Pese a haberlo negado, cuando los diarios noruegos e internacionales dieron cuenta de una extraña luz turquesa en los cielos de Noruega, los rusos admiten que se trató de un misil intercontinental fallido.
En primer lugar, los expertos, después de analizar las evidencias gráficas, señalaron que no podía ser un meteorito, pues estos cuerpos iluminan sólo brevemente el espacio, a diferencia de la misteriosa luz, que pudo ser vista durante 15 minutos.
Un astrofísico estadounidense, Jonathan McDowell, manifestó que el fenómeno fue "un misil balístico fallido, probablemente, lanzado por Rusia desde un submarino para probar su sistema de defensa".
El extraño efecto luminoso celeste se apreció especialmente el miércoles sobre la base militar de Skjold.
Finalmente, el ministerio de Defensa de Rusia, aunque sin mencionar la luz sobre Noruega, admitió el fracaso de un lanzamiento de prueba de un Bulavá. "Se ha establecido que las dos primeras etapas del cohete funcionaron normalmente, pero en la etapa siguiente, la tercera, se produjo un fallo técnico", informó el servicio de las Fuerzas Estratégicas de Misiles (FER) en un comunicado difundido por las agencias rusas.
Según la agencia Interfax, de los anteriores once lanzamientos de prueba de misiles Bulavá (Maza) seis resultaron fallidos. El misil R30 3M30 Bulavá-30 (SS-NX-30, según la clasificación de la OTAN, y RSM-56 en los tratados internacionales) es una versión naval del misil balístico intercontinental con emplazamiento en tierra Tópol.