Luces y sombras del Presupuesto 2008
cornucopiaPor Humberto Campodónico


Lo primero que salta a la vista es que el Presupuesto Inicial de Apertura (PIA) pasa de S/. 61,627 millones en el 2007 a S/. 71,050 millones para el 2008, lo que equivale a 15.2%. En el 2003 el Presupuesto fue S/. 41,486 millones, o sea que ha crecido 71% en 5 años. Esto refleja, qué duda cabe, la bonanza macroeconómica que vive el país.

 

 

Una innovación importante son las metas multianuales de contenido social, en particular la reducción de la pobreza absoluta del 44.5% en el 2006 al 30% en el 2011. Se afirma, de manera explícita, que se privilegiará a la zona rural, donde la pobreza en el 2006 fue 69.3% (la urbana fue de "solo" el 31.2%). Ya en la Cumbre Social de la ONU de 1995 se planteó que las metas económicas y las sociales debían tener igual rango, por lo que recién nos ponemos al día.


Es también importante el Presupuesto por Resultados (que se propone reducir la mortalidad infantil, la desnutrición, así como a mejorar el aprendizaje en la educación primaria, acceso al DNI y a servicios sociales básicos), para lo cual se asigna un monto de S/. 2,726 millones, que será ejecutado por diversas instituciones.


También aumenta en 35% la inversión pública, de S/. 11,438 a S/. 15,503 millones del 2007 al 2008 (el 4.3% del PBI estimado en S/. 360,000 millones), algo indispensable para revertir el déficit de infraestructura y social. Bajo Toledo la inversión pública se redujo al 2.8% del PBI, para reducir el déficit fiscal, política errada porque debió aumentarse la recaudación tributaria, con lo que se conseguía el mismo objetivo.


Una de las principales reformas del Estado es contar con un servicio civil que garantice una eficiente inversión pública, tanto a nivel del gobierno central como de los gobiernos regionales y locales, lo que no se logró cuando el "shock" de inversiones del 2006. Para ello es clave la capacitación y mejora de la gestión de los gobiernos regionales y locales, que en el 2008 tienen inversiones por S/. 7,864 millones. Recordemos que bajo Fujimori se perdieron muchos años, pues la inversión para el caudillo neoliberal la hacían, monitoreadas desde Lima, el Foncodes, el Pronamachcs y el Infes.


A pesar de lo señalado, las carencias son enormes. Así, según cálculos de Armando Mendoza, el gasto en Educación retrocede del 3.5 al 3.2% del PBI del 2007 al 2008 y no se cumple el compromiso del Acuerdo Nacional de llegar al 6% del PBI. Las demandas adicionales también son grandes: Salud y Educación piden S/. 2,035 y S/. 3,642 millones, mientras que Interior y Defensa piden S/. 211 y S/. 191 millones.


Según Ciudadanos al Día, estamos desaprobados, a nivel de América Latina, en la rendición de cuentas del Poder Ejecutivo sobre el gasto público y en la incorporación de la opinión de la población en el Presupuesto, si bien se ha avanzado con la Ley de Transparencia (2002), que permite el acceso a la información sobre gastos.


El gran problema es que no ha habido una reforma para elevar la presión tributaria del 15.2% actual al 18% del PBI, el promedio de América Latina. A fines del 2006, el gobierno decidió no hacer la reforma tributaria y mantuvo las exoneraciones tributarias al sector financiero (sobre todo a las ganancias de capital en la Bolsa de Valores) y, sobre todo, incumplió su promesa de un impuesto a las sobreganancias mineras y petroleras. No solo eso, ha habido una reducción unilateral de aranceles y el ministro Carranza pidió rebajar el impuesto a la renta a las empresas (lo que no prosperó).


Para terminar, los aumentos actuales de la recaudación que permiten este Presupuesto se basan sobre todo en la mejora de los precios de los minerales, lo que tiene un carácter cíclico que está llegando a su fin. Por eso, el principal problema del presupuesto público es que no está garantizada su sostenibilidad, algo que no se aprecia por la bonanza macroeconómica actual, pero que nos afectará en el futuro.


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