La boda de Kate y William y sus curiosidades

La boda más importante de los últimos años en el Reino Unido, del príncipe William y Kate Middleton, ha tenido sus peculiaridades.

 

 


Este estilo matrimonial es en parte inca, pues como los incas, los novios primero pasaron por un “servinacuy” (un periodo de convivencia a prueba), tras lo cual deciden casarse en ceremonia pública.

Un detalle que no se vio antes es la introducción de árboles en la Abadía de Westminster para la ceremonia religiosa. Son seis arces y dos ojaranzos, junto a las flores blancas del bosque del Valley Gardens, en Windsor Great Park.

En un principio Kate quiso adornar su cabeza con flores, pero finalmente aceptó llevar una tiara con diamantes prestada, que perteneció a la reina madre.

Una de las flores que escogió para su ramillete se llama “Sweet William” (Dulce William), acorde con el nombre del príncipe, mientras que el 29 de abril es día de Santa Catalina (Catherine, como el nombre de la novia).


La Abadía de Westminster es más chica que la Catedral St. Paul, que acogió a más invitados, por ser Carlos príncipe heredero.

William no usará su aro matrimonial, y salió de la Abadía sin llevarlo puesto. Los aros se hicieron de una pepa de oro de la mina Clogau St. David, en Bontddu.

El servicio de meteorología falló, pues anunció probable lluvia. Se previó un coche con lunas, pero como el tiempo estuvo bueno, usaron, para salir de la Abadía de Westminster, una carroza modelo Landau de 1902 con la cual recorrieron dos kilómetros hasta el Palacio de Buckingham.

Para los que rechazan a la realeza, el periódico británico The Guardian colocó en internet una opción para ocultar noticias de esta boda.


Fue excesivo usar a una niña de tres años, Grace van Cutsem, como dama de honor, quien en el balcón del Palacio de Buckingham, se mostró enfadada por el ruido y plantó su cabeza sobre la baranda tapándose los oídos, con el ceño bien fruncido.

Igual que Diana en su boda ante una niña, Kate se inclinó para hablar a esta pequeña, ahijada del príncipe William.

Al acompañar a los novios, Camila Parker Bowles parecía creerse la novia y saludaba con las manos al público, con un meneo curioso que parecía no ser saludo, sino una llamada. En el balcón los novios eran los protagonistas y quienes debían saludar, por ello la reina y los otros miembros de la familia permanecieron con las manos quietas.

 


Kate Middleton rompió el protocolo con un feo señalamiento usando su dedo índice.

En
las últimas décadas, la monarquía británica ha sido la más escandalosa, pese a ello, sus súbditos se mantienen embelesados con la realeza.

 

 

Camila se creía la novia...

 

La reina en el balcón guardando las formas

 

Saliendo de la Abadía de Westminster

Trompetas anuncian el ingreso de Elizabeth II en la abadía

William no usa productos contra la calvicie