Corrección de límites de Tacna
Del Castillo debe dar explicaciones al país
En estos días de la presentación de la causa peruana ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de la Haya, sale a luz la noticia de que sea rectifica la ley N.o 27415, que establece los límites del departamento de Tacna. El problema radica en que en 2001 el Congreso peruano aprobó una ley según la cual el límite entre Tacna y Chile es el hito N.o 1 (opinión que sostienen los chilenos) y no el punto Concordia, que es lo que fija el tratado de 1929 entre Chile y el Perú.
Sucede que en octubre de 2001 se dio la mencionada ley, cuyo artículo 3.o —el que considera el hito N.o 1 y no el punto de La Concordia— causó gran rechazo en la población tacneña. Hasta aquí podríamos pensar que se trató de un error; pero tengamos en cuenta que el Congreso desestimó las protestas de los tacneños y las cosas siguieron sin variación, lo cual indica que para los congresistas es más importante quedar bien con Chile, país delincuente y enemigo, que con los electores peruanos, que votaron por ellos y los mantienen con los impuestos que pagan.
El congresista tacneño Juvenal Ordóñez, del Partido Nacionalista Peruano, mediante oficio en abril de 2007 se dirigió a Jorge del Castillo para informarle de este caso y proceder a la rectificación y reiteró el preocupante pedido en noviembre del 2007. Por supuesto que Del Castillo y los apristas, comprometidos de alma y corazón con sus patrones chilenos, dieron largas al asunto, para así garantizar a Chile que en nada iba a variar el control que ejerce en el triángulo de tierra tacneña de 37 000 m2 que controla al establecer el hito N.o 1 como punto inicial de la frontera común. Esto coincide con nuestra posición de reiterada denuncia en el sentido de que el actual gobierno aprista está entregando a Chile silenciosamente el mencionado triángulo; contra viento y marea, el gobierno aprista prochileno desea que con el control de varios años que tiene Chile de esa área pueda reclamar después el derecho de quedarse allí porque el Perú —esto es, el gobierno entreguista del Apra— consintió, toleró y reconoció que Chile tiene “derecho” de poseer ese territorio peruano.
Por supuesto que el error de la mencionada ley no fortalece la posición de Chile porque —como señala el ex ministro de Relaciones Exteriores Manuel Rodríguez Cuadros— la demarcación de fronteras no puede modificarse de manera uniliateral. Pero queda la intención de los sirvientes prochilenos de ceder territorio peruano en beneficio de sus amos. Los chilenos ahora se burlan diciendo que faltando sólo minutos para la presentación de la demanda peruana ante la CIJ, el Perú trata de modificar una demarcación que le daba la razón a Chile.
Aparte del caso particular, debe ser motivo de reflexión y alarma que al menor descuido y falta de vigilancia ciudadana, el Congreso peruano emite una ley favorable a Chile y, lo que es más grave, se ha resistido a rectificarla. ¿A quién representan esos mequetrefes, sinvergüenzas y comechados que llegan al parlamento? Eso no es todo, tenemos varias perlas más del Congreso:
a) cuando sectores ciudadanos y profesionales como el Colegio de Ingenieros del Perú demuestran la inconveniencia de exportar el gas (y con mayor razón venderlo a Chile, añadimos nosotros) y lo atinado de establecer industria petroquímica, el ministro del ramo se defiende diciendo que el Congreso dio una norma que permite la exportación de gas en perjuicio de la atención del mercado interno;
b) las comisiones de Defensa y Orden Interno y la de Energía y Minas, para contribuir con el esfuerzo belicista de Chile, nunca se han manifestado en contra de vender gas a dicho país enemigo, sabiendo que el principal beneficiario del gas peruano sería Codelco, la corporación estatal del cobre chilena que financia el armamentismo chileno;
c) nunca la comisión de Defensa y Orden Interno ha iniciado una investigación para determinar en qué momento exacto empezó la usurpación del triángulo de tierra tacneña, con el fin de deslindar responsabilidades y determinar si los militares peruanos fueron desalojados en combate de esa zona o si fueron cómplices silenciosos del enemigo chileno;
d) cuando el gobierno aprista lacayo de Chile firma en secreto un Tratado de Libre Comercio (TLC) dándole el nombre de “Acuerdo de Complementación Económica” (ACE) con la finalidad de eludir el control del Congreso peruano, los congresistas han callado en todos los idiomas, lo cual favorece a Chile, que aumentará su control de la economía peruana;
e) el Congreso ha aceptado que Allan Wagner, de conocida tendencia prochilena, forme parte del equipo que va a sustentar el planteamiento peruano ante la CIJ, pasando por alto que este personaje firmó en 1985 un acuerdo con Chile para distorsionar la enseñanza de la historia del Perú, que aceptó vender a los chilenos el terreno peruano de El Chinchorro porque esto convenía a los rateros chilenos y que no defendió los derechos del Perú en la bahía de Arica.
f)Lan comete espionaje comprobado de nuestro territorio, lo cual sería motivo en cualquier país que se respete no sólo para expulsarla, sino para romper o reducir al mínimo las relaciones bilaterales, pero no se ha sacado del país a esta empresa que, además, realiza prácticas abusivas aprovechando de la posición de dominio que se la ha permitido y realizando campaña antiperuana con vídeos denigratorios del Perú.
g)en Chile matan y agreden a peruanos en actos xenofóbicos y ni el poder ejecutivo ni el Congreso son capaces de una firme y pública protesta, de la cual sí fue capaz, por ejemplo Ecuador en defensa de sus ciudadanos en el exterior.
Tal es el Congreso que hemos elegido, que los ciudadanos peruanos pagamos con nuestro dinero… ¡para que defiendan los intereses de Chile, país delincuente y enemigo del Perú! Finalmente, otro asunto alarmante es la distorsión de la democracia que realiza el Apra. Hemos mencionado que al subir Alan García al gobierno le pareció maravillosa la mencionada ley N.o 27415 y ni él ni su partido quisieron modificarla (¡estabilidad jurídica para los patrones chilenos!); aquí debemos reflexionar que para los apristas nada valió el descontento tacneño; en segundo lugar, los apristas también ignoraron el pedido expreso de Juvenal Ordóñez. Y si es así, si ningunean a un congresista, ¡qué posibilidades de ser oído tendrá el reclamo de un ciudadano común y corriente…! Las posibilidades son nulas si lo que pide es algo que defienda los intereses del Perú frente a Chile.
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