Precios de la gasolina subieron y bajaron
Por Humberto Campodónico
El alza de los precios del petróleo en el I Semestre del 2008 se dio al mismo tiempo que la de importantes productos de la canasta alimentaria de la población, como el arroz, maíz, trigo y la soya. Esta alza generalizada tuvo un fuerte impacto en la inflación y motivó la preocupación de los gobiernos en todo el mundo, incluida América Latina y, claro, el Perú.
Pero esta alza no era consecuencia de causas “tradicionales” como, por ejemplo, un shock de oferta debido a malas cosechas (en el caso de alimentos) o políticas de restricción de las exportaciones (caso de la OPEP). Tampoco fue consecuencia de un aumento desmesurado de la demanda, aunque ciertamente ésta venía creciendo debido, en gran medida, a la industrialización de los países emergentes (China, India, Brasil).
Ahora se sabe que esta enorme alza fue una burbuja, impulsada por capitales de corto plazo que entraron a los mercados de “commodities” asustados por los problemas financieros que ya comenzaban a emerger, así como por las bajas tasas de interés internacionales. Esta entrada en masa provocó la desmesurada alza que, por ejemplo, llevó al petróleo a US$ 140/barril (ver Las cabezas de la hidra y el precio del petróleo, www.cristaldemira.com, 24/09/08).
Pero cuando la burbuja reventó, en julio-agosto del 2008, los capitales especulativos salieron en estampida de los mercados de commodities y los precios cayeron como una piedra, regresando en menos de dos meses a los niveles que tenían dos años atrás.
En ese contexto, es importante apreciar cómo variaron los precios de venta al público de los combustibles. En algunos países, como Perú y Chile, importadores de petróleo, se implementaron fondos de estabilización de precios para evitar el alza. Estos países tienen un alto componente de impuestos en el precio final de venta, los que fueron disminuidos en los dos casos. En Brasil, la empresa estatal Petrobrás absorbió la mayor parte del alza, lo que sucedió sin problemas pues el país ya alcanzó la autosuficiencia. Esto quiere decir que el bajo costo de producción de Petrobrás (US$ 8.5/barril) le permite no subir el precio, pues no está obligada a vender su propio petróleo —barato— a precios internacionales.
En Colombia, los precios subieron paulatinamente, siguiendo el cronograma de “desmonte de subsidios” trazado por el gobierno. Recordemos que ECOPETROL produce suficiente petróleo para abastecer el mercado interno, por lo cual pudo haber seguido la ruta brasileña. Pero no lo hizo.
En Argentina, Bolivia, Ecuador y Venezuela (los dos últimos no aparecen en el gráfico), los precios se mantuvieron estables. En todos los casos, aunque con variantes, los gobiernos implementaron políticas de regulación del mercado interno (en Venezuela el precio de la gasolina corriente se ha mantenido en US$ 0.16/galón; en Ecuador, el precio es US$ 0.40/galón). En Bolivia y Argentina, los precios están cercanos a los US$ 2/galón (ver gráfico).
Cuando reventó la burbuja en agosto, los precios bajaron rápidamente en Brasil, Chile y Perú (más en el primero), mientras que en Colombia la bajada fue más lenta. Es interesante la comparación con EE. UU., país que no tiene un componente de impuestos tan grande como Brasil, Chile y Perú. A pesar del alza de precios en EEUU, éstos siempre fueron inferiores a los 3 países mencionados. El análisis se detiene en diciembre del 2008 y sugiere grandes diferencias en las políticas de venta de combustibles entre los países. Habrá que analizar qué ha pasado de diciembre pasado a la fecha.
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