 y 5: o sea con trabajos superprecarios.
La cosa es peor con los no asalariados, pues casi no están en la foto de los Niveles 1 y 2. El 25% está en el Nivel 3 y nada menos que el 61% está en el Nivel 4. Así, para los no asalariados se puede decir que “desconocen mayormente” el hecho de trabajar menos de 48 horas, tener seguro de salud o una pensión de jubilación.
El texto de Gamero aborda toda una gama de facetas que no podemos comentar en este artículo: el Trabajo Decente por sexo, por edades y, también, por Regiones. Se demuestra que las mujeres tienen menos trabajo decente que los hombres y que en Huánuco, Piura y Amazonas se encuentra la mayor cantidad de asalariados en los Niveles 4 y 5.
Una cosa más antes de terminar: el estudio se realiza con la ENAHO del 2008, es decir, en el punto más alto del boom económico que comenzó en el 2002. Lo que quiere decir que desde el 2009 a la fecha la cosa ha empeorado. No es mucho, entonces, lo que tienen que celebrar los asalariados y los no asalariados en este 1º de mayo. Más bien hay que hacer todo lo posible para acabar con el trabajo indecente que, hoy, asola al Perú.
(1) A un año del TLC con EE. UU, Un enfoque desde el trabajo decente, marzo del 2010, en Red de Globalización con Equidad, www.redge.org.pe.
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