Doe Run ¡no les ligó triquiñuela!
por Herbert Mujica Rojas
Se anuncia con bombo y platillo, como si fuera una aparente solución extraordinaria, fuera de lo pertinente y único, que algunas empresas privadas contribuirán con fondos para evitar la paralización de la mina Doe Run de La Oroya. ¿Tiene esto algo sensacional? ¡Claro que sí y muy revelador! Como por largos y desvergonzados días voceros de esa empresa y cipayos alquilados para ese propósito habían ensayado la solicitud de rescate por parte del gobierno y a nadie es desconocida la proclividad acrítica de la administración García para éstas, la triquiñuela era que del bolsillo del pueblo peruano se pagara la ineficiencia, pillería y falta de cumplimiento y honra de compromisos de Doe Run. ¡Así de simple!
Se anuncia con bombo y platillo, como si fuera una aparente solución extraordinaria, fuera de lo pertinente y único, que algunas empresas privadas contribuirán con fondos para evitar la paralización de la mina Doe Run de La Oroya. ¿Tiene esto algo sensacional? ¡Claro que sí y muy revelador! Como por largos y desvergonzados días voceros de esa empresa y cipayos alquilados para ese propósito habían ensayado la solicitud de rescate por parte del gobierno y a nadie es desconocida la proclividad acrítica de la administración García para éstas, la triquiñuela era que del bolsillo del pueblo peruano se pagara la ineficiencia, pillería y falta de cumplimiento y honra de compromisos de Doe Run. ¡Así de simple!
En buena cuenta, y los siervos burócratas así lo confirmaron, se estuvo empujando la solución a la quiebra de Doe Run pero con fondos públicos so pretexto de la protección de los trabajadores y hasta se habló de una impresionante masa de 12 mil de estos ciudadanos. Cuando se quieren embutir mentiras se hace de todo en Perú y casi siempre los timos se transforman en partidas presupuestales, engaños colectivos, robos institucionales. Aparentemente esta vez los pillos no pudieron clavar la estafa.
¿Por causa de qué se pretende exhibir un asunto producto de su mal manejo, responsabilidad exclusiva de Doe Run, de manera pública y como una exitosa salida? Hay que morigerar la sinverguencería que fue pretender arrimarle al Estado, es decir al pueblo, un dinero que debía salir de sus fondos. La exacción al Perú estaba más que cantada.
Si una empresa privada es mala en su gestión, no administra bien sus recursos o, y eso es lo más común, declina hacer lo correcto con sus finanzas y de repente aparece en mal estado, tiene que asumir cuanto significa aquello. Es decir ¡nada ni nadie y mucho menos el Estado tiene que hacerse cargo de sus brutalidades! Además los minerales han tenido muy buenos precios, vale decir si algo debió haber tenido Doe Run es una caja manejable y en números azules. ¿Cómo es que ocurre lo contrario y se hace público un “drama” que “demanda” participación generosa para evitar la ruina? Sabido es que hay quiebras manejadas y millonarios que se hacen más ricos con estas situaciones. Los grandes gerentes, los mafiosos internacionales, y aquí son igualitos, son especialistas en hacer fracasar los negocios y en lugar de ir a dormir a la cárcel, son premiados con indemnizaciones millonarias.
¿Qué papel han jugado los medios? Todo indica que el tratamiento de la “noticia” fue benévolo al propósito de hacer parecer justiciero el “rescate” y en cambio se usó el expediente de los trabajadores. Hoy se dice que pagaron utilidades en Doe Run y que las firmas salvadoras prefieren el anonimato. Hay que pedir enérgicamente el nombre de quienes participan cuando se dan cuenta que no van a poder endosarle al Estado una maniobra dolosa. Ciertamente hay que agradecer a aquellas la munificencia y solidaridad que muestran en estos momentos de dolor. Y vía El Peruano y desde el Establo de la Plaza Bolívar.
¿Y qué hay con el cumplimiento de los programas de protección del medio ambiente que no ha honrado Doe Run? ¿no sería interesante que los medios publicaran al detalle por causa de qué no lo ha hecho la empresita salvada de los peligrosos cauces de quiebra?
Que se investigue a todos esos que en medios escritos, hablados y televisivos estuvieron bramando porque el Estado se hiciera cargo de Doe Run y su —dicen ellos— riesgosa situación. Se evitó sentar el precedente que pudieran haber aprovechado numerosas otras mineras para goce y disfrute de sus dueños y testaferros locales. No obstante hay que señalar con el dedo acusador a todos estos delincuentes que barnizaron una acción contra el bolsillo del pueblo peruano. ¡Y que no tiemble el pulso para una acción legítima!
¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
Lea www.voltairenet.org/es
hcmujica.blogspot.com
Skype: hmujica
¿Por causa de qué se pretende exhibir un asunto producto de su mal manejo, responsabilidad exclusiva de Doe Run, de manera pública y como una exitosa salida? Hay que morigerar la sinverguencería que fue pretender arrimarle al Estado, es decir al pueblo, un dinero que debía salir de sus fondos. La exacción al Perú estaba más que cantada.
Si una empresa privada es mala en su gestión, no administra bien sus recursos o, y eso es lo más común, declina hacer lo correcto con sus finanzas y de repente aparece en mal estado, tiene que asumir cuanto significa aquello. Es decir ¡nada ni nadie y mucho menos el Estado tiene que hacerse cargo de sus brutalidades! Además los minerales han tenido muy buenos precios, vale decir si algo debió haber tenido Doe Run es una caja manejable y en números azules. ¿Cómo es que ocurre lo contrario y se hace público un “drama” que “demanda” participación generosa para evitar la ruina? Sabido es que hay quiebras manejadas y millonarios que se hacen más ricos con estas situaciones. Los grandes gerentes, los mafiosos internacionales, y aquí son igualitos, son especialistas en hacer fracasar los negocios y en lugar de ir a dormir a la cárcel, son premiados con indemnizaciones millonarias.
¿Qué papel han jugado los medios? Todo indica que el tratamiento de la “noticia” fue benévolo al propósito de hacer parecer justiciero el “rescate” y en cambio se usó el expediente de los trabajadores. Hoy se dice que pagaron utilidades en Doe Run y que las firmas salvadoras prefieren el anonimato. Hay que pedir enérgicamente el nombre de quienes participan cuando se dan cuenta que no van a poder endosarle al Estado una maniobra dolosa. Ciertamente hay que agradecer a aquellas la munificencia y solidaridad que muestran en estos momentos de dolor. Y vía El Peruano y desde el Establo de la Plaza Bolívar.
¿Y qué hay con el cumplimiento de los programas de protección del medio ambiente que no ha honrado Doe Run? ¿no sería interesante que los medios publicaran al detalle por causa de qué no lo ha hecho la empresita salvada de los peligrosos cauces de quiebra?
Que se investigue a todos esos que en medios escritos, hablados y televisivos estuvieron bramando porque el Estado se hiciera cargo de Doe Run y su —dicen ellos— riesgosa situación. Se evitó sentar el precedente que pudieran haber aprovechado numerosas otras mineras para goce y disfrute de sus dueños y testaferros locales. No obstante hay que señalar con el dedo acusador a todos estos delincuentes que barnizaron una acción contra el bolsillo del pueblo peruano. ¡Y que no tiemble el pulso para una acción legítima!
¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
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