Ciudadanos de 2ª Categoría (CSC) protestaban contra gran negociado para entregar el gas de Camisea en contra de intereses nacionales
Por Ciudadanos de Segunda Categoría
CSC: DEFENSA DEL GAS ES DE TODOS LOS PERUANOS Y DESDE LIMA NOS SUMAMOS A MANIFESTACIONES EN EL SUR
Con un llamado de alerta a defender la vida de nuestros hermanos en el Cusco y en el Sur Andino, quienes desde hace más de 10 días se movilizan en defensa del gas de Camisea, el colectivo de jóvenes Ciudadanos de Segunda Categoría realizó su tercera manifestación en la Plaza de Armas de Lima, la que pese a su caracter pacìfico, fue duramente reprimida por la policía.
El Colectivo desplegó una banderola en el centro de la plaza con la frase “No maten a los peruanos que defienden nuestro gas, Lima también lucha por el gas”. La represión policial contra los jóvenes manifestantes fue brutal. Heridos y contusos alistan medidas legales contra los efectivos que actuaron contra jóvenes totalmente desarmados.
Cerca del mediodía, los jóvenes se disponían a permanecer parados en la plaza principal del Centro Histórico, pero un contingente de 30 policías los rodeó para desalojarlos y sin respetar los derechos ciudadanos, los efectivos procedieron a patearlos, a algunos incluso ya en el suelo, así como a golpear indiscriminadamente a hombres y mujeres, al punto de romperle el párpado a uno de los representantes del Colectivo y querer arrebatar una cámara fotográfica a un hombre de prensa.
Así, Cristian Peralta, Gabriela y Cristina Zapata y Ricardo Jiménez resultaron con hematomas en el cuerpo y Augusto Malpartida con el ojo ensangrentado.
“Hoy se ha comprobado que sólo hay libertad de expresión cuando el Gobierno utiliza la Plaza de Armas para un "Fan Fest" del Mundial, exhibiciones por días del Pisco o un MotoCross para divertir a la gente, pero no para reclamar que no maten a los peruanos que defienden el Gas en el Sur”, sostuvo Sergio Tejada en representación de los CSC.
Agregó que la posición de los jóvenes en Defensa del Gas ha ido acompañada en todo momento de exposiciones y debates acerca de los negociados y variaciones al contrato que permiten la exportación indiscriminada del Gas de Camisea, sin que ni una sóla autoridad pueda garantizar fehacientemente el mercado interno.
Junto a él, los demás manifestantes señalaron que ya era hora que Lima, como ciudad capital, hiciera sentir su rechazo a esta forma de entregar los recursos naturales sin plantear un horizonte de desarrollo o una política energética. Más aún, sentenciaron, si “en el mundo, los gobiernos que tienen sentido patriótico están protegiendo sus recursos energéticos ante la anunciada escasez de combustibles”.