Gas vehicular: barato y caro a la vez
Por Humberto Campodónico
El gas de Camisea que abastece a los vehículos de Lima (Gas Natural Vehicular, GNV) se vende a S/. 4.30 por galón, mientras que la gasolina de 90 octanos se vende a S/. 13.00 por galón. Esto implica un ahorro significativo para aquellos que han convertido su automóvil a GNV, pues les cuesta 33% más barato que la gasolina.
Dicho de otra manera, si un taxista gasta S/. 2,100 al mes en gasolina 90 (70 soles diarios), solo gastará S/. 700 si compra GNV, lo que supone un ahorro de 1,400 soles, casi 2.7 salarios mínimos de S/. 550/mes. Es aquí que el gas de Camisea otorga al consumidor un bienestar palpable en vivo y en directo. Esto también supone una mejora en la balanza comercial de hidrocarburos, pues el GNV sustituye a la gasolina, producto que se dejará de importar en proporción importante.
Hasta el momento, el GNV solo se vende en Lima. Pero cuando se construya el Gasoducto Andino, se podrá consumir GNV en Cusco, Juliaca, Puno, Arequipa, Tacna y Moquegua. No solo eso. Como las ciudades estarán interconectadas por el gasoducto, el transporte interprovincial, tanto de pasajeros como de carga, también podrá usar el GNV en cantidades apreciables.
Es claro cómo una adecuada política sectorial nos lleva, de un lado, al cambio de la matriz energética y, de otro, al alivio del bolsillo de los consumidores. Lo macro y lo micro coinciden felizmente y ayudan a la inclusión social, además de que se contaría con una fuente de energía barata para proyectos productivos que se debe aprovechar para el intercambio con Brasil cuando se concluya la Carretera Interoceánica.
Este es el lado positivo. Hay un lado negativo, sin embargo. El GNV se podría vender a un precio mucho más barato que el actual. Veamos por qué. Los precios regulados del GNV, según cálculos efectuados por Calidda en mayo del 2006, ascendían a US$ 3.885 por millón de BTU (MMBTU) o, lo que es lo mismo, a S/. 1.53 por galón.
Pero el costo de compresión en el grifo (gasocentro) no es regulado y Cálidda lo calculó en US$ 4/MMBTU o en S/. 1.58 por galón. Increíble: el costo de compresión en el gasocentro es superior al precio en boca de pozo (en la selva de Camisea) más todos los costos de transporte. Según los expertos, este costo de compresión es exagerado.
Hay más. En enero del 2007 se renegoció el contrato de Camisea (el único que se ha renegociado por iniciativa del gobierno actual) y se fijó el precio en boca de pozo en US$ 0.80/MMBTU para el GNV, inferior al de US$ 2.215/MMBTU que aparece en el cuadro, lo cual está muy bien. También hay que considerar que el sol se ha apreciado frente al dólar desde mayo del 2006 (era de S/. 3.28 por dólar) a la fecha. Por esas 2 razones, el precio de S/. 3.70/galón debiera haber bajado.
Pero, a julio del 2008, en lugar de bajar, ha subido a S/. 4.30/galón (como dijimos al inicio). O sea que la baja en el precio en boca de pozo de US$ 2.215 a US$ 0.80 por MMBTU no se ha trasladado al consumidor o, lo que es lo mismo, el margen de comercialización del grifero ha aumentado.
El Estado ha invertido mucho en este proyecto (dando facilidades de financiamiento, ventajas tributarias y arancelarias) que comienza a rendir sus frutos. Pero el menor precio del GNV frente al aumento de la gasolina (que depende del petróleo caro) no puede servir de excusa ni pretexto para ganancias excesivas de los griferos. Osinergmin, Indecopi y/o el Congreso deben intervenir y corregir esta falla del mercado.
Todos los artículos del autor pueden ser leídos en: www.cristaldemira.com
Hasta el momento, el GNV solo se vende en Lima. Pero cuando se construya el Gasoducto Andino, se podrá consumir GNV en Cusco, Juliaca, Puno, Arequipa, Tacna y Moquegua. No solo eso. Como las ciudades estarán interconectadas por el gasoducto, el transporte interprovincial, tanto de pasajeros como de carga, también podrá usar el GNV en cantidades apreciables.
Es claro cómo una adecuada política sectorial nos lleva, de un lado, al cambio de la matriz energética y, de otro, al alivio del bolsillo de los consumidores. Lo macro y lo micro coinciden felizmente y ayudan a la inclusión social, además de que se contaría con una fuente de energía barata para proyectos productivos que se debe aprovechar para el intercambio con Brasil cuando se concluya la Carretera Interoceánica.
Este es el lado positivo. Hay un lado negativo, sin embargo. El GNV se podría vender a un precio mucho más barato que el actual. Veamos por qué. Los precios regulados del GNV, según cálculos efectuados por Calidda en mayo del 2006, ascendían a US$ 3.885 por millón de BTU (MMBTU) o, lo que es lo mismo, a S/. 1.53 por galón.
Pero el costo de compresión en el grifo (gasocentro) no es regulado y Cálidda lo calculó en US$ 4/MMBTU o en S/. 1.58 por galón. Increíble: el costo de compresión en el gasocentro es superior al precio en boca de pozo (en la selva de Camisea) más todos los costos de transporte. Según los expertos, este costo de compresión es exagerado.
Hay más. En enero del 2007 se renegoció el contrato de Camisea (el único que se ha renegociado por iniciativa del gobierno actual) y se fijó el precio en boca de pozo en US$ 0.80/MMBTU para el GNV, inferior al de US$ 2.215/MMBTU que aparece en el cuadro, lo cual está muy bien. También hay que considerar que el sol se ha apreciado frente al dólar desde mayo del 2006 (era de S/. 3.28 por dólar) a la fecha. Por esas 2 razones, el precio de S/. 3.70/galón debiera haber bajado.
Pero, a julio del 2008, en lugar de bajar, ha subido a S/. 4.30/galón (como dijimos al inicio). O sea que la baja en el precio en boca de pozo de US$ 2.215 a US$ 0.80 por MMBTU no se ha trasladado al consumidor o, lo que es lo mismo, el margen de comercialización del grifero ha aumentado.
El Estado ha invertido mucho en este proyecto (dando facilidades de financiamiento, ventajas tributarias y arancelarias) que comienza a rendir sus frutos. Pero el menor precio del GNV frente al aumento de la gasolina (que depende del petróleo caro) no puede servir de excusa ni pretexto para ganancias excesivas de los griferos. Osinergmin, Indecopi y/o el Congreso deben intervenir y corregir esta falla del mercado.
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