por Victor Mejía Franco (1)
Así titula su editorial (02 de Julio
de 2007) un diario de circulación nacional. Lo que criticamos no es sólo el contenido erróneo de sus
declaraciones sino la grave responsabilidad en que está incurriendo ese matutino,
al difundir conceptos alejados, no sólo de la realidad, sino de los intereses
del país. Por razones de conciencia, nos vemos precisados a exponer cuanto conocemos
acerca del delicado problema de la delimitación marítima con Chile, en la
esperanza de encontrar ciudadanos que hagan suya esta lucha por salvar para el
Perú su soberanía sobre las 200
millas de mar territorial.
Dice el periódico: “Es
lamentable que por chauvinismos mal entendidos, nuestro país continúe sin
ratificar la Convención
del Mar (como han hecho otros 150 Estados, entre ellos Chile), que da la razón
a nuestros argumentos, al establecer la bisectriz como demarcatoria marítima”.
En vía de contradicción a estas expresiones nos cabe aclarar que la defensa que hacemos del mar territorial de 200 millas se fundamenta exclusivamente en consideraciones de naturaleza jurídica, técnica y económica, que ponemos a disposición de los interesados. Así que están de más los calificativos de “chauvinismos mal entendidos” y también los “bien entendidos”.
Veamos por partes y cucharadas:
a)
Sobre
los 150 Estados que ya han ingresado a la Convención del Mar. Este hecho no tiene relación
con nosotros. Esa masa de países tienen sus mares depredados ó casi depredados
ó no tienen mares en absoluto. Se entiende que ellos quieran venir a nuestro
mar que es el más rico del mundo, para ver qué pueden llevarse de aquí. Por lo
mismo, haríamos un pésimo negocio si abrimos nuestro mar a esos 150 potenciales
visitantes, cuando lo que cabe es aprovechar primero su riqueza en beneficio
del Perú y los peruanos. Para los interesados en conocer lo que se podría
hacer, hagamos un foro para divulgarlo.
b)
Lo
triste es que de entrar en la
Convención del Mar, como tantas veces lo repitió el maestro
Alfonso Benavides Correa, “estaríamos cambiando nuestro dominio marítimo
uninacional con soberanía y jurisdicción, por un condominio multinacional sin
soberanía ni jurisdicción”. Es muy claro
que Chile anhela el ingreso del Perú a esa Convención, porque conseguiría
patente de corso para incursionar, no sólo en el triángulo de mar de 37,900 km2
que hasta ahora ocupa impunemente, sino en el resto de nuestro mar.
c)
El
ingreso del Perú a la
Convención del Mar, si ocurriera, sería la mejor garantía de
Chile para ganarnos en el diferendo marítimo de La Haya, puesto que si bien ese
Tratado ha copiado de la jurisprudencia internacional aquello de la línea
bisectriz, también ha establecido que tal disposición no puede aplicarla si
antes los países involucrados han llegado a un acuerdo en otro sentido. Como la Convención del Mar es
un tratado que pretende regular el uso de los mares, y el Perú ha convenido con
Ecuador y Chile (1954) el uso de la línea paralela para delimitar sus zonas
pesqueras, este argumento convenientemente presentado sería suficiente para
debilitar peligrosamente la posición del Perú. Pero si el Perú no entra a la Convención, el concepto de la bisectriz a que se refiere la Convención del Mar puede
invocarse en calidad de legislación comparada, a la hora de historiar las
soluciones viables sobre delimitación marítima.
Es muy necesario que la ciudadanía
tenga claras estas ideas, para oponerse razonadamente a aquellos medios, que sin
duda con buena intención, pero con escasos conocimientos del tema, pretendan orientar
la opinión pública, consiguiéndose
precisamente el efecto contrario, en perjuicio del Perú.
Nuestro editorial amigo remata con
una estocada: “Ojalá que nuestros
congresistas entiendan la necesidad de adherirnos a la mencionada Convención”. Pero, en realidad sería una estocada suicida,
porque de ingresar el Perú a la
Convención del Mar, perdería por mano y decisión propia su
soberanía marítima sobre el íntegro del Mar de Grau, y no sólo sobre el
triángulo de mar ahora ocupado por Chile, aunque se consiguiera la anhelada
victoria en La Haya.
Lima, 02 de Julio de 2007.
(1) De la Comisión Patriótica para la Defensa del Mar de Grau