Por Humberto Campodónico
En las últimas semanas, Pedro Pablo Kuczynski ha afirmado que, como los ingresos fiscales han mejorado, el gobierno debería disminuir los impuestos, sobre todo el IGV, pero también el Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF), así como el Impuesto Transitorio a los Activos Netos (ITAN), que es pagado sobre todo por las grandes empresas). Pero no lo propuso cuando fue Premier y Ministro de Economía. Lejos de eso, declaró que "es conocido que a los empresarios no les gusta pagar impuestos" ( www.cristaldemira.com , 6/1/2007).
Para saber si la recaudación tributaria es alta o baja, hay que hacer un análisis comparativo. Según la CEPAL, la presión tributaria en la Región, incluidos los ingresos tributarios y los no tributarios (sobre todo regalías provenientes de los recursos naturales) es de 18.5% del PBI. En el Perú (ver cuadro), hemos estado siempre por debajo de ese promedio. En verdad, estamos en la cola de América Latina.
Cuando nos comparamos con vecinos más cercanos, vemos que Bolivia recaudará en el 2007 el 33.2% del PBI, el doble que nosotros, en parte debido a la renegociación de los contratos de gas. Pero aun si no se tomara en cuenta las regalías gasíferas, los ingresos tributarios de Bolivia son superiores a los nuestros: en el 2007, las regalías serán el 10.2% del PBI, mientras que los ingresos no provenientes del petróleo serán 21.3% del PBI. Chile y Colombia también nos dan "chico y partido".
Esto quiere decir, de manera inequívoca, que la recaudación tributaria en el Perú tiene que aumentar, por lo menos a 18% del PBI como ya lo ha propuesto el Acuerdo Nacional. De esa manera, podremos enfrentar el necesario gasto en salud, educación, seguridad e infraestructura. Así las cosas, ¿cómo es posible que un día sí y el otro también, leamos las noticias sobre la falta de Estado en todo el país y que la derecha empresarial plantee una reducción de impuestos?
Hay que decir, también, que si existe poca capacidad de gasto e inversión, esto se explica por el desmantelamiento del Estado que esos mismos sectores implementaron desde el gobierno: recuérdese que bajo Toledo la inversión pública llegó al mínimo, pues solo fue 2.8% del PBI. Pero estos sectores tienen amplia coraza y caparazón. Hoy, sin vergüenza, se rasgan las vestiduras por "la ineficiencia del Estado".
La cuestión central, entonces, es que se necesita una mayor recaudación tributaria y mejorar la inversión y el gasto: es prioritaria la necesaria capacitación a todos los niveles del gobierno (central, regional y local) para superar este escollo.
Si la derecha empresarial fuera seria, su propuesta de recorte de impuestos (sobre todo del IGV y del Selectivo al Consumo a los combustibles, las únicas que sí podrían beneficiar a los pobres) tendría que venir de la mano de la eliminación de las exoneraciones de impuestos que la benefician. Pero eso no sucede, porque cuando hubo la oportunidad de hacer la reforma tributaria, este gobierno la postergó. Sin embargo, sí eliminó las exoneraciones tributarias a la Amazonía.
En un artículo anterior (www.cristaldemira.com, 24/3/2007), demostramos que las exoneraciones al sector financiero (calculadas por la SUNAT y publicadas por el MEF en el Marco Macroeconómico Multianual, MMM), superan los S/. 1,200 millones. Allí están las exoneraciones a las ganancias de capital en la Bolsa, a los impuestos a los tenedores de bonos, a los depósitos de más de S/. 700,000 en el sector bancario, así como a la exoneración del IGV a los seguros de vida. Pero no se incluyen en el MMM el impuesto a las sobreganancias mineras y petroleras, que permitirían guardar pan para la época de las vacas flacas, pues recaudaría varios miles de millones de soles.
Nada de eso le interesa a PPK y compañía, como ya sabemos. Lo que no deja de sorprender es su cuajo para proponer que se bajen los impuestos a los ricos.