¿Por qué y para qué promover la inversión de riesgo en los horizontes profundos de Talara?

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Escribe: Jorge Manco Zaconetti (*)

En materia de hidrocarburos que engloba el petróleo crudo, el gas natural y los líquidos de gas natural, la situación sería crítica sino fuera por el gas natural de Camisea. La producción del Lote 88 está sesgando la política energética hacia un recurso natural que lo estamos quemando en producir electricidad, despilfarrando el 10 % de contenido de etano que posee el gas de Camisea con 90 % de metano, postergando las inversiones en la industria petroquímica que significa un mayor valor agregado al gas natural.


La electricidad barata en base al gas natural que des estimula la construcción de centrales hídricas y eólicas, el subsidio indiscriminado a los precios de los combustibles a través del “Fondo de Estabilización”, el creciente déficit de la balanza comercial de hidrocarburos con precios internacionales por encima a los 110 dólares el barril, no nos debe hacer perder de vista la necesidad y el imperativo de fomentar la producción interna de petróleo en especial en la región de Talara que desde inicios del siglo XX está en producción con yacimientos maduros, pero que todavía bajo su seno en los llamados “horizontes profundos”, más abajo del “Horizonte Mogollón”, podrían encontrarse importantes mantos de crudo de alta calidad. Para ello se requiere de un marco promocional para que inversión de riesgo.

Ese fue el espíritu por ejemplo de la ley de promoción de la inversión de las “reservas marginales” promulgada el 23 de noviembre del 2003, cuando los precios del petróleo eran menores a los 30 dólares el barril, y a la cual se acogieron solamente cuatro empresas durante el 2004, superando largamente los compromisos de inversión firmados con PerúPetro, y elevando la producción a más de 5,000 barriles diarios, a pesar de sus detractores que en lugar de promover la inversión privada, la desalientan .

El incremento de la producción en los campos maduros de Talara (tierra) ha sido de más de 5,000 barriles diarios, superando la tendencia decreciente en la producción, es más, si no fuera por la ley de reservas marginales la producción de las Operaciones Noroeste de Talara no sería de los casi 21 mil barriles diarios actuales, si no de menos de 16 mil barriles, a pesar de los altos precios del petróleo. Ello, en razón de la declinación natural de la producción petrolera a una tasa del 10 % anual. Es decir, si no se invierte la producción disminuye.

La naturaleza de los campos maduros de Talara, que tienen más de 100 años de explotación y donde se han extraído más de 1,500 millones de barriles, se caracteriza por tener una geología complicada, única en el mundo, sometida a una serie de fallas geológicas que se entrecruzan, formando bolsones del codiciado “oro negro”, pero donde nunca se han perforado en los llamados “horizontes profundos” del paleozoico, donde se presume que puedan existir mantos de petróleo, que podrían satisfacer a futuro parte de las necesidades ampliadas de la refinería de PetroPerú.

Debe indicarse que el petróleo de Talara es un crudo ligero de alta calidad, con más de 32 grados API el cual permite un mejor rendimiento de la refinería Talara de PetroPerú, en la producción de gasolinas de alto octanaje y destilados medios y menos residuales. El crudo del noroeste le permite un mayor rendimiento frente al crudo importado del Ecuador o Colombia, por su mayor grado en su densidad API.

Por tanto, incrementar la producción de petróleo liviano es un imperativo desde el punto de vista técnico por su rendimiento que favorece la modernización de la Refinería de Talara. Esto es más urgente y necesario ahora que la refinería de Talara será ampliada a una producción de 90 mil barriles diarios de tratamiento y actualmente en la región solamente se produce 33 mil barriles de alta calidad.

Algún interesado señalaría que el petróleo de los lotes 67 y 39 podría abastecer a futuro la ampliación de la refinería de PetroPerú. Mas debe recordarse que la producción de crudo de estos lotes se caracteriza por ser pesado con un crudo menor a los 15º grados API, lo cual obliga necesariamente a su mezcla con petróleos más ligeros. Por lo tanto, incrementamos la producción interna o seguiremos importando crudo del Ecuador y Colombia.

¿Cuánto nos cuesta el depender del petróleo importado? Solamente cierre del 2007, las empresas que operan en el país han importado por más de 2,562 millones de dólares tanto en petróleo crudo, y diesel 2 principalmente. Esto significa más de 7 millones de dólares diarios en importaciones de crudo y diesel. Y esta importación será creciente en la medida que los precios del petróleo internacional se mantienen por encima de los 110 dólares el barril.

Si bien, también exportamos petróleo pesado y residuales industriales las importaciones son mayores tanto en términos de volúmenes más de 50 millones de barriles en el 2007, como de valor, de allí que se puede observar el Saldo de la Balanza Comercial (X-M), es decir las diferencias entre exportaciones e importaciones van en aumento, en 2007 sumaba los 1,465 millones de dólares, superando el déficit del 2006 que fue 1,193 millones. Es decir, el déficit se incrementó en 272 millones a pesar del extraordinario crecimiento del consumo interno del gas de Camisea.

Por tanto, el proyecto de ley que promueve la inversión privada en los llamados “Horizontes Profundos” que próximamente debe discutirse en la Comisión de Energía y Minas del Congreso de la República, tiene como objetivo superior amortiguar estas importaciones promocionando la inversión de riesgo.

Es más, se debe considerar una “regla de oro” que lamentablemente no se respeta entre los que debieran tomar las decisiones de promover la inversión. El petróleo que se produce internamente, genera empleo, paga impuestos y regalías, en cambio el crudo importado constituye un drenaje de divisas, que favorece al más importante importador en nuestro país, la transnacional Repsol/YPF que opera también la Refinería La Pampilla la principal competencia de la Refinería de Talara PetroPerú.

Actualmente las empresas que se acogieron a la ley de “Reservas Marginales” han incrementado la producción con grandes esfuerzos pues se trata de Campos Maduros con más de 100 años de explotación, sin embargo, existe la posibilidad de encontrar mayores “bolsones de crudo” en profundidades donde nunca se han explorado. Por ello, si son inversiones de riesgo debieran tener un marco promocional.

Sin embargo, cualquier marco promotor debiera reconocer los derechos de los pueblos a la participación de la renta por medio del canon y sobrecanon petrolero. A más producción interna más canon petrolero.

En los gobiernos del pasado, en especial 2001/2006 se han firmado contratos de hidrocarburos con una regalía de 5 % ampliable al 20 % si la producción superase los 100 mil barriles diarios, es decir nunca. Estos mecanismos de promoción de la inversión privado han sido honestamente superados por la actual administración de PerúPetro a través de las subastas públicas, donde las empresas pugnan, compiten ofreciendo las regalías más altas por los lotes de su interés.

En tal sentido, tener como piso una tasa de regalía promocional de 15 % para los llamados Horizontes Profundos resulta razonable, pues se asegura el canon y sobrecanon de 12.5 % para Piura y Tumbes, el 1.5 % de los ingresos para PerúPetro. Se debe aclarar que aquí no están en peligro los intereses del Fisco, por el contrario, de promocionarse la inversión en estas actividades, se verificará un “efecto cascada”, mayores compras de equipo, demanda de mano de obra, tributos, recaudación de IGV etc. Y de descubrirse petróleo se pagaría el 15 % de regalías. De no encontrase crudo el gasto de la inversión ha tenido su efecto expansivo.

Hoy de los llamados “Horizontes Profundos” no estamos obteniendo ninguna producción, por tanto sobre una producción que no existe las regalías obtenidas son cero. ¡Asumir riesgos es tarea de las empresas, promover la inversión de riesgo es tarea del Estado!

(*) Investigador UNMSM y Consultor