trabajadores agrariosAlan Fairlie Reinoso  
 
Informe (*) de la Organización Mundial de Comercio (OMC), describe las últimas tendencias en comercio de productos agrícolas en el mundo, y las medidas que tomaron los gobiernos para mitigar los efectos de la crisis por COVID-19 sobre el funcionamiento de las cadenas de suministro de alimentos.
 
Principales tendencias
El comercio de alimentos y productos agrícolas fue el más resiliente en el primer trimestre del año. La inelasticidad relativa de la demanda de alimentos y las menores disrupciones en el transporte de alimentos esenciales, estarían detrás del mejor desempeño del sector agrícola frente a otros.
 
Debido a los cambios en los patrones de consumo forzadas por las medidas de confinamiento, las exportaciones de algunos productos alimenticios se redujeron: fibras textiles vegetales, aceites esenciales, árboles vivos, flores, entre otros. En contraste, las exportaciones de productos agrícolas de consumo más frecuente (cereales, carnes, frutos secos, semillas oleaginosas y frutas) se incrementaron en marzo. Para la OMC, esta dinámica refleja el incremento de la demanda de productos retail por parte de hogares, y los iniciales comportamientos de pánico de los consumidores.
 
No todas las regiones en el mundo incrementaron sus exportaciones de alimentos en el primer trimestre del año. Sudamérica incrementó notablemente sus exportaciones, como resultado del aumento de las exportaciones de Brasil, (que representan cerca de la mitad de las exportaciones agrícolas del continente.) Lo contrario ocurrió en Asia, en el mismo periodo. En abril, las exportaciones de productos agrícolas desde Europa y Norteamérica también se contrajeron. (ver gráfico)
 
 
comercio bienes agricolas 2020
Gráfico 1: Exportaciones agrícolas por región (en cambio porcentual)
 
En lo referente a precios de alimentos, la FAO informó que su índice de precios tenía una tendencia a la baja incluso en meses antes a la propagación del virus por el mundo. Las presiones ejercidas por la crisis por COVID-19 generaron una fuerte caída del índice de precios y, particularmente, del precio de aceites vegetales, azúcar, carnes y productos lácteos. Los precios de cereales se mantuvieron relativamente estables durante los primeros meses de pandemia. De acuerdo a una última actualización del índice de precios de alimentos elaborado por la FAO, este se recuperó moderadamente en junio (+2.4%). 
 
Políticas aplicadas
En una primera fase de la pandemia, los gobiernos dispusieron medidas para contener la expansión del virus en su población y para garantizar la disponibilidad de alimentos. Varios de ellos estuvieron de acuerdo en considerar las actividades de agricultura, procesamiento de alimentos y distribución como ‘esenciales’. Solo algunos países, pese a reticencias iniciales, relajaron restricciones de ingreso de migrantes temporales con el objetivo de asegurar cosechas (Estados Unidos, Alemania).
 
Los aranceles aplicados a productos agrícolas, se redujeron temporalmente en alrededor de 20 economías en el mundo. Los productos agrícolas cubiertos por reducciones o exenciones arancelarias eran productos alimenticios diarios (por ejemplo, Qatar, Samoa, Sudáfrica), principales alimentos básicos (Marruecos) o una selección de productos ‘claves’ (por ejemplo, Chad, Costa Rica, El Salvador, Turquía y Uzbekistán).
 
Algunas economías decidieron realizar lo opuesto, y restringieron o prohibieron exportaciones agrícolas (Camboya, Egipto, El Salvador, UE, Honduras, Myanmar, entre otros). De acuerdo a información de la OMC, varios de ellos han removido progresivamente estas medidas.
 
En una segunda fase, los gobiernos mostraron mayor preocupación para asegurar el buen funcionamiento de las cadenas de suministro de alimentos y para ayudar a los agricultores. Brasil, Canadá, la UE, Japón, Suiza y Estados Unidos adoptaron medidas para reducir pérdidas y desperdicios de alimentos a través de programas de ayuda alimentaria, o programas de almacenamiento o compensación directa por pérdidas a productores. En otros casos, se concentraron esfuerzos en establecer protocolos y medidas de prevención de contagios entre trabajadores en los cultivos.
 
Otros miembros de la OMC, informaron que implementaron medidas de apoyo para un mejor acceso a insumos agrícolas, a uso de tecnologías y técnicas de producción (Paraguay, Costa de Marfil, Fiji).
 
Por último, algunos miembros vieron necesario intensificar ayuda a exportadores a través de programas de promoción de exportaciones (Indonesia, Sri Lanka, Reino Unido), digitalización de procesos de exportación (Paraguay) y financiamiento a la exportación. Cabe destacar que solo algunas de estas medidas fueron notificadas a la OMC.
 
Seguridad alimentaria
La pandemia tiene diversos impactos en los sistemas alimentarios: genera disrupciones en las cadenas globales de suministro, pone en peligro la disponibilidad de alimentos para hogares de escasos recursos, deteriora sus fuentes de ingresos y, en consecuencia, reduce su capacidad adquisitiva. La FAO prevé que 270 millones de personas podrían sufrir de inseguridad alimentaria hacia finales de 2020.
 
En vista de esta mayor vulnerabilidad de la población, las iniciativas en favor de una seguridad alimentaria global han ido en aumento en los últimos meses. Algunos de los más resaltantes han sido el proyecto Coalición Alimentaria presentado por el Gobierno de Italia[1] en junio y el Programa de la FAO lanzado en julio. Cada vez más países se han sumado a dichas iniciativas (Argentina, Egipto, Estados Unidos, Nigeria, Países Bajos, entre otros).
 
Adicionalmente, cada vez más países han asumido compromisos de mantenerse abiertos al comercio (G-20, Grupo de África, Grupo Ottawa, ASEAN). Algunos de ellos se comprometieron a evitar imposición de medidas restrictivas o de prohibición de flujos de comercio y a usar medidas restrictivas de forma temporal, focalizada y transparente.
 
¿Y el Perú?
Como se puede apreciar hay una batería de políticas e incentivos que se han tomado a nivel internacional. EL Perú ha reaccionado muy lentamente de manera parcial y absolutamente insuficiente, sobre todo en el apoyo a la agricultura familiar. Asimismo, en el combate a la competencia externa desleal, negándose a utilizar instrumentos de política comercial permitidos por la OMC.
 
Esto pone en riesgo la seguridad alimentaria del país, y se debería asumir políticas que impidan que la crisis sanitaria se convierta en crisis alimentaria, como han advertido reiteradamente la FAO y otros organismos internacionales.
 
En el Perú, productores agrarios reunidos en CONVEAGRO, se han visto forzados a plantear un segundo paro nacional, ante el incumplimiento de algunas promesas y la desesperante inacción del gobierno. Ojalá reaccionen las autoridades. Más vale tarde que nunca.
 
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[1] La FAO informó de su apoyo a dicha iniciativa: http://www.fao.org/news/story/es/item/1301274/icode/