Si pagan los de siempre, no es solución


Por Xavier Caño Tamayo*


Cuando despertó, el neoliberalismo seguía allí. La paráfrasis del microcuento de Monterroso ('Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí')  la tomé prestada a Isaac Rosa, ganador del premio Rómulo Gallegos de literatura. Expresa genialmente cómo la minoría privilegiada y sus servidores aprovechan la crisis para que todo continúe igual. Caiga quien caiga.


Hace un año, la privilegiada minoría rica tembló, acoquinada por el inminente hundimiento de Lehman Brothers. Pero llegó el Séptimo de Caballería, en forma de ayuda del gobierno de los Estados Unidos y de otros países, que rescató a esa minoría de ricos, codiciosos, especuladores e incompetentes. Con dinero de los contribuyentes. Al poco, perdieron el miedo y volvieron a las andadas. Pero la inmensa mayoría ciudadana del mundo tiene la vida pendiente de un hilo. 

Se destruye empleo sin parar, muchos países se empobrecen más y ya hay 1.000 millones de hambrientos. Y osan hablar de recuperación. No hay recuperación. Quizás de cifras, estadística, que maldito el remedio que aporta. No recuperación que alivie a los ciudadanos, la única deseable. Además, la recuperación se frenó bruscamente en Europa a finales de 2009.

¿Y el G-2O, que pilotaba la salida de la crisis? Palabrería sobre reforma financiera, coordinación y regulación. Pero nadie le pone el cascabel al gato. Nadie le mete mano a la reforma del sector financiero. Aunque nunca tan pocos debieron tanto a tantos, como parafraseó Mervyn King, gobernador del Banco de Inglaterra, refiriéndose al sector financiero. Y, como recuerda François Chesnai, “no se entiende que los Estados que rescataron los grandes bancos, comprando mayoritariamente acciones para salvarlos de la quiebra, no ejerzan el derecho de tener mayoría de acciones para eliminar los abusos en gratificaciones y remuneraciones, cortar de raíz la especulación y eliminar la renuencia a conceder créditos a la economía productiva”.

En cambio los grupos de presión de Wall Street, defensores de los intereses de la minoría privilegiada, paralizan las propuestas de reforma financiera. Desde hace un año, en Estados Unidos está congelado un proyecto de ley contra evasión y fraude utilizando paraísos fiscales. Pues cuando bancos y similares han tenido dinero (público) en las manos, han vuelto a los abusos: operaciones oscuras, manipulación financiera desbocada, gratificaciones millonarias obscenas a ejecutivos... Pero a los ciudadanos de a pie, sacrificios. Recortes sociales y congelación o disminución de salarios.
 
A los bancos, de momento ni tocarlos. Esa parece la consigna de gobiernos de países desarrollados. ¿Cómo responde el gobierno de Grecia a la crisis? Con congelación de salarios de empleados públicos (los privados están congelados hace tiempo), recortes sociales, aumento del IVA (que afecta a más pobres que a ricos), reformas “estructurales” (reducir salarios, retrasar edad de jubilación y despido barato)... En España también preparan recortes, aumentar el IVA y reformar las pensiones (que los asalariados se jubilen más tarde y pensiones menores).

Dicen que dejarse gobernar por la neoliberal Comisión Europea es lo mejor. Que pague la mayoría, que son más y no pueden (o no saben) resistirse. Cómo ha escrito Manuel Rivas, “la crisis ha sido provocada por la inconsciencia de los ricos y la solución es que los pobres les echen una mano”.

Pero no sólo así rezonga la neoliberal Unión Europea, también el FMI señala que España tendrá que bajar los salarios y recomendaciones semejantes para Grecia, Portugal... Para el FMI, las únicas reformas posibles son los recortes para los trabajadores, pero mantener los privilegios del capital. No se tocan las ventajas fiscales de los ricos, los paraísos fiscales ni el fraude fiscal.

El Nobel de economía Stiglitz avisa que los planes de austeridad que amenazan (como en Grecia y España) “pueden disparar el desempleo”. Lo contrario de lo que dicen pretender. ¿Como crecerá la demanda interna para que haya recuperación, si la mayoría ciudadana no puede gastar porque no tiene con qué?

Otro Nobel de economía, Krugman, vaticina que “antes o después, este sistema desenfrenado estaba destinado a estrellarse. Y si no se realizan cambios fundamentales volverá a repetirse”. Se refiere a la cacareada reforma financiera.

Si pagamos los de siempre, da igual lo que pase. No es solución. Es lo de siempre.

* Periodista y escritor