Doe Run: Que se meta la mano al bolsillo (*)
Por Humberto Campodónico
www.cristaldemira.com
La pérdida de un crédito revolvente de US$ 75 millones que Doe Run Perú (DRP) tenía con el Banco de Crédito y el Paribas ha movilizado intensamente a diversas figuras políticas toda la semana pasada.
2005 | 2006 | 2007 | 2008 (Ene-Set) | Total 2005-2008 | |
1. Ventas netas | 623.0 | 11.81.3 | 1471.2 | 1172.6 | |
2. Depreciación y Amortización | 19.8 | 28.2 | 41.7 | 18.6 | 108.3 |
3. Utilidad Operativa | 28.6 | 96.6 | 145.7 | 88.1 | |
4. Utilidad Neta | 47.9 | 120.2 | 183.5 | 48.3 | 399.9 |
5. Flujo Neto (2+4) | 67.7 | 148.3 | 225.3 | 67,0 | 508.3 |
El congresista Jorge del Castillo fue al Consejo de Ministros a decir que se venía la “crisis sistémica” si DRP cierra. Y PPK saltó al ruedo pidiendo ayuda para DRP como antes, cuando fue ministro de Belaunde, la “ayudó” con el tristemente célebre Fondo de Compensación Minera.
DRP es dueña del Complejo Metalúrgico de La Oroya y su principal actividad es la refinación de concentrados de plata, cobre, zinc, plomo y oro, que representan el 32%, 26%, 21%, 10% y 3% de sus ventas netas, respectivamente. Los concentrados los compra, en un 75%, a empresas mineras de la zona, mientras que el 25% restante viene de su mina Cobriza, en Cerro de Pasco (*).
El crédito revolvente de US$ 75 millones se usa como capital de trabajo para comprar esos concentrados. La pregunta es: ¿cómo es posible que en 3 años de precios extraordinariamente altos de los minerales, DRP no haya podido generar flujos de ingresos y utilidades que le permitan enfrentar este periodo de baja de precios (que siguen siendo superiores a los del 2004).
La respuesta es que las Utilidades Netas de DRP sí aumentaron del 2005 al 2008, llegando a US$ 400 millones (hasta setiembre del 2008), mientras que la depreciación fue US$ 108 millones. En total, DRP generó US$ 508 millones (ver cuadro).
¿Por qué no puede pagar, entonces, un crédito de US$ 75 millones? Para responder se debe tomar en cuenta que, en el 2006, Doe Run se comprometió a inversiones para cumplir con el Programa de Saneamiento Ambiental (PAMA) para solucionar la contaminación de La Oroya, una de las más altas del mundo.
Este nuevo PAMA es la ampliación del anterior, que la empresa no pudo cumplir. El compromiso fue de US$ 173 millones, los cuales han sido superados: según Osinergmin, DRP invirtió US$ 227 millones hasta enero del 2009. Sin embargo, debido a la ampliación de las inversiones, a DRP aún le faltan US$ 75 millones adicionales.
La suma de los dos problemas financieros (la pérdida del préstamo y las inversiones adicionales para el PAMA) son los motivos dados por DRP para la paralización de las actividades, la búsqueda del apoyo estatal para “reflotar” el préstamo y la ampliación del plazo para el PAMA.
Sin embargo, el flujo generado de US$ 508 millones alcanza ampliamente para que DRP cumpla con sus obligaciones. Por tanto, DRP podría usar sus utilidades de años anteriores para enfrentar los problemas de hoy. Pero, dicen algunos, la cuestión es que probablemente esas utilidades ya no estén en el Perú, pues el Sr. Ira Rennert, dueño de DRP, es conocido por manejos non sanctos.
Pero no parece que esta vez el Sr. Rennert haya podido sacar el dinero del Perú, pues la Resolución Ministerial 257-EM de mayo del 2006, que autoriza la ampliación del PAMA, garantiza que una cantidad de los ingresos de DRP vaya obligatoriamente a un fideicomiso para ese fin, lo que debe ser supervisado por la Dirección General de Minería. Para mayor seguridad, DRP queda impedida de contraer obligaciones a favor de sus accionistas y “todo pago distinto de los gastos corrientes de producción que supere el monto de un millón de dólares deberá ser informado al auditor del fondo fideicometido” (Art. 7).
Por lo dicho, antes de pensar en otorgar dinero público a una empresa privada, es indispensable que el fideicomisario y la Dirección General de Minería informen sobre los movimientos financieros y los excedentes de DRP. Porque la solución podría ser muy simple: que el Sr. Rennert se meta la mano al bolsillo para pagar sus deudas y cumplir con sus inversiones.
(*) Buena parte de la información de este artículo, incluida la financiera, me fue proporcionada por el economista Jorge Manco Zaconetti (http://kuraka.blogspot.com/).
DRP es dueña del Complejo Metalúrgico de La Oroya y su principal actividad es la refinación de concentrados de plata, cobre, zinc, plomo y oro, que representan el 32%, 26%, 21%, 10% y 3% de sus ventas netas, respectivamente. Los concentrados los compra, en un 75%, a empresas mineras de la zona, mientras que el 25% restante viene de su mina Cobriza, en Cerro de Pasco (*).
El crédito revolvente de US$ 75 millones se usa como capital de trabajo para comprar esos concentrados. La pregunta es: ¿cómo es posible que en 3 años de precios extraordinariamente altos de los minerales, DRP no haya podido generar flujos de ingresos y utilidades que le permitan enfrentar este periodo de baja de precios (que siguen siendo superiores a los del 2004).
La respuesta es que las Utilidades Netas de DRP sí aumentaron del 2005 al 2008, llegando a US$ 400 millones (hasta setiembre del 2008), mientras que la depreciación fue US$ 108 millones. En total, DRP generó US$ 508 millones (ver cuadro).
¿Por qué no puede pagar, entonces, un crédito de US$ 75 millones? Para responder se debe tomar en cuenta que, en el 2006, Doe Run se comprometió a inversiones para cumplir con el Programa de Saneamiento Ambiental (PAMA) para solucionar la contaminación de La Oroya, una de las más altas del mundo.
Este nuevo PAMA es la ampliación del anterior, que la empresa no pudo cumplir. El compromiso fue de US$ 173 millones, los cuales han sido superados: según Osinergmin, DRP invirtió US$ 227 millones hasta enero del 2009. Sin embargo, debido a la ampliación de las inversiones, a DRP aún le faltan US$ 75 millones adicionales.
La suma de los dos problemas financieros (la pérdida del préstamo y las inversiones adicionales para el PAMA) son los motivos dados por DRP para la paralización de las actividades, la búsqueda del apoyo estatal para “reflotar” el préstamo y la ampliación del plazo para el PAMA.
Sin embargo, el flujo generado de US$ 508 millones alcanza ampliamente para que DRP cumpla con sus obligaciones. Por tanto, DRP podría usar sus utilidades de años anteriores para enfrentar los problemas de hoy. Pero, dicen algunos, la cuestión es que probablemente esas utilidades ya no estén en el Perú, pues el Sr. Ira Rennert, dueño de DRP, es conocido por manejos non sanctos.
Pero no parece que esta vez el Sr. Rennert haya podido sacar el dinero del Perú, pues la Resolución Ministerial 257-EM de mayo del 2006, que autoriza la ampliación del PAMA, garantiza que una cantidad de los ingresos de DRP vaya obligatoriamente a un fideicomiso para ese fin, lo que debe ser supervisado por la Dirección General de Minería. Para mayor seguridad, DRP queda impedida de contraer obligaciones a favor de sus accionistas y “todo pago distinto de los gastos corrientes de producción que supere el monto de un millón de dólares deberá ser informado al auditor del fondo fideicometido” (Art. 7).
Por lo dicho, antes de pensar en otorgar dinero público a una empresa privada, es indispensable que el fideicomisario y la Dirección General de Minería informen sobre los movimientos financieros y los excedentes de DRP. Porque la solución podría ser muy simple: que el Sr. Rennert se meta la mano al bolsillo para pagar sus deudas y cumplir con sus inversiones.
(*) Buena parte de la información de este artículo, incluida la financiera, me fue proporcionada por el economista Jorge Manco Zaconetti (http://kuraka.blogspot.com/).