Los mercados internacionales y los gobiernos latinoamericanos experimentan gran tensión, y buscan responder de la mejor manera ante una posible recesión estadounidense.

Trust Corporate, consultora experta en temas financieros, legales y contables, explica cuáles son los impactos más directos de la crisis económica que vive actualmente Estados Unidos, y sus consecuencias en los países latinoamericanos frente al contexto de incertidumbre global.

 

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Los recientes informes de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) muestran una tendencia poco alentadora de la economía. Con una inflación cercana al 9,1% y un retroceso anual de 0,9% del PIB estadounidense, el tipo de interés volvió a subir 75 puntos por segunda vez consecutiva; evidenciando una crisis que se extiende alrededor del mundo, y a la que se suma el impacto de la guerra en Ucrania y las consecuencias post pandemia.

“Aunque el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el presidente de la FED, Jerome Powell, consideran que aún no se encuentran en un período de recesión, los efectos que tiene esta contracción en la economía norteamericana han condicionado fuertemente el desarrollo económico de los países de Latinoamérica, influyendo tanto en los altos porcentajes de la inflación, como en la devaluación de las monedas locales”, explica Jamez Hernández, presidente y cofundador de Trust Corporate.

Los impactos más relevantes de esta incertidumbre financiera para la región son:

  1. Aumento de tasas de interés: Como estrategia para contener la inflación, los bancos centrales de gran parte de Latinoamérica han incrementado sus tasas de interés varios puntos porcentuales de manera consecutiva durante lo transcurrido del 2022. Uno de los casos más drásticos ha sido Brasil que aumentó su tasa en un 13,2%. Aunque estos aumentos buscan contrarrestar la escalada inflacionaria promoviendo el ahorro y recogiendo liquidez, por otra parte, generan poco interés en la adquisición de créditos limitando el consumo de los ciudadanos a corto y mediano plazo, y que a futuro impactan principalmente al mercado inmobiliario.
  2. Devaluación: La inflación causada por la inyección de liquidez en forma de ayudas sociales o subsidios para contrarrestar los efectos de la pandemia, junto a situaciones sociopolíticas internas de varios países han traído como consecuencias grandes caídas para las divisas de la región en el mercado cambiario, las más impactadas han sido el peso argentino (ARS) con un -19,3%, el peso chileno (CLP) con un -14,1% y el peso colombiano (COP) con un -10,8%. Sumado a esto, los escenarios de incertidumbre económica de Estados Unidos y los conflictos internacionales suelen reducir el interés de los inversionistas extranjeros en países en desarrollo, prefiriendo un accionar mucho más conservador para evitar pérdidas, lo que limita el flujo de dólares a la mayoría de economías latinoamericanas.
  3. Aumento de precios energéticos: Los precios de productos como el carbón, petróleo o gas han aumentado considerablemente a raíz de la guerra en Ucrania, la inflación y la devaluación de divisas. Aunque países productores de estas fuentes energéticas y derivados no se vean del todo afectados, y en ocasiones beneficiados por los altos precios en que se negocian actualmente, varios países de la región ya han aumentado los precios del combustible, tales como: Paraguay (70%), Brasil (19%), Argentina (9,5%) y Ecuador (8%), y como consecuencia directa, incrementan los costos de transporte, tanto comerciales como personales, lo que desemboca en una escalada de sobrecostos que llegan hasta los alimentos y demás bienes de la cesta básica.
  4. Producción limitada: Los sectores económicos dependen en gran medida de materias primas, servicios e insumos que son traídos de otros países, y que por lo general se negocian en dólares. En este sentido, la crisis económica de Estados Unidos impacta directamente en los precios de estos productos que son necesarios para la producción local, a lo que se suma el incremento de los precios del petróleo y el carbón que son indispensables para el desarrollo industrial, agrícola y del transporte, a razón de la reducción de importaciones por parte de EE. UU, principal socio comercial de la mayoría de los países de nuestra región, influyendo en un crecimiento menor al esperado de las economías latinoamericanas.
  5. Costo de vida: Según La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el índice de precios de los alimentos en lo transcurrido de 2022 se ha situado en un 23,1% por encima del valor de hace un año. Además, se ha presenciado un encarecimiento de las importaciones, aumentando el valor de los automóviles, electrodomésticos, entre otros bienes y servicios. Esto impacta directamente el bolsillo de los ciudadanos quienes día a día experimentan un incremento de su costo de vida.

Las economías locales que en su mayoría están aún en períodos de desarrollo y expansión, han estado expuestas a una serie de cambios para los que no estaban preparadas. Estas experimentan grandes consecuencias que afectan en gran medida a la población, ya que sus ingresos se ven cada vez más limitados para responder a sus gastos y necesidades.

“Es importante considerar que las empresas también han visto cómo sus presupuestos tienen que ajustarse cada vez más a las condiciones económicas que se viven a nivel mundial. Estar preparados ante escenarios de incertidumbre económica y contar con asesorías de expertos, nos permite enfrentar estas crisis de una mejor manera y lograr superarlas evitando al máximo las consecuencias negativas para las finanzas empresariales y personales”, concluye el presidente y cofundador de Trust Corporate.