Energía: Peligros por todas partes

Parece que fuera de la energía eléctrica obtenida en centrales hidroeléctricas, que ya no es tan segura por la disminución mundial del caudal de las aguas, todas las otras tecnologías e insumos presentan diversas inconveniencias o amenazas. La que se consideraba más limpia de todas, la energía eólica, resulta mucho más costosa que las otras1; la obtenida de quemar carbón mineral, gas o petróleo contamina el ambiente con emisiones de CO2; y el gas que se obtiene del esquisto encierra los inconvenientes que se señalan en la nota que ofrecemos; las centrales atómicas son peligrosas en zonas con sismos de 8 grados o más. Es muy sombrío el panorama que enfrenta la humanidad, como veremos en seguida.
 

 

Emisiones producidas para obtener gas de esquisto son peores para el medio ambiente que el carbón: Estudio de la Universidad de Cornell


El Hill dio cuenta esta mañana sobre una importante información de investigadores de la Universidad de Cornell que confirma que el gas de esquisto2 que se obtiene mediante fracturación hidráulica3 en gran escala producirá aún más gases de efecto invernadero que la combustión de carbón mineral en las dos décadas que vienen, un periodo crítico en el que la sociedad debe reducir las emisiones de CO2 para combatir el cambio climático. Aunque el gas natural es con frecuencia considerado una “alternativa más limpia” a los combustibles fósiles convencionales —y al que a menudo defensores del medio ambiente y políticos promocionan como un “combustible puente”—, el nuevo informe de la Universidad de Cornell hace añicos este mito.

El gas no sólo
no es un “puente a ninguna parte”; viene a ser más bien una autopista al infierno. El estudio de la Universidad de Cornell aclara que es un mito la extendida percepción de que el gas es lo más limpio del trío de combustibles fósiles. Cuando se toman en cuenta el total de las emisiones de metano, de entre todos los combustibles fósiles el gas de esquisto es el que resulta teniendo el mayor impacto climático.

Contrariamente a la creencia popular, a largo plazo el gas es tan contaminante como el carbón mineral, y mucho peor en el plazo cercano, debido al mayor impacto de calentamiento proveniente del metano cuando éste se suelta a la atmósfera durante la controvertida fase de la fracturación hidráulica. Es seguro que esta noticia inquiete a quienes dirigen la política en Washington, que han promovido al gas como solución a nuestra crisis de energía. El documento de la Universidad de Cornell cambia el escenario que se percibe, y su publicación en esta semana debería concitar la atención de todos los involucrados en nuestro futuro energético.

Para fin de semana se espera la publicación en el boletín Climatic Change (‘Cambio climático’) del artículo de autoría de los expertos Robert Howarth,  Anthony Ingraffea y Renee Santoro, que estuvo sujeto a revisión de otros especialistas.

Párrafo trascendido del artículo:

“La huella de gas de efecto invernadero del gas de esquisto es mayor que la del gas común o la del petróleo cuando se la ve en cualquier horizonte de tiempo, pero especialmente más en un periodo de 20 años. Comparada con la del carbón mineral, la huella del gas de esquisto es por lo menos 20% mayor y quizá más del doble en un horizonte de 20 años y es comparable al contemplar un periodo de 100 años […]. Estas emisiones de metano son al menos 30% más que las del gas común, y tal vez el doble. Las mayores emisiones del gas de esquisto ocurren en el momento en que se fractura hidráulicamente los pozos —cuando el metano escapa de los fluidos regresivos4 — y durante la perforación subsiguiente”.

La fracturación hidráulica, lamentablemente, ha recibido la luz verde del gobierno de Barack Obama, y el presidente mismo recientemente resaltó el hecho de que gracias a este procedimiento los EE. UU. tienen ahora acceso a gigantescas reservas de combustible para el futuro. La Administración de Información sobre Energía estima actualmente que para el año 2035  los EE. UU. dependerán del gas de esquisto para cubrir aproximadamente el 45% de nuestras necesidades de energía.

En el pasado el blog DeSmogBlog ha destacado con amplitud informativa algunos de los peligros asociados con la fracturación hidráulica, que incluye la amenaza de sustancias químicas tóxicas y radiación que se generan de las filtraciones de este proceso en las fuentes de agua de consumo humano. La serie “Perforando pozos” del New York Times, de Ian Urbina, reveló varias nuevas facetas de los peligros que presenta la fracturación hidráulica que se realiza para la obtención del gas de esquisto, y nueva información acerca de los riesgos que surgen casi a diario por  las perforaciones en busca de gas.  

El artículo de la Universidad de Cornell será publicado completo en el boletín Climatic Change a fines de esta semana. Manténgase atento a más análisis de este estudio pionero, y a más información acerca de los peligros de depender de gas contaminante para satisfacer nuestras necesidades energéticas.

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Traducido de DAILYKOS 11-04-2011
http://www.dailykos.com/story/2011/04/11/965915/-Fracking-Shale-Gas-Emissions-Far-Worse-Than-Coal-For-ClimateCornell-Study


1 Leer Energía eólica: Mito y realidad.

2 En inglés shale gas.

3 En inglés fracking.

4 En inglés flow-back return fluids.