soldadorFélix Jiménez, Economista Ph. D. Profesor Principal de la PUCP

La diversificación productiva debe tener como propósito endogenizar el crecimiento económico para integrar el país y resolver sus problemas estructurales. Lo que el país produce y vende en los mercados internacionales, pero también en el mercado nacional, revela el tipo de estructura productiva que tiene y la manera como crece y acumula capital. Estructura productiva y estilo de crecimiento explican lo que ocurre con la productividad promedio y con las productividades sectoriales. Lo que produce y vende con esta estructura y estilo de crecimiento revela, además, si el país tiene capacidad para alcanzar el nivel de la tecnología de los países más desarrollados. Por tanto, cuando la estructura y el estilo de crecimiento no favorecen a la producción de transables (agricultura, agroindustria y manufactura) y se crece con el liderazgo de los sectores no-transables de baja productividad y de la exportación de minerales, se refuerza este rasgo estructural con todos sus efectos negativos sobre el empleo y la productividad, se mantiene la desconexión de la economía con la geografía y demografía, y se acrecienta la vulnerabilidad externa de la economía. Por eso, la política de diversificación debe orientarse a transformar esta estructura y a endogenizar el estilo de crecimiento y acumulación de capital.

 Fallas de mercado y la política de diversificación

Hacer dependiente la política de diversificación de las fallas de mercado es reduccionismo puro. Si bien se orienta a superar algunos problemas críticos de los países subdesarrollados (insuficiencia de oferta y calidad educativa, déficit de infraestructura, gastos públicos reducidos en investigación y desarrollo, ausencia de programas de mejoramiento de la calidad de la mano de obra, etc.), deja de lado otros temas, igual o más importantes, como son las fallas estructurales de la economía (la ausencia de mercados internos, las desarticulaciones y heterogeneidades tecnológicas entre sectores, la desconexión de las poblaciones de la sierra y de la selva de la economía moderna, el atraso de la agricultura, etc.). Este enfoque reduccionista es, por esta razón, funcional al modelo económico neoliberal.

El enfoque de diversificación para endogenizar el crecimiento económico es mucho más amplio.

Enfocarse solo en las fallas de mercado tiene, además, otros problemas. Para empezar no hay fallas donde no hay mercados; hay que crearlos para integrar el país y para que el tipo de trabajo que realizan las personas exprese el grado de su conexión con la sociedad.

De otro lado, el enfoque de las fallas de mercado supone que los modelos de mercados competitivos son básicamente correctos.

Estos modelos hacen énfasis en la conducta de los agentes orientada a la maximización de beneficios, y no toman en cuenta que hay otros objetivos de la empresa privada, como el aumento de su participación en el mercado, o la existencia de inversionistas que privilegian el corto plazo en la evaluación de sus posibilidades de beneficios (véase, por ejemplo, Nelson y Pack 1998).

Además, el enfoque de las fallas de mercado es supply side. No basta con enfrentar los problemas de oferta de factores, de insumos y de tecnología. Hay que resolver también los problemas de demanda de estos factores. Y en este tema, ciertamente, tiene papel importante la intervención del Estado.

Por último, como señalan Hausmann y Rodrik (2003), hay fallas del propio sector privado como el denominado problema del autodescubrimiento, y que es el caso que explica por qué las inversiones privadas para diversificar la economía no se expanden por la sierra y la selva del país.

Los inversionistas vacilan en invertir en nuevas actividades porque temen asumir todos los costos de un fracaso posible o terminar compartiendo las ganancias con competidores que aparecieron después.

Por eso, dicen Hausmann y Rodrik, se requiere que el Estado intervenga limitando la competencia en las nuevas actividades.

Entono internacional y la política de diversificación

La política de diversificación no puede ser la misma de la época de la sustitución de importaciones. Otro era el entorno internacional en el que operaban los gobiernos y las empresas. El actual entorno internacional de mercados libres es funcional al estilo de crecimiento que reproduce los problemas estructurales de la economía. Por tanto, la política de diversificación productiva debe privilegiar el contexto nacional. Hay que integrar la economía y sociedad, reduciendo al mismo tiempo su vulnerabilidad externa.

La propuesta de vincular la economía a las cadenas de valor y de comercio internacional, no es, por lo tanto, la solución a los problemas de la economía peruana. No resuelve, por ejemplo, el problema de la dependencia de la economía de las fluctuaciones en los mercados internacionales.

De otro lado, la literatura sobre el tema de las cadenas revela que hay una relación desigual entre las empresas internacionales grandes y las empresas pequeñas de países como el nuestro. Las primeras «deciden dónde comprar, dónde invertir, y dónde localizar la actividad industrial»; por lo tanto, el rendimiento de los pequeños productores depende de las decisiones de las grandes empresas. Y, lo que es más grave, estas grandes empresas determinan las políticas económicas y de comercio de nuestros países.

A modo de conclusión

El actual entorno internacional pone límites a la política de diversificación. Para contrarrestarlos hay enraizar los motores del crecimiento en los mercados internos, sin olvidar que en el contexto internacional actual el tipo de cambio es uno de los principales instrumentos de la diversificación productiva.

La Primera, Lima 31-05-2014

 

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