Tamer Sarkis Fernández (*)
Jordi Armadans, Director de la llamada Fundació per la Pau (por la Paz), habla con el semanario El Triangle (nº 1133) y engaña al entrevistador cuando declara que “el Régimen es lo bastante criminal para hacer aquello que probablemente hizo”. Se refiere al atentado químico en Goutta, Siria, que dio rápido fuelle a las maniobras anglo-franco-estadounidenses para un ataque directo pesado aéreo y naval, aunque truncado a la postre dado el escepticismo o prudencia de poblaciones y cámaras legislativas ante la inconsistencia de “pruebas” e “imputaciones”. Ésas cuya repetición auto-convence ya a pocos más que a propagandistas bélicos al estilo del entrevistado.
Armadans usa aquí lo que en Lógica formal llaman “falacia ad hominem”, viviendo así de la renta sembrada por toda la acumulación anterior de embustes. Como el retrato espectacular del “criminal assádico” es poco menos que un a priori entre lectores, Armadans se siente confortable dando liebre por gato: esto es, cargando la “probable” autoría del hecho en el lote de la tendenciosa imagen ya antes cargada en el “actor”. Una falacia ad hominem de manual de Secundaria.
Ser peón de una Fundació-eco del espectáculo da al entrevistado la arrogancia suficiente como para saltarse los hechos a la torera; hechos que, no olvidemos, han de fundamentar cualquier apreciación de “autoría química”. Aunque, para el caso de Goutta, es el propio Proyecto acusatorio el que ha estado enunciando apreciaciones de antemano sobre “hechos” a través de su tejido organizativo “cívico y no-gubernamental”, desde apenas unas cuantas horas después de fabricado (por la acusación) el auténtico hecho material.
Al hilo, Ardamans “apuntala” acto seguido by the beautiful face: “Los hechos más objetivos apuntan hacia el Régimen”. Con esto contraviene a la Comisaria de la ONU la suiza Carla del Ponte; a la hermana Soeur Marie Agnés Lacroix (quien habló con y recogió decenas de testimonios de las madres de los niños secuestrados en el noroeste y aparecidos luego en las filmaciones de Goutta); a la Comisión de Inspectores de Naciones Unidas llamada a Damasco por el Gobierno sirio a fin de investigar los ataques químicos contra el país y sacar a la luz la que viene siendo su autoría real desde varios meses atrás; a los Comisarios sobre el terreno que salían cada mañana escoltados por el ejército y recibían la mercenaria ráfaga balística en la chapa y ruedas de los vehículos, etc. Y enumera Ardamans el flagrante muestrario de objetividad inculpatoria, valore el lector: “(El Régimen) tenía armas químicas. Estaba constatado” (tenían con qué defenderse, como los coreanos...; malo. De eso puede inferirse y hasta “probabilizarse” que atentó el “Régimen” contra civiles en Goutta). “No era firmante del Tratado por su Eliminación” (malo, malo: Siria tenía intención de seguir defendiéndose y de disuadirle los pensamientos al sionismo, ergo “Assad debe de ser asesino de su propio Pueblo”). Además: “Posee los materiales y el equipamiento necesario para diseminarlos” (los rebeldes y sus Proveedores no, por lo que hemos visto en las inmediaciones de Alepo, o en los videos donde los rebeldes del ELS experimentan con conejos enjaulados y amenazan con esa química a la población alawí...). En conclusión: “La impresión, de entrada, es que el Régimen está detrás de este ataque”. ¿Pero esto es en serio?; ¿dónde está la cámara?. Quizás el señor Director del semanario El Triangle, el ilustre Jaume Reixach, sea un cachondo, y haya insertado en esta página 23 el fragmento de una de las divertidas parodias kubrickianas al General McArthy.
Al entrevistado, que es de los buenos, de las fuerzas de la Paz, de los civilizados iluminadores sobre desiertos orientales de Tiranía..., puede que la auto-complacencia en su bondad funcional le haya llevado a desocuparse de conocer los “detalles”, los Hechos. Eso constituiría ya per se negligencia e incapacidad, frivolité, tratándose de tan salvífica Fundació per la Pau. Pero yo no creo a ésta la cuestión. Y sí creo, en cambio, que el mercenario “pacifista” conoce la mercenaria autoría de lo que no fue sino un atentado químico dosificado por descarga controlada y diseminación, no aéreo ni por lanzamiento artillero, ejecutado por comandos del Ejército “Libre” “de Siria”. Estos últimos, instruidos y abastecidos químicamente en los campos jordanos de la CIA, penetraron desde el Sur camino a Goutta mientras comandos terceros entrados con tóxicos desde Turquía ejecutaban su parte de la “Operación”, asesinando a cientos de niños alawíes y sacándolos de las aldeas y pueblos del litoral montañoso ocupado por los sicarios, para transportar los cadáveres a Goutta e inflar las cifras de lo que iban a (re)presentar como “bombardeados por el Régimen”.
Así pues, uno no puede más que reír por no llorar cuando el fariseo, quien siempre ofrece veneno y acto seguido muestra la copa de agua cristalina que él va a beber, expone su “apertura mental”: “Entre los rebeldes hay tantos grupos y lógicas diferentes que es perfectamente imaginable que pudiera haber sido alguno de ellos”. Claro: los incontrolados, “los terroristas malos”, medievalizantes operando a su rollo o de la mano de los saudíes, a diferencia de “los terroristas buenos”, controlados por Qatar, Turquía, los Emiratos, Israel, los Estados Unidos y sus viejas marionetas europeas. Pero resulta que tantas “lógicas diferentes” subjetivas tienen a bien confluir en la senda objetiva que el Plan anglo-sionista marca. Por lo demás, la fechoría de Goutta fue ejecutada por “los terroristas buenos” del ELS -pagados por los qataríes y sionistas que cogen por el cuello de la financiación crediticia a los “grandes agentes económicos” catalanes y a su Generalitat, a su vez gestora de la Universitat Autònoma de Barcelona y subvencionadora de tanta fundació universitaria. Todo es lo mismo en última instancia, señor Ardamans; de “incontrolados” en lo de Goutta, nada de nada. El Pentágono ha sido cerebro y controlador de la Operación; lea las declaraciones de las esposas de los militares estadounidenses operantes, después de leídos sus e-mails. ¿Pero qué voy a contarle yo a usted, no?.
El entrevistado es, por tanto, cómplice bien de (A) abstenerse de indagar, de contrastar y en cambio acusar de tan grave acción desde el burdo desconocimiento de los hechos, o bien es cómplice de (B) disfrazar, apuntando “probabilísticamente” al “Régimen”, la verdadera autoría de un genocidio poblacional localizado. Matanza que en sí misma compartía tal objetivo de estigmatizar al Gobierno re-ubicándolo ya al otro lado de la Línea Roja y, quizás, allanando a genocidios de mayor potencia los carriles de la opinión masiva, de la “legitimidad de urgencia” y de la “legalidad internacional”. Claro que Armadans jamás osaría hablar a favor de una “intervención militar de Obama”, postura propia de belicistas, cowboys y derechosos. Él se congratula, por el contrario, de que la entrada en escena de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas desarmando el arsenal sirio “haya detenido una hipotética acción militar”. El gendarme, antes de proceder con su presa, se abalanza, la inmoviliza y desarma. El camino a generar el estado de alerta internacional demandante de tamaña acción de paz ha sido arduo; ha dejado tras de sí un reguero de matanza ejecutada por los interinos de los propios pacificadores.
Se lee a un Ardamans contento de que, con su concesión a la Organización contra las Armas Químicas, el Premio Nobel “vuelve a sus orígenes” este 2013. Y que lo diga: cínicos orígenes, cínica parroquia. Paz de los cementerios la que prepara, esta venal parroquia, con el desarme promovido. En 1997 Israel contaba ya con 280 cabezas nucleares. Ha llovido mucho desde entonces. Llovió por ejemplo, sobre el Status Quo, cuando en 2003 el Presidente Bashar Al-Assad propuso un desarme químico general en la región, Israel incluido, y todos sacaron el paraguas para no mojarse. Un hecho más desterrado del relato del “régimen lo bastante criminal” en boca de los cientos de Ardamans que el Imperio viene integrando en su Régimen ideológico. A la pregunta alusiva al trasfondo supuestamente “bélico” “sirio” de la presente edición Nobel, responde el entrevistado que “generalmente, el premio (se refiere al Nobel de la Paz, NdR) tiene cierta vinculación con la realidad informativa”. Justo lo contrario es cierto: han sido la irrealidad informativa y la macabra realidad en unitaria conjunción, aquello que ha presionado con éxito en pro del desarme sirio, siendo esa Totalidad de Bloque asesino santificada por sí misma con un premio asignado a un amable nombre más con que la Totalidad se auto-enuncia (la Organización para la prohibición...). Elevar el trofeo es elevar el atentado de falsa bandera al plano de la ideología. Lo mismo hacen los aplausos de Ardamans.
La Corte de “pacifistas” cooperantes con la concentración del monopolio de la violencia armamentística en manos del Hegemonismo anglo-sionista, le hacen flaco servicio a la paz. Ellos lo saben; cobran por ello. A la pregunta de si sabe quiénes poseen “todavía” armas químicas, el lobo, zorrunamente adiestrado y con tan gruesa piel de cordero, no comete la desnudez de repetir a las claras la cantinela que recitan sus Amos “de más feo rostro”, es decir, enumerar a Corea, Irán, el Eje del Mal en definitiva. Armadans se limita a responder “Sólo quedan los Estados Unidos y Rusia, […] y algunos países que no son firmantes del Tratado (de destrucción), como era el caso de Siria y algunos otros”. Sabedor de que el lector ya estará lo bastante condicionado como para suponer “por sí mismo”, arroja la piedra y enseña el pañuelo, pues él es partidario de “reducir los ejércitos y los militarismos”. Tras el farisaico nombramiento a los Estados Unidos, quienes destinan un presupuesto militar anual que dobla al resto del Mundo junto, y a quienes por tanto se la refanfinfla destruir su arsenal químico, el “crítico de la Super-Potencia” mete la cizaña que de verdad interesa. En fin, y como buen ave de carroña, no desperdicia la ocasión que la pregunta brinda a arrancar carne del genocidio libio y darle Salvas de justificación: “En Libia representaba que se había hecho limpieza, pero resulta que aparecieron armas químicas”. Podría pensarse que “teóricamente” no viene a cuento sacar a relucir a la Jamahiriya en la entrevista, ensuciándola y profanándola un poquito más después de muerta, pero por lo visto sí “viene al pelo” del cuento de Armadans. Así puede hacer caja a base de moraleja (“Después de todo, la OTAN halló que Gaddafi el Asesino hasta de su propio Pueblo, tenía guardadas armas químicas..., para nada bueno”). Por lo mismo, la moraleja se desdobla aquí funcionalmente en chantaje en pro de inutilizar las defensas sirias: “Assad, caso semejante, también las tiene. El Régimen debe desarmarse o...”.
A la última pregunta del entrevistador, referida a la propuesta de premiar a Vladimir Putin en la próxima edición, Ardamans contesta: “Cada año hay candidaturas de las que podría pensarse que son broma, pero son candidaturas que alguien hace en serio. Esperemos que ninguno de estos personajes tan extraños acabe siendo premiado”. O sea: Ardamans, tan plañidero contra las armas químicas y tan apologeta de su liquidación en Siria durante todo el transcurso de la entrevista, resulta luego que a Putin no lo ve merecedor de un supuesto galardón “a la contribución a la paz”. Solamente este dato ya muestra para quién trabaja este personaje tan supinamente peor que “extraño”:
Mientras el desarme sirio obedece a una táctica bélica en pro de asegurar un futuro ataque libre para Israel de riesgo de respuesta, el Presidente ruso Vladimir Putin sí ha destacado como artífice de paz. Sus baterías de S-300 instaladas en Siria son la paz. Sin Putin, hoy Siria sería Libia. ¡Ojalá no den a Putin el Nobel, y, si se lo dan, que éste renuncie o lo rompa en la recogida!; pues quienes se lo habrían de “conceder” dan tanta grima como el entrevistado. También Ardamans espera que no se lo den a Putin. Y yo espero que este personaje no vuelva jamás a ser entrevistado en ningún medio que se precie.
Como todo un archipiélago de organizaciones dependientes -cuando no creadas y dictadas por esas mismas manos que las alimentan-, la fundación por la paz se ha especializado, para el caso, en echar leña al fuego de la escalada exterior contra Siria; escalada que, en su montarse una coartada que la catapulte a dar su necesario salto cualitativo de agresión, ha precisado de confeccionarse realmente la víctima propiciatoria. ¿Y tienen la barra estos señores de llamarse Fundació per la Pau?.
Los sirios estamos ya muy hartos de la vil campaña que el social-imperialismo, vestido de “activismo”, de “ONG” o de “fundación”, aplica contra nuestro país y contra nuestro Pueblo. El veneno social-imperialista (la genuina arma tóxica) se auto-sublima y suena siempre con el “radical” nombre del “Pueblo”, de la “rebelión”, “de la paz”, “de la solidaridad internacional occidental”, “del anti-militarismo” y de la “Revolución”, exactamente igual que sus Amos y mecenas imperiales-clásicos hablan de “democracia”, “de Libertad y prosperidad económicas”, “de resistencia a la Tiranía”, de “civilización”, de “Mundo Libre” y de “desarrollar las regiones del Planeta”. ¡No se preocupen, señores!, que cuando los Pueblos del Mundo seamos efectivamente libres e inter-nacionales sean los organismos “internacionales” ahora propiedad del Hegemonismo, los sirios vamos a postular juzgarles a ustedes como lo que son: propagandistas de guerra y criminales animadores de la agresión.
(*)DIARIO UNIDAD
Liga Siria Anti-difamación