El jueves pasado el ministro de Energía y Minas dijo: "Se ha formado un grupo de trabajo que evalúa el Reglamento del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles. Agregó que "este fondo no se creó para darle ganancias a las empresas refinadoras (La Pampilla y Petroperú), sino para evitar el alza de combustibles a los consumidores" (La República, 18/1/08).
Este diario y esta columna han criticado desde hace más de dos años, la metodología del Precio de Paridad de Importación (PPI) para el Fondo de Estabilización pues, efectivamente, es una fuente de sobreganancias para las refinerías, ya que les paga (por no subir los precios) una cantidad mucho mayor a los costos en que realmente incurren. Pero Gustavo Navarro, de la Dirección de Hidrocarburos, nunca hizo nada para corregir esta situación; al contrario, la defendió a capa y espada, lo que parece ya está preocupando al ministro. Por eso, nos parece muy positivo que haya escuchado las críticas.
El ministro Valdivia también dijo que "el reajuste en el pago del fondo también involucraría los S/. 850 millones comprometidos en el 2007. Hasta ahora solo hemos dado un adelanto de S/. 150 millones. Los S/. 700 millones se pagarán a fines del 2009, entonces hay tiempo suficiente para hacer los ajustes que correspondan" (ídem).
La metodología del PPI es errada porque equipara el costo de un galón de combustibles que se vende en el Perú con el costo del mismo galón en EEUU, más el precio del flete por traerlo desde el Golfo de México hasta el Callao.
El error tiene varias fuentes. Primero, el petróleo WTI que se usa como referencia en EEUU (y que representa el 70% del costo de un galón de gasolina, antes de impuestos) es de alta calidad y su precio es, en promedio, 10% superior al que importan las refinerías peruanas desde Ecuador, Colombia y Venezuela; además, el 40% del petróleo que se consume aquí es peruano, también de menor precio que el WTI.
Segundo, las refinerías peruanas tienen costos de US$ 5 a 6/barril, mucho menores que los US$ 15 a 25/barril de las de EEUU (por problemas ecológicos y de estructura oligopólica del mercado). Sin embargo, el PPI de un galón de gasolina que calcula el Osinerg, por mandato del Ministerio de Energía, considera el costo de refinación de EEUU y no el peruano. Tercero, incluso el diésel importado por las refinerías (el 28% del consumo total de diésel) es más barato que el PPI del diésel que calcula Osinerg.
¿A cuánto asciende el exceso que el Fondo ha pagado a las refinerías? Es lo que tiene que determinar la comisión formada. Cálculos preliminares dicen que podría llegar hasta un 25% de los S/. 850 millones comprometidos en el 2007 -y que todavía no les han sido pagados a las refinerías, como dice el Ministro. Eliminado el PPI, el Fondo debería continuar, pues el aumento del precio del petróleo no obedece a "circunstancias de mercado", sino a tensiones geopolíticas (Medio Oriente). Además, existe un "cartel de productores" (OPEP) que pone cuotas a la producción de sus miembros y el costo de producción (US$ 5/barril) no tiene nada que ver con su precio (US$ 90/barril).
Lo que subsiste es el problema del financiamiento, que hasta ahora ha sido provisto por la Caja Fiscal con los impuestos de todos los peruanos. Eso debiera ser sustituido por un impuesto a las sobreganancias de las empresas petroleras (en Talara y la Selva Norte) y por el consorcio Camisea (que del gas natural extrae hidrocarburos líquidos que se cotizan igual que el petróleo).
Lo que sucede es que esa promesa electoral del APRA no se cumplió. En minería se le sustituyó por un óbolo minero de S/. 500 millones anuales, pero en el caso del petróleo y gas, ni siquiera eso ha sido planteado. Si se cumpliera la promesa electoral, se cumpliría, también, con el objetivo de mantener a raya la inflación sin sacrificar la Caja Fiscal, pues del mismo cuero (los altos precios del petróleo y de los líquidos del gas natural, que pertenecen a la Nación) saldrían las correas. ¿Qué les parece?
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