Gas: Baja maniobra en alta mar
Por César Lévano
El sábado reciente, LA PRIMERA publicó una información alarmante: el oligopolio que controla el 52.4% de los lotes gasíferos de Camisea no sólo proyecta exportar gas a México sin considerar el abastecimiento interno, sino también algo peor: desviar en alta mar los envíos a México para conducirlos a Chile.
Todos los informes mendaces de Alan García y sus repetidoras sobre reservas probadas y probables buscan ocultar esa maniobra, so capa de que tenemos gas de sobra.
Ayer, Néstor A. Scamarone, ex gerente legal de PetroPerú, publicó en El Peruano un artículo de sobretítulo revelador: “Abastecimiento interno [gas] está plenamente garantizado”. Se leía en el texto: “[…] tanto la Ley de Hidrocarburos N.o 2621 y vinculantes, así como los contratos de licencia, señalan específicamente que en el supuesto que falte Gas Natural para el consumo interno el Estado podrá hacer uso del gas de exportación, así de simple”.
¡Qué feliz me sentí! (Al margen de la triste puntuación del articulista.)
Pero la memoria, que no me es infiel, me hizo recordar que el domingo 13 había leído un comunicado del Colegio de Ingenieros del Perú, que refuta por adelantado el alegre texto de Scamarone.
Dice el escrito ingenieril que muchos industriales peruanos, que han invertido para adaptarse al gas, ven hoy frustradas sus expectativas cuando acuden para ser abastecidos, pues se les informa que no hay gas disponible y que deben esperar una subasta de suministros a partir de 2012, con gas del lote 57, sin precios regulados.
El documento indica, además, que, aparte de “requisitos draconianos”, se exigía a los postores, para la compra de las bases, el pago sin devolución de 10,000 dólares.
A ello se debe, explica el Colegio, que sólo 23 empresas adquirieran las bases. Además, muchas de esas compañías desistieron al enterarse de las condiciones del suministro.
Un ejemplo notable, aducido por los ingenieros, es que la flamante central térmica de Chilca ha paralizado por falta de gas.
El Colegio acude a la ironía, al contrastar la carencia de gas para las regiones del Perú, mientras ven que “el proyecto de exportación ha contado y cuenta con la abnegada dedicación de nuestras autoridades sectoriales”.
¡Qué triste me siento!
Me aligera el ánimo, sin embargo, el recordar que los directivos del Colegio exhortan al Gobierno a priorizar el abastecimiento interno del gas, con un horizonte mínimo de 20 años, y a definir una política energética descentralizadora del consumo del Gas Natural y con miras al desarrollo industrial, sobre todo de la petroquímica.
El problema estriba en que es poco probable que el régimen aprista escuche las razones económicas y técnicas de los ingenieros. Para él, y para los consorcios foráneos, Chile tiene prioridad. La Primera, 16.06.2010
Ayer, Néstor A. Scamarone, ex gerente legal de PetroPerú, publicó en El Peruano un artículo de sobretítulo revelador: “Abastecimiento interno [gas] está plenamente garantizado”. Se leía en el texto: “[…] tanto la Ley de Hidrocarburos N.o 2621 y vinculantes, así como los contratos de licencia, señalan específicamente que en el supuesto que falte Gas Natural para el consumo interno el Estado podrá hacer uso del gas de exportación, así de simple”.
¡Qué feliz me sentí! (Al margen de la triste puntuación del articulista.)
Pero la memoria, que no me es infiel, me hizo recordar que el domingo 13 había leído un comunicado del Colegio de Ingenieros del Perú, que refuta por adelantado el alegre texto de Scamarone.
Dice el escrito ingenieril que muchos industriales peruanos, que han invertido para adaptarse al gas, ven hoy frustradas sus expectativas cuando acuden para ser abastecidos, pues se les informa que no hay gas disponible y que deben esperar una subasta de suministros a partir de 2012, con gas del lote 57, sin precios regulados.
El documento indica, además, que, aparte de “requisitos draconianos”, se exigía a los postores, para la compra de las bases, el pago sin devolución de 10,000 dólares.
A ello se debe, explica el Colegio, que sólo 23 empresas adquirieran las bases. Además, muchas de esas compañías desistieron al enterarse de las condiciones del suministro.
Un ejemplo notable, aducido por los ingenieros, es que la flamante central térmica de Chilca ha paralizado por falta de gas.
El Colegio acude a la ironía, al contrastar la carencia de gas para las regiones del Perú, mientras ven que “el proyecto de exportación ha contado y cuenta con la abnegada dedicación de nuestras autoridades sectoriales”.
¡Qué triste me siento!
Me aligera el ánimo, sin embargo, el recordar que los directivos del Colegio exhortan al Gobierno a priorizar el abastecimiento interno del gas, con un horizonte mínimo de 20 años, y a definir una política energética descentralizadora del consumo del Gas Natural y con miras al desarrollo industrial, sobre todo de la petroquímica.
El problema estriba en que es poco probable que el régimen aprista escuche las razones económicas y técnicas de los ingenieros. Para él, y para los consorcios foráneos, Chile tiene prioridad. La Primera, 16.06.2010