Petro-Tech: ¡qué bonito negocio!
Por Humberto Campodónico
La empresa Petro-Tech ha sido señalada como "la parte empresarial" que habría estado detrás de la salida al aire de los casetes del escándalo de corrupción petrolera que se ha tumbado un gabinete. Veamos de quién se trata.
En 1993, en plena privatización de Petroperú bajo Fujimori, la empresa Petro-Tech, de capitales norteamericanos, se adjudicó el contrato de servicios por la empresa Petromar, filial de Petroperú, que explotaba petróleo en el zócalo (en el mar de Talara). Los campos de Petromar habían pertenecido a la también norteamericana Belco Petroleum hasta que el primer gobierno de Alan García, en 1985, le rescindió el contrato.
En el contrato firmado en 1993, por un plazo de 30 años, se estableció que Petro-Tech pagaría un alquiler de US$ 10 millones anuales por 20 años, es decir, un total de US$ 200 millones. También se estableció que, como pago por sus servicios, se le pagaría a Petro-Tech el 84% del valor de la producción de petróleo. En claro, del total vendido, el 84% va para Petro-Tech y el 16% restante para el Estado (en este caso, Perupetro).
En 1994, la producción de petróleo de Petro-Tech (no contabilizamos en este artículo ni la producción ni los ingresos de gas natural) fue de 6.97 millones de barriles al año (MMB), según la Dirección General de Hidrocarburos. Desde esa fecha, la producción bajó sistemáticamente, llegando a 3.92 MMB anuales en el 2005, para situarse en el 2007 en 4.3 MMB. O sea que la privatización de Petromar no se tradujo en un aumento de la producción, como decía la propaganda.
La retribución (se mide en el eje derecho) permaneció estable alrededor de los 80 a 100 MMB anuales hasta el 2003. Del 2004 en adelante, la retribución se eleva hasta alcanzar la enorme cifra de US$ 265 millones en el 2007, a pesar de que la producción ha bajado. Esto se explica por el alza extraordinaria del petróleo que estaba, en promedio, en US$ 26/barril en el 2003 y llega a US$ 72/barril en el 2007.
Mientras tanto, Petro-Tech le seguía pagando al Estado la cantidad ínfima de US$ 10 millones anuales. O sea, el petróleo que abastece a la Refinería de Talara (y que era nuestro) lo compramos por el triple, pero a la Perupetro de la época ni siquiera se le ocurre renegociar el contrato.
Y eso se pudo haber hecho, por varias razones. Primero, porque después de transcurridos los primeros 10 años, Petroperú debía dar su visto bueno sobre diversas condiciones del contrato de 1993 (como, por ejemplo, el adecuado mantenimiento de las plataformas marinas). Sin embargo, esto no sucedió y no hubo renegociación alguna del contrato, lo que hubiera permitido reducir la retribución a Petro-Tech. ¿Por qué?
Segundo, porque, como lo relata Jorge Manco en reciente artículo, si bien en el 2003 se formó en el Congreso una Comisión Investigadora del contrato con Petro-Tech presidida por Alejandro Oré, de Perú Posible, "nunca se evacuó el Informe Final, a pesar de que hubo 3 años de arduas investigaciones (2003/2006), requerimientos de información, invitaciones a declarar de decenas de funcionarios, etc." (Petro-Tech: Una historia negra, en kurakablogspot.com, 14/10/08).
Sin embargo, la "buena suerte" de Petro-Tech se estaría terminando. El Perupetro actual está ejerciendo una adecuada fiscalización del contrato, por lo que Petro-Tech ha debido pagar US$ 22 millones en impuestos (www.cristaldemira.com, 8/10/08). Además, se ha formado una Comisión Investigadora en el Congreso, presidida por Miguel Trelles, la que ya ha redactado un Informe Preliminar, en el que se establece explícitamente que existe responsabilidad de malos funcionarios en la firma del contrato de 1993 entre Perupetro y Petro-Tech (ídem, kurakablogspot.com).
Lamentablemente, estos avances se pueden ver truncados por el nuevo ministro de Energía y Minas, Pedro Sánchez, ex jefe de la COPRI y acérrimo defensor de la privatización de Egasa y Egesur, lo que motivó el Arequipazo del 2002. Así las cosas, vamos como el cangrejo y seguirán los "bonitos negocios".
Todos los artículos del autor pueden ser leídos en: www.cristaldemira.com
En el contrato firmado en 1993, por un plazo de 30 años, se estableció que Petro-Tech pagaría un alquiler de US$ 10 millones anuales por 20 años, es decir, un total de US$ 200 millones. También se estableció que, como pago por sus servicios, se le pagaría a Petro-Tech el 84% del valor de la producción de petróleo. En claro, del total vendido, el 84% va para Petro-Tech y el 16% restante para el Estado (en este caso, Perupetro).
En 1994, la producción de petróleo de Petro-Tech (no contabilizamos en este artículo ni la producción ni los ingresos de gas natural) fue de 6.97 millones de barriles al año (MMB), según la Dirección General de Hidrocarburos. Desde esa fecha, la producción bajó sistemáticamente, llegando a 3.92 MMB anuales en el 2005, para situarse en el 2007 en 4.3 MMB. O sea que la privatización de Petromar no se tradujo en un aumento de la producción, como decía la propaganda.
La retribución (se mide en el eje derecho) permaneció estable alrededor de los 80 a 100 MMB anuales hasta el 2003. Del 2004 en adelante, la retribución se eleva hasta alcanzar la enorme cifra de US$ 265 millones en el 2007, a pesar de que la producción ha bajado. Esto se explica por el alza extraordinaria del petróleo que estaba, en promedio, en US$ 26/barril en el 2003 y llega a US$ 72/barril en el 2007.
Mientras tanto, Petro-Tech le seguía pagando al Estado la cantidad ínfima de US$ 10 millones anuales. O sea, el petróleo que abastece a la Refinería de Talara (y que era nuestro) lo compramos por el triple, pero a la Perupetro de la época ni siquiera se le ocurre renegociar el contrato.
Y eso se pudo haber hecho, por varias razones. Primero, porque después de transcurridos los primeros 10 años, Petroperú debía dar su visto bueno sobre diversas condiciones del contrato de 1993 (como, por ejemplo, el adecuado mantenimiento de las plataformas marinas). Sin embargo, esto no sucedió y no hubo renegociación alguna del contrato, lo que hubiera permitido reducir la retribución a Petro-Tech. ¿Por qué?
Segundo, porque, como lo relata Jorge Manco en reciente artículo, si bien en el 2003 se formó en el Congreso una Comisión Investigadora del contrato con Petro-Tech presidida por Alejandro Oré, de Perú Posible, "nunca se evacuó el Informe Final, a pesar de que hubo 3 años de arduas investigaciones (2003/2006), requerimientos de información, invitaciones a declarar de decenas de funcionarios, etc." (Petro-Tech: Una historia negra, en kurakablogspot.com, 14/10/08).
Sin embargo, la "buena suerte" de Petro-Tech se estaría terminando. El Perupetro actual está ejerciendo una adecuada fiscalización del contrato, por lo que Petro-Tech ha debido pagar US$ 22 millones en impuestos (www.cristaldemira.com, 8/10/08). Además, se ha formado una Comisión Investigadora en el Congreso, presidida por Miguel Trelles, la que ya ha redactado un Informe Preliminar, en el que se establece explícitamente que existe responsabilidad de malos funcionarios en la firma del contrato de 1993 entre Perupetro y Petro-Tech (ídem, kurakablogspot.com).
Lamentablemente, estos avances se pueden ver truncados por el nuevo ministro de Energía y Minas, Pedro Sánchez, ex jefe de la COPRI y acérrimo defensor de la privatización de Egasa y Egesur, lo que motivó el Arequipazo del 2002. Así las cosas, vamos como el cangrejo y seguirán los "bonitos negocios".
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