El congresista nacionalista Isaac Mekler Neiman criticó hoy duramente la exposición de la Ministra de Comercio Exterior, Mercedes Aráoz en el Pleno del Congreso de la República, afirmando que el Tratado de Libre Comercio (TLC) –y su adenda– con los Estados Unidos son producto de una negociación en la que la representación peruana se ha arrodillado ante el imperio norteamericano.
Dijo que el Partido Nacionalista no está en contra de la firma de un acuerdo comercial con los EE.UU, sino que no está de acuerdo con una negociación genuflexa como lo ha hecho el equipo negociador peruano liderado por la Ministra Aráoz, de quien dijo conoce más el Congreso norteamericano que el peruano.
Durante su exposición en el Pleno expresó: “Esta muy mal el poco tiempo dispuesto para el debate de la adenda. El Ejecutivo ha tenido un año para tratar el tema del TLC y nosotros, los congresistas, solo cinco minutos”, reclamó, haciendo entrega figurativamente de un libro (“Etica de amador” de Fernando Savater) a la bancada “alanista” cuya lectura – dijo – puede ser entendida hasta por un niño, a propósito de la promesa electoral del presidente Alan García de la renegociación del TLC y el retiro de la firma del ex presidente Alejandro Toledo.
Subrayó que los dos partidos (Demócrata y Republicano) más importantes de los Estados Unidos reafirmando su gobernabilidad acordaron el texto del TLC con el Perú, mientras que en nuestro país la negociación se ha hecho en secreto y recién hoy se ha hace público. “Qué aportó el Perú en estas enmiendas, si no hemos tenido opinión, ni mucho menos nos han invitado a los EE.UU. El Partido Nacionalista no fue por dignidad y yo no fui para arrodillarme, porque además mi religión me lo prohibe”, expresó.
Mostrando un mapa sobre la deforestación en el país, argumentó su posición recordando que el 12 de julio el Ejecutivo concesionará 14 lotes de bosques a las petroleras, preguntando al Pleno: “Ahora quién protegerá el medio ambiente peruano si el gran depredador (EE.UU) viene a cuidar nuestra madera, nuestros bosques, cuando retiró su firma del Tratado de Kyoto; ahora él será quien decida qué autoridad local va a cuidar nuestros bosques. “¿Vamos a poner al gato en el despensero?. Yo no entiendo”, volvió a preguntar ante el alboroto y la protesta de la bancada aprista.
