Venta de Petro-Tech: No todo está consumado
Por Humberto Campodónico
La venta de Petro-Tech a dos empresas estatales revela claramente que el actual gobierno no está interesado en potenciar a su propia empresa estatal petrolera, algo que hacen, casi sin excepción, los países en desarrollo. Ya sea en el Medio Oriente, en Africa, en Asia ó en América Latina los gobiernos tienen claro que el abastecimiento de petróleo es un activo estratégico clave. El gobierno pudo haber incluido a Petroperú como socio de la operación. Pero decidió no hacerlo.
La venta de Petrotech tiene, además, un componente político, pues hay una investigación en marcha sobre los petroaudios, incluyendo uno de sus elementos más importantes: las empresas privadas que hacen espionaje industrial y, también, chantajean a sus “enemigos”. Las investigaciones de la Fiscalía sobre este tema recién están en sus primeros capítulos.
Además, también ha habido claros causales que podrían haber desembocado en la rescisión del contrato con Petro-Tech, como por ejemplo: el laudo arbitral del 2000 que, de acuerdo a la Contraloría, estuvo claramente diseccionado a favor de Petro-Tech por…… nada menos que el funcionario de Petro-Tech nombrado al cargo de Presidente de Perupetro a principios de ese año.
Dicho esto, y manteniendo nuestra posición contraria a la venta de Petro-Tech, la venta de esta empresa va a generar una ganancia de capital para el fisco de EE. UU. y ningún ingreso para el fisco peruano. Así, si la ganancia de capital del Sr. William Kallop por la venta de la matriz Offshore International Group en EE. UU. por US$ 900 millones fuera de US$ 300 millones, al fisco de EE. UU. le debe pagar el 30% de esa cantidad: US$ 90 millones. ¿Cuántas aulas se podrían hacer aquí con ese dinero?
Recordemos que cuando Bavaria compró las acciones de Backus en poder del Grupo Brescia en el 2002 por US$ 400 millones, este Grupo pagó US$ 70 millones a la Sunat (Feliz Navidad para Polar y ni un sol para el fisco peruano, cristal de mira, 24/12/2002). El Grupo Brescia está domiciliado en el Perú y allí sí las leyes peruanas contemplan el impuesto a la ganancia de capital. Lo mismo sucedió cuando XStrata le compró Tintaya a BHP Billiton en el 2006. Como Tintaya está domiciliada en el Perú, Billiton le pagó al fisco peruano S/. 400 millones.
Pero no sucedió lo mismo cuando Perenco compró Barrett Resources ni cuando Zijin compró Monterrrico Metals ni cuando Chinalco le compró Toromocho a Peru Copper. Y lo mismo va a pasar con Petro-Tech. La pregunta es, entonces, ¿por qué no se cambia el criterio de domicilio de los dueños de la empresa (que es el vigente hoy) para pagar el impuesto a la ganancia de capital por el criterio del domicilio de la actividad económica que se realiza? Eso es lo que hacen los países que se respetan.
Eso es lo que hizo Chile en el 2002, con la Ley 19.840 (No pagan impuesto a la ganancia de capital, cristal de mira, 28/10/08). Argumentó el gobierno chileno, además, que, de no hacerlo, se estaría discriminando a los inversionistas: algunos pagarían impuesto a la ganancia de capital por la venta de una empresa chilena y otros no.
La legislación peruana es absolutamente permisiva en este terreno de manera consciente. Es por eso que las “reformas tributarias” de la presente década no han incluido ninguna cláusula para modificar el criterio del domicilio. Sucede que el Estado está tomado “desde adentro” por “lobbies” y diversos estudios de abogados que preparan la legislación “sastre”, al deseo de los inversionistas, como ha sido señalado por Franciso Durand (Riqueza empresarial, Pobreza Política, PUCP, 2005).
Cuando el Estado está “privatizado”, poco o nada le interesa fortalecer las empresas estatales estratégicas (pero sí pueden elaborar 100 decretos legislativos en 6 meses para el TLC con EE. UU). como Petroperú, mientras otras empresas estatales se hacen fuertes en nuestro mercado. Y, claro, tampoco hace nada para cobrar los impuestos que le corresponden y que, en el caso de Petrotech, serán pagados en EE. UU.y no en el Perú. Pero todavía no es tarde para impedir esta ilegal venta. Veremos qué sucede en las próximas semanas.
Todos los artículos del autor pueden ser leídos en: www.cristaldemira.com
Además, también ha habido claros causales que podrían haber desembocado en la rescisión del contrato con Petro-Tech, como por ejemplo: el laudo arbitral del 2000 que, de acuerdo a la Contraloría, estuvo claramente diseccionado a favor de Petro-Tech por…… nada menos que el funcionario de Petro-Tech nombrado al cargo de Presidente de Perupetro a principios de ese año.
Dicho esto, y manteniendo nuestra posición contraria a la venta de Petro-Tech, la venta de esta empresa va a generar una ganancia de capital para el fisco de EE. UU. y ningún ingreso para el fisco peruano. Así, si la ganancia de capital del Sr. William Kallop por la venta de la matriz Offshore International Group en EE. UU. por US$ 900 millones fuera de US$ 300 millones, al fisco de EE. UU. le debe pagar el 30% de esa cantidad: US$ 90 millones. ¿Cuántas aulas se podrían hacer aquí con ese dinero?
Recordemos que cuando Bavaria compró las acciones de Backus en poder del Grupo Brescia en el 2002 por US$ 400 millones, este Grupo pagó US$ 70 millones a la Sunat (Feliz Navidad para Polar y ni un sol para el fisco peruano, cristal de mira, 24/12/2002). El Grupo Brescia está domiciliado en el Perú y allí sí las leyes peruanas contemplan el impuesto a la ganancia de capital. Lo mismo sucedió cuando XStrata le compró Tintaya a BHP Billiton en el 2006. Como Tintaya está domiciliada en el Perú, Billiton le pagó al fisco peruano S/. 400 millones.
Pero no sucedió lo mismo cuando Perenco compró Barrett Resources ni cuando Zijin compró Monterrrico Metals ni cuando Chinalco le compró Toromocho a Peru Copper. Y lo mismo va a pasar con Petro-Tech. La pregunta es, entonces, ¿por qué no se cambia el criterio de domicilio de los dueños de la empresa (que es el vigente hoy) para pagar el impuesto a la ganancia de capital por el criterio del domicilio de la actividad económica que se realiza? Eso es lo que hacen los países que se respetan.
Eso es lo que hizo Chile en el 2002, con la Ley 19.840 (No pagan impuesto a la ganancia de capital, cristal de mira, 28/10/08). Argumentó el gobierno chileno, además, que, de no hacerlo, se estaría discriminando a los inversionistas: algunos pagarían impuesto a la ganancia de capital por la venta de una empresa chilena y otros no.
La legislación peruana es absolutamente permisiva en este terreno de manera consciente. Es por eso que las “reformas tributarias” de la presente década no han incluido ninguna cláusula para modificar el criterio del domicilio. Sucede que el Estado está tomado “desde adentro” por “lobbies” y diversos estudios de abogados que preparan la legislación “sastre”, al deseo de los inversionistas, como ha sido señalado por Franciso Durand (Riqueza empresarial, Pobreza Política, PUCP, 2005).
Cuando el Estado está “privatizado”, poco o nada le interesa fortalecer las empresas estatales estratégicas (pero sí pueden elaborar 100 decretos legislativos en 6 meses para el TLC con EE. UU). como Petroperú, mientras otras empresas estatales se hacen fuertes en nuestro mercado. Y, claro, tampoco hace nada para cobrar los impuestos que le corresponden y que, en el caso de Petrotech, serán pagados en EE. UU.y no en el Perú. Pero todavía no es tarde para impedir esta ilegal venta. Veremos qué sucede en las próximas semanas.
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