Por Humberto Campodónico
El bono de 1,000 soles para las FF. AA. y policiales y el aumento de 100 soles en dos tramos son una clara evidencia del retroceso del gobierno, si bien esta “solución” no resuelve para nada el problema.
Un primer tema es que el gobierno no quiere poner en marcha ningún plan de reforma del Estado, en general, ni de las FF. AA. y policiales, en particular, si bien esos planes existen desde hace buen tiempo.
Hemos recordado varias veces todos los estudios realizados en la PCM en el 2004 y el 2005 (muchos de ellos financiados con un préstamo del BID de US$ 30 millones a la PCM que, finalmente, solo quedó en jugosas consultorías). Pero la reforma no comenzó y ahora todo está en fojas cero. Solo está “Servir” para capacitar a una treintena de gerentes. Por eso estamos en el sótano de la Región en el ranking del servicio civil, como bien lo ha demostrado el BID en reciente estudio (Cristal de Mira, 07/08/09).
Lo mismo sucede con las FF. AA. y policiales. Bajo Toledo, inicialmente, hubo un impulso a la reforma. Pero luego se paró. Esto es, entonces, lo que han cosechado. En esa línea se inscribe la comisión formada por García para que “estudie el tema” y le pase las recomendaciones al… próximo gobierno.
Un segundo tema: casi toda la crítica de los neoliberales —que va a ser amplificada en los medios de comunicación afines, o sea, un montón— va a decir que “se ha abierto la puerta a los reclamos de todos los sectores”, que ya comienza la “farra fiscal” y que “no hay dinero” para atender los reclamos. En este caso, eso no es cierto porque se “desviste un santo para vestir a otro”: “Alan García señaló que para pagar el bono hemos dejado de lado las inversiones que se tenían previstas, como construcción de comisarías y adquisición de mobiliarios” (21/02/2010).
Pero nunca se aborda el tema del presupuesto por el lado del aumento de los ingresos tributarios (que están entre los más bajos de América Latina) para así financiar el gasto de manera sostenible. Lo digo otra vez, aumentando los ingresos, palabra tabú para el MEF (dicho sea de paso, ¿dónde está la ministra Aráoz?). Por ejemplo, se puede poner un plazo para disminuir la evasión del impuesto a la renta de las empresas que, según Luis Alberto Arias, ex jefe de la Sunat, llega al 5.2% del PBI (Evasión tributaria en el Perú, Cristal de Mira, 24/10/09). Si se logra aumentar 0.5% del PBI se dispondría de S/. 1,800 millones al año. ¿Entonces?
También se podría eliminar la exoneración al pago del IGV que tienen los seguros de vida (para sectores de ingresos altos, fundamentalmente, que sí pueden pagarlo) lo que, según el Marco Macroeconómico del MEF 2010-2012 (página 123), asciende a S/. 252 millones. Esto se puede hacer de inmediato.
También se puede plantear un impuesto extraordinario a las empresas mineras y petroleras, que en los últimos años tuvieron utilidades superiores a los US$ 20,000 millones (Cristal de Mira, 23/11/09). Además, este gobierno permitió que se venda Petro-Tech en el extranjero (la compró la estatal colombiana ECOPETROL) por US$ 900 millones, lo que nos privó de ingresos por US$ 270 millones. Lo mismo sucede con Antamina, empresa que va a reinvertir con nuestros impuestos, lo que nos cuesta, también, US$ 270 millones.
Por tanto, sí se pueden aumentar los ingresos. Pero no se quiere (1).
Por ello, los “brillantes desempeños” del sector público se logran con la austeridad del gasto corriente, vale decir, la represión salarial permanente. Lo mismo sucedía con la inversión pública, pero eso cambió desde el 2008 y, sobre todo, en el 2009, cuando el gobierno se dio cuenta de que necesitaba el “Plan Estímulo”.
Conclusión: no hay visión de largo plazo en la que tenga un lugar central la reforma del Estado. Todo se hace bajo presión y al “tuntún”. Pero todo también tiene un límite.
(1) Y, ojo, hubo superávits fiscales del 2006 al 2008 pero no se sabe donde está esa plata pues no se maneja en forma transparente.
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