Tras la ceremonia civil realizada ayer, hoy tuvo lugar el matrimonio religioso entre el príncipe Alberto II de Mónaco y la princesa Charlène, ex campeona olímpica de natación sudafricana, quien lució un deslumbrante y elegante vestido.
La liturgia católica estuvo a cargo del arzobispo de Mónaco, Bernard Barsi, a la cual asistieron 850 invitados al aire libre en el Palacio de Mónaco.
El vestido sin hombros de la novia fue diseñado por Armani, cuyo equipo tomó 2,500 horas en terminarlo. De ese tiempo, 700 horas fueron dedicadas al bordado con trama bañada en platino en seda blanca, con 40 mil cristales Swarovski, 20 mil madreperlas y 30 mil piedras de tonos oro.
La cola medía 20 metros de tul de seda que tomó 100 horas de confección.
El novio lució uniforme crema de la guardia del Palacio de Mónaco, con mangas bordadas con hojas de roble y olivo.
Acompañaron a la novia, que ingresó del brazo de su padre, su dama de honor Donatella Knecht de Massy y siete pequeñas damas de Mónaco y de los distritos vecinos de Francia, quienes vistieron tafetán rojo y blanco con sombreros y sandalias al estilo campesino.
El intercambio de aros se realizó con anillos de 18 kilates de oro blanco platino, de Cartier, mientras Charlène sonreía colocando el anillo a Alberto.
Durante la ceremonia leyeron pasajes de las Escrituras las sobrinas de Alberto, Alexandra, hija de la princesa Carolina, y Pauline, hija de la princesa Estefanía.
Como parte de la música de acompañamiento, cantaron el tenor peruano Juan Diego Flores y el cantante Andrea Bocellli.
Tras la ceremonia la pareja se dirigió a la iglesia de Santa Devota, patrona de Mónaco, donde Charlène depositó su ramo de flores, exactamente lo mismo que hizo Grace de Mónaco en su boda. Allí Charlene no pudo contener las lágrimas.
A la salida los novios recibieron una lluvia de pétalos de rosas ecuatorianas y durante todo el recorrido miles de monegascos lanzaban vivas a la pareja agitando las banderas.
A la ceremonia concurrieron representantes de todas las casas reales europeas y jefes de estado como el presidente francés Nicholas Sarkozy. También celebridades como la supermodelo Karolina Kurkova, el diseñador Karl Lagerfeld, la gimnasta rumana Nadia Comaneci, la soprano estadounidense Renee Fleming, entre otros.
Tras la ceremonia el Palacio de Mónaco ofrece una cena para 450 invitados a cargo del cocinero francés Alain Ducasse, quien tiene ciudadanía monegasca y es ganador de tres estrellas Michelin y preparará platos que incluyen pescado fresco y verduras de la granja del príncipe Alberto.
Los monegascos tuvieron que esperar hasta que el esquivo Alberto cumpla 53 años para verlo casado. Hasta ya se había modificado la constitución para asegurar la línea Grimaldi con los hijos de Carolina en caso de que Alberto no tenga un heredero.
Alberto ya tiene dos hijos fuera de matrimonio. Un niño con una aeromoza negra africana y una adolescente con una estadounidense blanca.
Al promontorio rocoso Le Rocher, donde se ubica el palacio, sólo fue permitido acceder a menos de ocho mil monegascos.
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