Alemania no será capaz de compensar el declive de los países vecinos, advierten expertos.
Durante el segundo trimestre de este año, el PIB tanto de la zona euro como de toda la Unión Europea cayó en un 0,2%, según la oficina estadística de la Comisión Europea, Eurostat. La tendencia es amenazadora, según expertos.
Sin embargo, esta caída no permite hablar aún de una recesión técnica en la UE, ya que en el período que va de enero a abril Alemania compensó el declive de las economías española e italiana. Por ese motivo, aún no se acumulan dos trimestres consecutivos de retroceso, condición requerida para considerar que la región se encuentra en recesión.
Pero los datos más recientes muestran que el último baluarte de la zona euro ya no es tan resistente. Las tasas del crecimiento de la economía alemana, la más grande de Europa, se han desacelerado. Si durante los primeros tres meses de 2012 el PIB de Alemania aumentó un 0,5%, durante el segundo cuarto el crecimiento se ubicó en el 0,3%. En cuanto a la segunda mitad de 2012, los expertos hacen pronósticos incluso más pesimistas: predicen que es muy poco probable que el país sea capaz de mantener un porcentaje positivo.
“Un 40% de las exportaciones alemanas va dirigido a los países de la zona euro, lo que incrementa su dependencia de la situación de las economías periféricas”, explican analistas de UniCredit Bank AG. Cabe recordar que a finales de julio, la agencia Moody’s rebajó la calificación del potencial crediticio de Alemania de estable a negativa.
En cuando al segundo pilar de la zona euro, Francia, que tuvo 11 períodos seguidos de crecimiento después del primer semestre de 2009, en el segundo cuarto de 2012 se ‘balanceó’ entre crecimiento y declive, según el Eurostat. Para el tercer trimestre del año, el Banco Central galo avizora una reducción del PIB del 0,1%. Explica que la recesión se deberá al deterioro de la situación del sector automotriz y a los recortes del gasto público, para cumplir con el plan de reducción del déficit fiscal que prevé ajustes por 33.000 millones de euros para fines de 2013.