Herbert Mujica Rojas

Perú debe tener la marca de aguante a los pésimos proveedores, más alta del mundo. No hay quien pueda superar tanta indolencia, falta de reclamo, conformismo y aquiescencia con la propaganda que engaña, tima, dice cualquier cosa y vende gato por liebre.

 

torre control J Chavez exterior cabina

La nueva torre de control y la II pista del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez apenas fueron inauguradas menos de 15 meses atrás y desde octubre de hace 1 año, permanecen inoperativas.

¿Qué ocurrió? Las infraestructuras de ese tipo duran, sin interrupciones y buen funcionamiento, al menos 10 años, por decir una cifra razonable. Pero que fallen, pasen a estar inoperativas en un lapso tan grotescamente diminuto, sí que llama la atención.

Las lunas de la torre de control eran deficientes y así lo atestiguaron los que saben. La II pista tiene menos longitud y se esperaba que impulsara el tráfico aéreo con las garantías de seguridad indispensables y mínimas.

¿Cómo pueden permanecer en silencio culposo e inexplicable: Ositran, DGAC, MTC y el gobierno en general? En realidad, para ser francos, los del Ejecutivo no guardaron la ominosa mudez total de que hablamos: ¡se han dedicado a celebrar todos los anuncios de la concesionaria Lima Airport Partners y el maravilloso terminal que anuncian para diciembre!

El Aeropuerto Jorge Chávez es apenas una concesión a Lima Airport Partners. No se le obsequió ni tampoco prestó sine die para que demoraran los más de 20 años que tienen el titularato. Recuérdese que aquello fue carrera de un solo caballo, único postor y LAP tuvo al momento del otorgamiento de la buena pro, un capital social de apenas S/ 10 mil soles.

¡Todas las explicaciones, después de más de 20 años, carecen de fuerza y de vergüenza! Los sucesivos gobiernos han permitido ocho adendas a favor siempre de Lima Airport Partners y los aplazamientos constituyeron dos décadas de promesas, estamos terminando el 2024 y los ayudantes oficiosos de doña Dina, proclaman maravillas del Aeropuerto, pero olvidan señalar que la torre de control y la II pista, están inoperativas, en buen castellano: ¡que no funcionan!

Cuando se adquiere un artefacto, una máquina, una casa o un edificio, hay condiciones y reglas que deben cumplir los protagonistas del negocio. Unos y otros adquieren obligaciones. Mucho más si el Estado concedente ha brindado más que facilidades a la concesión y ha permitido que se paseen como Pedro por su casa durante más de dos decenios.

Como en Fuente Ovejuna, todos a una, procuran silenciar las voces críticas respecto de la concesión del Jorge Chávez. Al desaguisado que representa la inacción del gobierno y sus diferentes instancias en la vigilancia del estricto cumplimiento del contrato, se agregan conglomerados mediáticos e informativos que virtualmente aplastan al resto.

Aunque, hay que decirlo objetivamente, es IMPOSIBLE disimular que la II pista y la Torre de Control novísimas, estén inoperativas. Es que lo barato sale caro. Cuando los avaros pretenden “ahorrar” y ganar más dinero, empleando materiales deficientes, los resultados son los nefastos que padece hoy Perú y su primer terminal aéreo.

¿Cómo pueden tocar las campanas anunciando con bombos y platillos la inauguración de la terminal nueva cuando carecen de torre de control y II pista? El absurdo salta a la vista para cualquier mortal.

El silencio tiene un precio y el ruido encomiástico también. A muchos vocingleros les compran la conciencia y su devoción rendida tiene tarifa. Cuando se maquilla u oculta la verdad de esta clase de obras, es el país dueño de la infraestructura, el que resiente el daño.

¿No parece algo insólito que se inaugure una terminal novísima que no posea pista habilitada y una torre de control con vidrios óptimos para que no fallen los dictámenes de vuelo, entrada y salida?

Los clubes electorales, alias partidos políticos, poseen ignorancia mayúscula sobre este tema. No opinan pues están muy interesados en conseguir curules en diputados o senadores. Vivir de la cansada ubre del Estado es parte de la angurria, el tráfico de influencias es fundamental en una república que esconde a delincuentes de cuello y corbata.

¿Y la prensa? Preguntas tan sencillas como las que enunciamos en éste y muchos otros artículos, debieran ser menú diario. El terminal Jorge Chávez es del Perú y lo mantiene el bolsillo tributario de los peruanos. Por tanto, es una propiedad sagrada que no tiene por qué constituir vaca lechera de quienes han probado ser fenicios a troche y moche.

En México, hace 3 años, el cuerpo de ingenieros del Ejército de ese país, hizo un aeropuerto dos veces más grande que el Jorge Chávez, con 3 pistas y modernísimo, gastando la mitad que aquí. No siempre la industria privada es la más eficaz. ¡Y tampoco se demora más de 20 años en hacer una simple torre de control y una segunda pista.

¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

 

 16.10.2024

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