La represión salarial en la picota
Por Humberto Campodónico
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La actual presión de los miembros de las FFAA y policiales por la mejora en sus remuneraciones está poniendo al descubierto uno de los ejes centrales de la política económica: gran parte de las “buenas notas” que les dan las calificadoras de riesgo por el manejo ordenado de las cuentas fiscales se basa en la “represión salarial” de los servidores públicos (a los que hoy García golpea).
Esa fue la constante durante los gobiernos de Fujimori y Toledo, con algunos periodos de “aumentos selectivos” (al Poder Judicial y a los maestros), intercalados con las “gratis” de 200 soles por julio y diciembre.
Y continúa con este gobierno, pues el Marco Macroeconómico 2010-2012 del MEF proyecta que el gasto corriente (allí están los sueldos de los empleados públicos y de las FF. AA. y policiales) bajará del 12.4% del PBI en el 2008 a 10.8% en el 2012; esta reducción de 1.6% del PBI equivale a S/. 6,700 millones.
¿Qué se puede hacer para cambiar la represión salarial? Muchas cosas, pero todas dependen de una sola: voluntad política para el cambio, algo que este gobierno no tiene. Si la tuviera, se fijaría como meta elevar los ingresos tributarios progresivamente a 18% del PBI, que es la meta fijada hace siete años en el Acuerdo Nacional.
Para hacerlo hay que combatir la evasión del Impuesto a la Renta de las empresas que, según Luis Alberto Arias, en el 2007 fue de S/. 15,000 millones, nada menos que 4.9% del PBI (Cristal de Mira, 24/10/2009). También se debería eliminar la rebaja unilateral e inconsulta de los aranceles de Carranza en el 2007 y el 2008, lo que aumentaría la recaudación en nada menos que S/. 3,000 millones anuales, como lo dijo la anterior jefa de la Sunat Graciela Ortiz (Cristal de Mira, 14/03/2009).
Pero no solo son importantes las medidas macro. También se le debe exigir al Sr. Crousillat que cumpla con la reparación de S/. 64 millones al Estado, que fue la plata –de nuestros impuestos– que Montesinos le entregó en la salita del SIN. Lo mismo pasa con la rebaja de los aranceles a los artículos suntuarios (yates, motos náuticas, entre otros) que, otra vez, la Sra. Ortiz estimó en S/. 40 millones anuales.
También es clave restaurar los impuestos al patrimonio (derogados con la reforma de 1990-91) y que recaudaron en 1984 el 3% de los ingresos tributarios, lo que hoy alcanzaría la suma de S/. 1,500 millones anuales (52,000 millones por 3%).
También se debería aprobar, ya, que las empresas peruanas que se vendan en el exterior paguen impuesto a las ganancias de capital en el Perú. Eso no ha sucedido con Majaz, Toromocho y en la venta de Petro-Tech a ECOPETROL, lo que ha permitido que el Sr. Kallop pague ese impuesto en EE. UU. y no en el Perú.
Hay mucho más. Por ejemplo, eliminar a las empresas mineras “infiltradas” en el Fondo de Precios de los Combustibles, lo que permitirá recaudar entre 60 a 100 millones de soles anuales. También se debería eliminar la exoneración del IGV a los seguros de vida, que el MMM estima en S/. 251 millones para el 2010.
Volviendo al principio: el equilibrio de las finanzas públicas no debe descansar en la represión salarial, pues no permite la modernización del Estado y atenta contra la gobernabilidad, además que disminuye la demanda interna, lo que incide negativamente en el crecimiento. Recaudar más y mejor para que todos ganen con el crecimiento económico, es decir, avanzar hacia la equidad, es la tarea de la hora.
www.cristaldemira.com
Y continúa con este gobierno, pues el Marco Macroeconómico 2010-2012 del MEF proyecta que el gasto corriente (allí están los sueldos de los empleados públicos y de las FF. AA. y policiales) bajará del 12.4% del PBI en el 2008 a 10.8% en el 2012; esta reducción de 1.6% del PBI equivale a S/. 6,700 millones.
¿Qué se puede hacer para cambiar la represión salarial? Muchas cosas, pero todas dependen de una sola: voluntad política para el cambio, algo que este gobierno no tiene. Si la tuviera, se fijaría como meta elevar los ingresos tributarios progresivamente a 18% del PBI, que es la meta fijada hace siete años en el Acuerdo Nacional.
Para hacerlo hay que combatir la evasión del Impuesto a la Renta de las empresas que, según Luis Alberto Arias, en el 2007 fue de S/. 15,000 millones, nada menos que 4.9% del PBI (Cristal de Mira, 24/10/2009). También se debería eliminar la rebaja unilateral e inconsulta de los aranceles de Carranza en el 2007 y el 2008, lo que aumentaría la recaudación en nada menos que S/. 3,000 millones anuales, como lo dijo la anterior jefa de la Sunat Graciela Ortiz (Cristal de Mira, 14/03/2009).
Pero no solo son importantes las medidas macro. También se le debe exigir al Sr. Crousillat que cumpla con la reparación de S/. 64 millones al Estado, que fue la plata –de nuestros impuestos– que Montesinos le entregó en la salita del SIN. Lo mismo pasa con la rebaja de los aranceles a los artículos suntuarios (yates, motos náuticas, entre otros) que, otra vez, la Sra. Ortiz estimó en S/. 40 millones anuales.
También es clave restaurar los impuestos al patrimonio (derogados con la reforma de 1990-91) y que recaudaron en 1984 el 3% de los ingresos tributarios, lo que hoy alcanzaría la suma de S/. 1,500 millones anuales (52,000 millones por 3%).
También se debería aprobar, ya, que las empresas peruanas que se vendan en el exterior paguen impuesto a las ganancias de capital en el Perú. Eso no ha sucedido con Majaz, Toromocho y en la venta de Petro-Tech a ECOPETROL, lo que ha permitido que el Sr. Kallop pague ese impuesto en EE. UU. y no en el Perú.
Hay mucho más. Por ejemplo, eliminar a las empresas mineras “infiltradas” en el Fondo de Precios de los Combustibles, lo que permitirá recaudar entre 60 a 100 millones de soles anuales. También se debería eliminar la exoneración del IGV a los seguros de vida, que el MMM estima en S/. 251 millones para el 2010.
Volviendo al principio: el equilibrio de las finanzas públicas no debe descansar en la represión salarial, pues no permite la modernización del Estado y atenta contra la gobernabilidad, además que disminuye la demanda interna, lo que incide negativamente en el crecimiento. Recaudar más y mejor para que todos ganen con el crecimiento económico, es decir, avanzar hacia la equidad, es la tarea de la hora.
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