Mubarak desinfla expectativa por su salida: no se va
Centenares de miles de egipcios en la protesta de hoy manifestaban júbilo creyendo en la inminente salida de su cargo de presidente del dictador Hosni Mubarak, pero sus expectativas se desinflaron después que en un mensaje éste desafió a su pueblo y aseguró que permanece en el poder hasta una próxima transferencia que siga a un proceso electoral.
Centenares de miles de egipcios en la protesta de hoy manifestaban júbilo creyendo en la inminente salida de su cargo de presidente del dictador Hosni Mubarak, pero sus expectativas se desinflaron después que en un mensaje éste desafió a su pueblo y aseguró que permanece en el poder hasta una próxima transferencia que siga a un proceso electoral.
Tras el discurso de Mubarak, en el cual asegura que quiere seguir hasta septiembre pero que transferirá parte de sus poderes al vicepresidente Omar Suleimán, las multitudes reaccionaron con furia.
Prácticamente burlándose de los manifestantes, dijo de ellos que realizan "demandas justas" y aseguró que no castigará las revueltas, pese a que diversas organizaciones internacionales calculan en cerca de 300 el número de muertos como consecuencia de la serie de protestas diarias en todo el país. También dijo que no encuentra ninguna incomodidad en oír “a la juventud de mi pueblo" y que "la sangre de vuestro mártires no se va a perder",
En otra parte de su anuncio, el dictador pidió a su pueblo que se marche a casa y que no vean "las televisiones extranjeras".
Lo que había encendido las ilusiones de las multitudes fue un comunicado del Consejo Supremo del Ejército, en el que respaldaba las demandas legítimas del pueblo y que lo protegería. Mientras que Mubarak había manifestado que se estaba discutiendo su posible salida, la cual veía con buenos ojos.
Esas noticias desataron el júbilo popular durante toda la tarde, con una de las manifestaciones más nutridas de estos días. En la plaza Al Tahrir habían instalado pantallas gigantes para presenciar el discurso en el cual creían que Mubarak anunciaría su dimisión, pero reaccionaron con furia al conocer que éste se aferra al cargo.
Mubarak condena lo que llama "inaceptables imposiciones del exterior mientras el vicepresidente Suleimán, favorito de Israel, pidió a los manifestantes, después de las palabras de Mubarak, que se vayan a casa para avanzar unidos hacia el futuro.
En tanto, se prevé que la manifestación de mañana sea la más grande en el día de oración musulmán, viernes, y se estima que las protestas se realicen en todo el país y que desde el interior concurran las muchedumbres hacia El Cairo. Pero, adelantándose, el régimen del dictador ocasionó un cortocircuito al tren a la capital egipcia.
Además de las manifestaciones, Egipto también experimenta huelgas de trabajadores de los sectores textil, de telecomunicaciones y metalúrgico, lo cual se suma a la suspensión de los servicios turísticos a las célebres zonas arqueológicas.
Prácticamente burlándose de los manifestantes, dijo de ellos que realizan "demandas justas" y aseguró que no castigará las revueltas, pese a que diversas organizaciones internacionales calculan en cerca de 300 el número de muertos como consecuencia de la serie de protestas diarias en todo el país. También dijo que no encuentra ninguna incomodidad en oír “a la juventud de mi pueblo" y que "la sangre de vuestro mártires no se va a perder",
En otra parte de su anuncio, el dictador pidió a su pueblo que se marche a casa y que no vean "las televisiones extranjeras".
Lo que había encendido las ilusiones de las multitudes fue un comunicado del Consejo Supremo del Ejército, en el que respaldaba las demandas legítimas del pueblo y que lo protegería. Mientras que Mubarak había manifestado que se estaba discutiendo su posible salida, la cual veía con buenos ojos.
Esas noticias desataron el júbilo popular durante toda la tarde, con una de las manifestaciones más nutridas de estos días. En la plaza Al Tahrir habían instalado pantallas gigantes para presenciar el discurso en el cual creían que Mubarak anunciaría su dimisión, pero reaccionaron con furia al conocer que éste se aferra al cargo.
Mubarak condena lo que llama "inaceptables imposiciones del exterior mientras el vicepresidente Suleimán, favorito de Israel, pidió a los manifestantes, después de las palabras de Mubarak, que se vayan a casa para avanzar unidos hacia el futuro.
En tanto, se prevé que la manifestación de mañana sea la más grande en el día de oración musulmán, viernes, y se estima que las protestas se realicen en todo el país y que desde el interior concurran las muchedumbres hacia El Cairo. Pero, adelantándose, el régimen del dictador ocasionó un cortocircuito al tren a la capital egipcia.
Además de las manifestaciones, Egipto también experimenta huelgas de trabajadores de los sectores textil, de telecomunicaciones y metalúrgico, lo cual se suma a la suspensión de los servicios turísticos a las célebres zonas arqueológicas.