Presentación de la XXVI jornada mundial de la juventud
Esta mañana, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, tuvo lugar la presentación de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar en Madrid (España) del 16 al 21 de agosto. Intervinieron en el acto el cardenal Stanislaw Rylko, presidente del Pontificio Consejo para los Laicos; el cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid; Yago de la Cierva, Director ejecutivo de la JMJ 2011; Elsa Vázquez Maggio, voluntaria internacional y José Antonio Martínez Fuentes, de la Secretaría General de la JMJ 2011.
"Cada JMJ es una experiencia extraordinaria de una Iglesia amiga de los jóvenes, partícipe de sus problemas -dijo el cardenal Rylko- una Iglesia que se pone al servicio de las generaciones jóvenes. Es una experiencia de Iglesia universal -única en su género- que abraza a todo el planeta, de una Iglesia joven, llena de entusiasmo y empuje misionero. Es una epifanía de la fe cristiana que tiene dimensiones realmente planetarias. Y los jóvenes, especialmente en nuestras vieja Europa, profundamente secularizada y laicista, necesitan particularmente todo esto".
El purpurado recordó que es la segunda vez que España "acoge generosamente" la JMJ y habló de la anterior Jornada, celebrada en 1989 en Santiago de Compostela. "Fue efectivamente en Santiago de Compostela donde se estructuró la Jornada Mundial de la Juventud tal y como es en la actualidad: tres días de catequesis, la vigilia de oración el sábado por la noche y la celebración eucarística de envío misionero de los jóvenes como cierre. Siempre en Santiago se descubrió la dimensión de la peregrinación como elemento esencial del camino de los jóvenes del mundo tras las huellas del Sucesor de Pedro".
"En los años sucesivos -prosiguió- cada JMJ ha añadido algo nuevo al programa: en Denver, en 1993 el Vía Crucis; en París, en 1997 las jornadas previas en las diócesis y el "Festival de la juventud" (una especie de programa cultural); en Roma, en el 2000 la Fiesta del Perdón, con 300 confesionarios llenos de jóvenes en el Circo Máximo; en Toronto, en 2002 la "Feria vocacional" y, en fin, en Colonia en 2005, la adoración eucarística. El programa que de vez en vez se propone a los jóvenes, no es por lo tanto estático, sino en continua evolución, intentando siempre responder cada vez mejor a las verdaderas necesidades espirituales de los jóvenes de hoy".
Por lo que se refiere a las cifras, el cardenal dijo que la JMJ de Madrid "se anuncia como un evento particularmente significativo. Ya se han inscrito 400.000 jóvenes; 14.000 sacerdotes acompañan a sus jóvenes; los obispos son 744, de los cuales 263 son obispos-catequistas; 250 son los lugares para las catequesis, que serán pronunciadas en 30 lenguas (una verdadera Pentecostés); 700.000 copias de YOUCAT se distribuirán a los jóvenes en 6 idiomas; 24.000 voluntarios procedentes de varios países prestarán diferentes servicios; y, en fin, antes de llegar a Madrid, los jóvenes se detendrán en 68 diócesis españoles, confirmando así que toda la Iglesia en España está involucrada directamente en la experiencia de la JMJ". Para los jóvenes que no podrán acudir a la capital española "en varios países están previstas concentraciones de jóvenes que se conectarán a través de Mundovisión o de Internet, por ejemplo, en Ucrania, Burundi o Madagascar".
Después de subrayar que "la presencia del Santo Padre constituye el fulcro de cada JMJ" el presidente del Pontificio Consejo para los Laicos recalcó que la JMJ de Madrid "se desarrolla a la enseña de la reciente beatificación de Juan Pablo II, el fundador de la JMJ. El Papa Wojtyla regresa así entre los jóvenes a los que tanto amó y por los que fue tan amado; esta vez regresa como beato patrono y protector. De hecho, la celebración eucarística de acogida de los jóvenes peregrinos, presidida por el arzobispo de Madrid, el cardenal Antonio María Rouco Varela, el martes 16 de agosto en la Plaza de la Cibeles, estará dedicada al nuevo beato".