Estados Unidos decidió reducir significantemente la escala de una gigantesca maniobra militar que tenía programada para octubre con Israel, en el contexto de las crecientes preocupaciones sobre un eventual ataque israelí contra las instalaciones nucleares de Irán, de acuerdo con un informe de la revista Time.

El enorme ejercicio militar proyectado para semanas antes de las elecciones presidenciales estadounidenses no será el gran evento que todos esperaban.

La maniobra, en la que debían participar miles de soldados, tiene como objetivo probar los sistemas de defensa contra un ataque simultáneo de misiles desde Irán y Siria.

El ejercicio militar conjunto ha sido designado con el nombre de “Austere Challenge 12” (Desafío severo).

Según el reporte de Time, Washington redujo el número de tropas estadounidenses que debían viajar a Israel. De los cerca de 5.000 militares que originalmente habían sido convocados, el Pentágono despachará tal vez a 1.500, o incluso solamente a 1.200 de sus hombres.

También ha reducido el número y la potencia de los sistemas de misiles interceptores que serán usados en la maniobra. Los sistemas antimisiles Patriot arribarán como estaba planeado, pero los equipos que los operan se quedarán en sus casas. En lugar de dos buques que portan el sistema Aegis de defensa antimisiles, solamente uno será desplegado; y ni siquiera esto tampoco es seguro, dice la revista Time.
El informe sugiere que un pequeño despliegue norteamericano hará más difícil para Israel lanzar un ataque preventivo contra las instalaciones atómicas de la República Islámica.

“Básicamente, lo que los norteamericanos están diciendo es ‘No confiamos en ustedes’”, dijo una fuente militar israelí a Time.

En la explicación oficial de Washington se haba de preocupaciones presupuestarias; sin embargo, la decisión coincide con las crecientes tensiones entre la administración del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y las persistentes amenazas del gobierno del primer ministro, Biniamín Netanyahu, sobre un eventual ataque contra Irán.

El director del Centro de Estudios Estratégicos Begin-Sadat, de la Universidad de Bar Ilán, profesor Efraim Inbar le explicó a Time que la razón de la marcha atrás norteamericana es clara:

“Pienso que ellos no quieren insinuar que están preparando algo con los israelíes en contra de Irán; ese es el mensaje”, expresó Inbar, “¿Confiar? Nosotros no confiamos en ellos. Ellos no confían en nosotros. ¡Todas esas nociones liberales! Incluso un presidente liberal como Obama lo sabe”.

El asistente de la secretaría de Estado, Andrew Shapiro, había designado hace varios meses atrás al Austere Challenge de “por lejos el más grande e importante ejercicio militar de la historia estadounidense-israelí”.

Fuentes de Washington se apresuraron a negar que la media transmita un mensaje de desconfianza hacia Jerusalén. “Austere Challenge 12 sigue siendo el ejercicio balístico de defensa antimisiles más grande que hayan llevado a cabo nuestros países y un significante aumento con respecto al evento anterior, en 2009”, dijo el teniente coronel de la Fuerza Aérea Jack Miller, portavoz del Pentágono.

El ejercicio militar tenía como metas simular el disparo simultáneo de decenas de misiles sirios e iraníes contra Israel. El Estado judío iba a probar su sistema de defensa antimisiles mejorado Jetz 2 (Arrow o Flecha), mientras que Estados Unidos emplazaría el sistema Aegis de defensa contra misiles balísticos y las plataformas de defensa aérea Patriot PAC-3.

Según el reporte, el objetivo era mejorar la interoperabilidad de los sistemas antimisiles israelíes y norteamericanos que han sido interconectados significativamente. Estados Unidos ha instalado un radar en el Negev que apunta directamente hacia Irán y está conectado al sistema antimisiles israelí Jetz.

El radar es tan sensible que puede detectar una pelota de beisbol arrojada desde miles de kilómetros de distancia. Solamente los oficiales norteamericanos están autorizados a ver lo que sucede en las pantallas, una salvaguarda probablemente para prevenir que Israel ataque por su cuenta a Irán; después de todo, los equipos estadounidenses pueden detectar un misil iraní seis o siete minutos antes que el mejor radar israelí.

Aurora, Tel Aviv 01-09-2012

 
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