En la legendaria Montaña de los Querubines en Siria fue instalada la grandiosa composición escultórica "He venido a salvar al mundo". El monumento de bronce de El Salvador, de treinta y dos metros de altura, junto con el pedestal, se ve perfectamente desde Líbano, Jordania, Palestina e Israel, y es el símbolo de la esperanza de paz no solo en Siria sino también en todo el Oriente Próximo.

cristo monte querubines siria

                                        Foto: St. Paul and St. George Foundation


Así lo dijo entrevistado por La Voz de Rusia, el participante del levantamiento de la estatua y director de la Fundación de San Pablo y San Jorge, Samir Shakib el-Gadban.

 

“La idea de crear tal composición escultural surgió antes de que en Siria se desencadenaran los trágicos sucesos que hoy tienen lugar en el país. Fue un gran proyecto enfilado al restablecimiento y fortalecimiento de los lazos espirituales de Rusia con los países de Oriente Próximo”, explica Samir el-Gadban.

 

La idea surgió en 2005, con la bendición del Bienaventurado Ignacio IV, entonces Patriarca de Antioquía y todo Oriente. Él fue precisamente el padre de esta idea. La propia escultura representa la imagen de la Segunda Venida. Con las dos manos Cristo bendice y al propio tiempo pisotea a una serpiente, símbolo del mal. A su derecha se encuentra Adán y a la izquierda Eva, con la cabeza inclinada. Había varios lugares para la composición. Al fin y al cabo, el Patriarca de Antioquía escogió la Montaña de los Querubines. Sabido es que los querubines son un símbolo del Antiguo Testamento, que se utiliza en el Cristianismo y no es negado por el Islam.

 

El trabajo en el proyecto original duró ocho años y contó con la participación del clero de Siria, teólogos del monasterio de la Santísima Trinidad de Rusia y un escultor de Armenia. No hay un autor concreto; la composición fue creada, lo que se dice, por todos juntos. La más difícil fue la última etapa: la instalación de la escultura transcurría durante las acciones armadas en Siria.

 

“La instalación de la estatua fue una operación complicadísima, porque era imposible subir la maquinaria a la montaña. Todos los caminos estaban bloqueados. Una parte estaba bajo control de los rebeldes y la otra permanecía controlada por el ejército de Siria. Era necesario alcanzar acuerdos con todas las partes para que permitieran el paso de la maquinaria. Y saben, lo conseguimos hacer. La maquinaria pasó. Además habíamos acordado que durante la instalación de la estatua no sonara un solo disparo. Y en el curso de tres días ninguna de las partes hizo disparos”.

 

Nada de sorprendente ni singular tiene el hecho de que la estatua de Cristo Bendecidor se levantara en un país con población mayoritariamente musulmana. Samir explica:

 

“La composición fue creada desde las posiciones de la no negación de ninguna religión. Por ejemplo, suele considerarse que el Islam no admite las esculturas. Nosotros mismos hemos investigado la actitud del Islam hacia la escultura y la pintura cristianas. En el Corán no hemos encontrado una sola palabra de rechazo. Nosotros, junto con los musulmanes y los líderes espirituales del Islam, colocamos en la base de esta escultura en la Montaña de los Querubines cápsulas con palabras del Apóstol Pablo”.

 

Samir el Gadban destacó que la composición "He venido a salvar al mundo" tiene un profundo significado espiritual no solo para los cristianos, sino también para los musulmanes y judíos. Puede ser el símbolo de la paz en todo Oriente Próximo.


Cristo es para todos. Todo el mundo musulmán también espera la Segunda Venida. Debe acaecer en la mezquita de los Omeyas, donde, dicho sea de paso, yacen los restos de Juan el Bautista. En el Islam se considera que Jesucristo descenderá precisamente en el alminar blanco de la Gran Mezquita de Damasco y entonces tendrá lugar la salvación de la humanidad. La imagen de la Segunda Venida es el símbolo de las tres religiones monoteístas. Queremos que el nombre de Cristo detenga el derramamiento de sangre en Siria. Y nuestra escultura, seguramente, es en el mundo la única escultura no del pasado, sino del futuro. Es la escultura de la espera de la venida de Cristo. Y todos nosotros, la gente, tiene las esperanzas puestas en Cristo y no en las resoluciones políticas. Esperamos esta salvación”.

 

El significado simbólico de todo esto es que el monumento en Siria fue colocado el día de la festividad ortodoxa del Manto de la Virgen y el día en que los musulmanes de todo el mundo permanecen de pie en el Monte Ararat. Se trata de la culminación del hach o peregrinación a la Meca y Medina, que pone fin a la fiesta del Sacrificio (Eid al-Adha)

La Voz de Rusia, 26-10-2013


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