Corbeta Esmeralda
Propaganda sureña alucina que decenas de tripulantes del buque de Prat se alistaban a saltar, totalmente en cueros, a la cubierta del monitor de Grau.- Huáscar salva de muerte segura a sesenta oficiales y marinos chilenos que dieron un mal paso y en caída libre fueron a dar al mar.- Calatos chilenos soñaban abordar el Huáscar usando las armas que llevaban en los bolsillos, pliegues y orificios de su traje de Adán.- La indiscreta historia de los "héroes" desnudos de la Esmeralda
Escribe: César Vásquez Bazán
Carta del teniente chileno Francisco Sánchez en que menciona el estado de desnudez en que se encontraban los oficiales, guardiamarinas y marineros de la Esmeralda.
(Ahumada 1884, 301)
En el combate del 21 de mayo de 1879, en el cual el Huáscar despachó al fondo del mar, de tres espolonazos, a la corbetaEsmeralda, existe un incidente que la historia chilena oculta, sin duda avergonzada. Se trata de la extraña decisión que fue adoptada por decenas de marinos chilenos tras el segundo espolonazo del Huáscar. Pensando en arrojarse al mar, los invasores sureños se desnudaron totalmente con la finalidad de poder nadar de manera libre, aumentando las posibilidades de sobrevivir el inminente naufragio de la corbeta de Prat.
Sesenta chilenos, entre oficiales y tripulantes de la Esmeralda, aceptaron de buena gana tener que quedarse en pelotas para intentar salvar el pellejo. Los nudistas sureños, sin excepción —tenientes, guardiamarinas, marineros y civiles—, todos ellos gritando emocionados hasta las lágrimas “¡Viva Chile mierda!”, cayeron al mar de culo y titiritando, completamente en pelotas. Alucinaban que habían alcanzado la cubierta del Huáscar.
Ésta es la historia que se oculta en Chile: los insolentes bloqueadores de Iquique, formalmente desnudos, calatos en cuerpo y alma, con los cocorocos al aire y mostrando sus multiformes nalgas, fueron a parar, juntitos, a las aguas del Pacífico, de donde serían salvados por órdenes del Caballero de los Mares. Pudieron volver a vivir debido a que Miguel Grau siempre consideró el Conflicto del Salitre como una guerra civil, demostrando una humanidad ejemplar —y no correspondida— en el trato de los invasores chilenos. Lo primero que hizo el Contralmirante Grau, tras recoger a los náufragos de la Esmeralda, fue entregarles a cada uno de ellos ropa nueva, de marinero peruano, para que cubrieran su penosa presencia.
La propaganda sureña no relata el tragicómico incidente de la desnudez de los “heroicos” marinos de la Esmeralda. En el colmo del atrevimiento, los publicistas chilenos afirman que los nudistas de la Esmeralda intentaron “abordar” el Huáscar y lo hubieran hecho si no hubiera sido por la rapidez del retiro del monitor peruano, tras el espolonazo final. La acción del monitor peruano hizo que los gallardos oficiales y marineros chilenos, en vez de caer sobre la cubierta del Huáscar, se precipitaran directamente y sin escalas sobre el océano.
Los sahumadores chilenos nunca han explicado porque los supuestos “abordadores” intentaban saltar al Huáscar quitándose el uniforme y quedándose en cueros. Desnudarse en batalla no parece ser una decisión muy militar que digamos. Tratando de justificar el extraño acto, hay chilenos que afirman que los oficiales y marineros desnudos de la Esmeralda, a pesar de estar en cueros, pensaban utilizar en su soñado “abordaje” las armas que llevaban en los bolsillos, pliegues y orificios de su traje de Adán...
Testimonios chilenos de la desnudez de los supuestos “abordadores” del Huáscar
Afortunadamente para la Historia, existen diversos testimonios de chilenos sobrevivientes de la Esmeralda, recogidos por publicaciones chilenas, que registraron el inexplicable y repentino apego al nudismo que afectó a la marinería del país del sur al final del Combate de Iquique.
Presentaremos dos confirmaciones chilenas de la desnudez de los tripulantes de la Esmeralda.
La primera proviene del teniente chileno Francisco Sánchez, y aparece en la carta que escribió a su hermano Carlos dos días después de la rotunda victoria del Huáscar, misiva que aparece en la ilustración superior. El 23 de mayo de 1879, el teniente Sánchez explicó: “Los que salvamos fuimos tomados medio ahogados por los botes del Huáscar, completamente desnudos una gran parte” (Ahumada 1884: 301).
La segunda declaración proviene del ingeniero chileno embarcado en la Esmeralda Juan Agustín Cabrera Gacitúa, quien confesó que “la mayor parte” de los oficiales, marineros y civiles chilenos que saltaron al mar “estábamos completamente desnudos. Los que no habían podido desembarazarse de su ropa antes de sumergirse, lo hicieron después para tener más libertad al andar” (Ahumada 1884: 375).
El Combate Naval de Iquique relatado por el chileno Cabrera Gacitúa relata la completa desnudez de la tripulación sobreviviente de la Esmeralda.
(Ahumada 1884, 375).
En el mismo documento, el ingeniero chileno Cabrera Gacitúa reconoce que “sólo dos o tres estábamos medio cubiertos; los demás titiritábamos de frío, completamente desnudos” (Ahumada 1884, 376).
El chileno Cabrera Gacitúa insiste en la completa desnudez de la tripulación de la Esmeralda.
(Ahumada 1884, 376)
Tener que sobrellevar su completa desnudez sobre la cubierta del Huáscar, aunque por breve tiempo, fue el inusitado capítulo final de estos “héroes” de la propaganda chilena, que lo único que pudieron abordar el 21 de mayo de 1879 —con ayuda peruana, por supuesto— fueron las lanchas de salvataje enviadas por Miguel Grau para rescatarlos de las aguas del Pacífico, tras el fracaso de su supuesto “salto” sobre el glorioso monitor peruano.
Fuentes chilenas
Ahumada Moreno, Pascual. 1884. Guerra del Pacífico: recopilación completa de todos los documentos oficiales, correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra de que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia. Volumen I. Valparaíso: Imprenta del Progreso.
© César Vásquez Bazán, 2013
Abril 18, 2013
http://cavb.blogspot.com/
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