Ante tal impugnación, el 7 de junio la cancillería peruana mediante nota diplomática de protesta, rechazó la pretensión chilena de confundir la delimitación marítima pendiente con los límites terrestres fijados en 1929. La reacción del canciller chileno no se hizo esperar mediante una nota de respuesta de fecha 11 del mismo mes y expresando públicamente su consabida y reiterativa frase: “no existen asuntos limítrofes pendientes con Perú”.
El artículo 2.° del Tratado de 1929 establece que la frontera debe partir de un punto que se denomina “Concordia”, el cual fue determinado en abril de 1930 por la “Comisión Mixta de Límites” ―creada en virtud del Tratado― resolviendo que “este punto de intersección del arco trazado con la orilla del mar será el inicial de la divisoria entre Perú y Chile”. Asimismo, dispuso la colocación de un hito a una distancia prudencial de la orilla para evitar su destrucción por el mar, siendo éste fijado a aproximadamente 180 metros y denominado hito N.° 1 o hito orilla del mar.
A pesar que el presidente Alan García haya pedido a los peruanos serenidad por el diferendo, y el día 14 en Bolivia, Tarija, haya renovado su amistad y fortalecido la relación de confianza con la presidenta Michelle Bachelet, lo cierto es que Chile mantiene de manera arbitraria su improcedente e írrita posición de delimitación a partir del hito N°1. Recordemos que en marzo 2001 instalaron una caseta de vigilancia invadiendo nuestro territorio, debiendo retirarla pocos días después y, en diciembre 2006, para la creación de la XV Región Arica Parinacota, intentaron establecer en la ley el límite “desde el paralelo del hito N°1 en el mar chileno”, no logrando su cometido.