Por instrucciones que fueron transmitidas por el entonces canciller Diego García Sayán, y en ausencia del presidente Alejandro Toledo, que se encontraba en Ecuador, camino a Shanghai, según declaró el mismo ex vicepresidente Raúl Diez Canseco al Congreso, éste firmó el 17 de octubre del 2001, el DS 081-2001, mediante el cual aprobó la ilegal adhesión del Perú al acuerdo de Cielos Abiertos. Un Decreto Supremo que no fue refrendado por el ministro de Transportes, presente en Lima, y que nos unía a un acuerdo no vigente aún y que transgredió la ley vigente de Aeronáutica Civil.
Por razones más o menos entendibles, en el enrevesado lenguaje político nacional, a Diez Canseco arrimaron el pesado fardo del muerto y, por mucho tiempo, asumió, porque todo parecía así indicarlo, el activo y pasivo del yerro monumental. Poco a poco se descorre el velo que escondía la verdad del asunto y la identidad de los protagonistas reales de la bestialidad violadora de la Constitución. Ex cancilleres, diplomáticos mediocres, logresos inigualables, burócratas cómplices y políticos corruptos han sido los fautores de este asunto que tiene que ser aún esclarecido.
Para alcanzar tal despropósito, el acuerdo fue disfrazado como un "Acuerdo Apec" para favorecer intereses privados y fue presentado por Chile al Perú en reunión de la Comisión Latinoamericana de Aviación Civil, celebrada en Santa Cruz, Bolivia, el 5 de julio de 2001. Sin embargo, fue el propio Secretario Ejecutivo del Apec quien, durante su visita a Lima el 13 de septiembre de 2003, desmintió que el Acuerdo de Cielos Abiertos fuera un "Acuerdo Apec" como se decía antojadizamente por las autoridades de nuestro país.
El jefe del gabinete de Niño Diego García Sayán e intermediario fue nada menos que el entonces yerno de Allan Wagner, el ministro consejero Augusto Arzubiaga, quien curiosamente el 2007 junto a las autoridades aeronáuticas civiles, "negoció" un nuevo acuerdo, esta vez, postergando las quintas libertades por un año pero, sin obtener beneficio económico de contrapartida alguno para el desarrollo de la aviación civil peruana. Afortunadamente lo conversado deberá pasar para su análisis y aprobación por el Congreso aún. O para la ejemplar sanción en caso de comprobarse inconductas y traiciones contra la patria.
El llamado Acuerdo de "Cielos Abiertos" estuvo vigente para el Perú a partir de mayo del 2002, sin embargo, para Chile recién funcionó desde septiembre de ese año cuando su Congreso lo aprobó, cosa que en el Perú, por extrañísimas razones, no se cumplió violentando así el Art. 56 de la Constitución Política.
Mediante la adhesión ilegal, se regaló el espacio áereo peruano a Chile para la explotación, en su beneficio, de las denominadas Quintas Libertades.
Las quintas libertades permiten a las líneas chilenas recoger pasajeros en Lima, o cualquier punto del Perú, y llevarlos a Estados Unidos, el principal mercado del mundo lo que va en desmedro de las líneas aéreas peruanas, aún en desarrollo. La ilegal adhesión fue saludada con alborozo entonces por Charlie Ferrero y toda la bancada toledista.
Wagner, socio de la Comisión Andina de Juristas, de la que es dueño y patrón, Niño Diego García Sayán, fue ministro de Relaciones Exteriores en julio del 2002 y, al mes siguiente, en agosto, acordó con la canciller chilena, Soledad Alvear, que se iniciaran negociaciones bilaterales "al amparo del Art. 13 Consultas" del Acuerdo. Con ello se iniciaba la dinámica de un Acuerdo del que éramos parte, violando la Constitución. Debido a la fuerte presión nacional, se buscaba recién en ese momento, pero siempre dentro del Acuerdo, un régimen de beneficio mutuo con Chile.
Los chilenos expresaron su "entendimiento por la situación generada en el Perú" y en "acto de buena vecindad" optaron por postergar las quintas libertades a Estados Unidos -que calificaron de sensibles- pero pidieron, a cambio, las quintas libertades desde el Perú a la Comunidad Andina. Con tal planteamiento querían tomar pasajeros de la subregión para llevarlos a Europa, lo que enfrentaba, además, al régimen andino del que somos parte. Total, era el Perú el que transgredía acuerdos internacionales. Ganaban en todo.
La delegación peruana no aceptó la propuesta chilena y el MTC de Richard "Cucharita" Díaz tampoco (el que "negoció" la IV Addenda con Lima Airport Partners y terminó de regalar el Jorge Chávez a esa empresita ladrona, ¡Cómo robarse aeropuertos y vivir sin problemas! http://www.voltairenet.org/article148321.html). Wagner coordinó una segunda negociación para alcanzar un nuevo acuerdo sin importarle la ilegalidad de la adhesión o el perjuicio consecuente para el desarrollo de la industria aeronáutica peruana. Chile pidió esta vez, entre otras cosas, vuelos de cabotaje, es decir vuelos dentro del Perú.
Ante la nueva negativa de la delegación del MTC, de las líneas aéreas presentes en las negociaciones y de la presión de la prensa, el 12 de septiembre del 2003, Wagner y Diez Canseco debieron asistir al Congreso a reconocer el error y anunciar el proceso de desvinculación del Acuerdo.
La desvinculación fue otro proceso de transgresión constitucional. ¿A quién o quiénes cupo este despropósito que discurrió por la denuncia? lo que, además, fue festejado también con beneplácito por Carlos Ferrero el 15 de enero de 2004. Fue así como se manejó alegremente la soberanía aérea durante el toledato. ¡Este es un asunto sobre el que hay que volver en alguna próxima ocasión para no dejar impune la violación de la Carta Magna y en "plena democracia"!
Al término de su naturalmente anodina como frívola gestión, en diciembre de 2003, Wagner Tizón volvió a refugiarse en la Comunidad Andina de Naciones y gracias a la vulgar razón que Bolivia no había pagado sus cuotas, éste asumió la secretaría general y, sobre todo, a gozar de un sueldo internacional en dólares en Lima, en compañía de su compadre, un viejo empleado de esa entelequia burocrática, el hoy canciller Jose García Belaunde. Y, recordemos, que tales ingresos permitieron a Wagner Tizón, comprarse una modesta residencia de tres cuartos de millón de dólares. ¡Pagan muy bien en esa casa, no hay duda!
Hay abierto un proceso en la Sexta Fiscalía Provincial por Corrupción de Funcionarios que se encuentra detenido porque la Dirección Anticorrupción de la Policía Nacional no puede ubicar al ex canciller Niño Diego García Sayán quien afirma vivir en el exterior. ¿Es el único citado? Pareciera que no y lo estamos averiguando. La figura de la prescripción, lo que parecería una empresa conjunta y coordinada, está muy cerca si no se ha cumplido ya. Con ello la impunidad, una vez más, se pasea por calles y plazas a lo largo y ancho de todo el país.
¿Qué puede decir Portapliegos de 2 metros, P2Mts., sobre este delicadísimo particular que le tiene de protagonista de un obsequio sospechoso a los del sur? ¿o la prensa, muy bien fletada, tiene la misión, también, de seguir ocultando su decisiva como necia participación, culpando a otros intonsos?
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