La vergüenza de la “renegociación” del Lote 88
Por Humberto Campodónico
Se acaba de saber que las “negociaciones” entre el Consorcio Camisea y Perupetro para que el 100% de las reservas de gas del Lote 88 se destinen exclusivamente al mercado interno fueron suspendidas porque el Consorcio no presentó ninguna propuesta. Por el contrario, solicitó una nueva ampliación.
Así, el DS- 053-2010-EM de agosto del 2010 quedó en nada.
Este desenlace puede contrastarse con lo que sucedió hace 6 años, cuando el Consorcio pidió renegociar el contrato del Lote 88 para poder exportar sus reservas. Así, el 30 de noviembre del 2005 se promulgó el DS-050-2005-EM, que disponía la renegociación.
Apenas 45 días después, el 13 de enero del 2006, se expidió el DS-006-2006-EM, que dice que la renegociación ha terminado y que podía exportarse el gas del Lote 88. Ese DS consolidó el despojo de nuestras reservas, lo que pudo hacerse porque, previamente, se modificaron ilegalmente todas las leyes vigentes, sobre todo aquella que obligaba a que el mercado interno estuviera abastecido por un horizonte permanente de 20 años.
Así, tenemos dos varas y dos medidas: cuando el consorcio pide la renegociación, el gobierno le da, presuroso, el visto bueno. Pero cuando sucede lo contrario, entonces “la cosa” no funciona porque el Consorcio dice no.
Algunos podrían interpretar esta negativa como una bofetada al presidente García, que dispuso la “renegociación” hace 7 meses. Nada que ver. Para el gobierno, de lo que se trataba era de “apagar” el conflicto en ese momento, mientras que para el Consorcio no solamente había ese objetivo sino, también, saber quién sería el triunfador de las elecciones del próximo domingo.
Si, tal como se preveía en ese momento, el ganador de las elecciones podía ser un gobierno “amigo de las inversiones”, entonces, ¿para qué devolverle al Perú el gas que tanto necesita para su mercado interno? Total, el consorcio sabía que el gobierno actual, que también es “súper amigo de las inversiones”, estaba llevando a cabo una negociación solo para la tribuna, una seudonegociación.
Los partidarios de la “no renegociación” dicen que si se devuelven las reservas del Lote 88 “se cae” el contrato de exportación a México. Lo que hay que decir aquí, primero, es que ese contrato nunca debió ser firmado.
Pero hay más. Repsol, que forma parte del Consorcio Camisea, descubrió hace 3 años dos billones de pies cúbicos (bpc) en el Lote 57 (al lado del Lote 88), que es la misma cantidad de reservas que se van a exportar del Lote 88. Por tanto, podía haber intercambio de reservas (1).
No solo eso. En febrero del 2008 Repsol ofreció esas reservas para la exportación (en ese momento los precios del gas en EEUU eran altos), pero el gobierno no tomó en cuenta esta propuesta y, luego, Repsol cambió de posición (cuando los precios del gas bajaron). Corolario: el MEM estuvo pintado en la pared.
La derecha acusa a quienes defendemos el gas del Lote 88 para el mercado interno de ser “antiinversión” y de propiciar una vuelta al pasado. Olvidan que en este caso el propio gobierno lo ha planteado (aunque ha sido una seudonegociación). El tema de fondo es que el Perú debe disponer del gas del Lote 88 para los taxistas que usan GNV, para masificar su uso llevándolo a millones de hogares (como en Argentina y Colombia) y para atender sus industrias, la petroquímica y el gasoducto sur andino.
Es lo que no entienden los que se han quedado anclados en el pasado, repitiendo antiguos discursos con los cuales se complacen a sí mismos, dejando de lado las necesidades del país. Veremos qué pasa el próximo domingo.