Gaza, la guerra de las palabras: “corredor humanitario”
En estos últimos días la prensa habla de un “corredor humanitario” que Israel acepta para el tránsito de provisiones de primera necesidad para los palestinos de Gaza, lo cual también incluye una tregua de tres horas, que los palestinos emplean para enterrar a sus muertos.
En estos últimos días la prensa habla de un “corredor humanitario” que Israel acepta para el tránsito de provisiones de primera necesidad para los palestinos de Gaza, lo cual también incluye una tregua de tres horas, que los palestinos emplean para enterrar a sus muertos.
En esta tónica se habla también de “alto al fuego humanitario” y sandeces por el estilo. ¿Qué de humanitario tienen las acciones de Israel?
Con el pretexto de que Hamás lanzó unos misiles (hecho que inclusive debe ser investigado para certificar si se trata del propio Hamás, teniendo en cuenta la conducta patológica mentirosa de Israel) que causaron algunas víctimas, en lugar de investigar a los responsables y realizar un trabajo eficiente de inteligencia, encuentran que la solución es arrasar con una población indefensa, segando a su paso vidas de mujeres, niños y ancianos y dejándolos no sólo sin viviendas, sino sin servicios básicos: les destruyen las instalaciones de agua y electricidad.
Como bien lo dijo ayer el cardenal Martino, voz oficial del Vaticano, Gaza es un gran campo de concentración.
Y no es un campo de concentración desde ahora, sino desde mucho tiempo atrás, pues les impiden el libre tránsito, violando su soberanía, les impiden la salida y se creen con autoridad para decidir la entrada de personas, lo cual ha empobrecido a la población, aislándola del mundo.
Entonces, ¿por qué seguir el juego de la prensa que aprueba estos homicidios, para llamar “corredor humanitario” a estos paréntesis? No hay tal corredor humanitario, no hay nada de humanitario en la cobardía asesina del estado sionista, lo que hay es sólo un descanso breve de la maquinaria homicida, que carga baterías cada vez con más fuerza.
Vemos pues que la prensa defensora de los crímenes no pierde el tiempo para maquillar el infame derramamiento de sangre. Desde tiempos de la invasión contra Irak ya tenemos un nuevo lenguaje: “daños colaterales” se llama al asesinato de civiles; “contratistas” se llama a los mercenarios; “operación quirúrgica” le llaman a la destrucción de viviendas, hospitales, museos, con personas incluidas.
Por ello resulta muy pertinente un texto anónimo (en francés), enviado al blog de Emir Sader en la publicación brasileña Carta Maior. Dice:
Con el pretexto de que Hamás lanzó unos misiles (hecho que inclusive debe ser investigado para certificar si se trata del propio Hamás, teniendo en cuenta la conducta patológica mentirosa de Israel) que causaron algunas víctimas, en lugar de investigar a los responsables y realizar un trabajo eficiente de inteligencia, encuentran que la solución es arrasar con una población indefensa, segando a su paso vidas de mujeres, niños y ancianos y dejándolos no sólo sin viviendas, sino sin servicios básicos: les destruyen las instalaciones de agua y electricidad.
¿Acaso Israel no anda presumiendo de tener la última tecnología militar y de espionaje? Entonces, son incapaces de identificar a los responsables de los lanzamientos de cohetes o tal vez son infiltrados israelíes los que los disparan, para así dar a Israel una burda justificación para su genocidio. El homicidio es intencional y es premeditado, quieren exterminar a los palestinos.
Como bien lo dijo ayer el cardenal Martino, voz oficial del Vaticano, Gaza es un gran campo de concentración.
Y no es un campo de concentración desde ahora, sino desde mucho tiempo atrás, pues les impiden el libre tránsito, violando su soberanía, les impiden la salida y se creen con autoridad para decidir la entrada de personas, lo cual ha empobrecido a la población, aislándola del mundo.
Entonces, ¿por qué seguir el juego de la prensa que aprueba estos homicidios, para llamar “corredor humanitario” a estos paréntesis? No hay tal corredor humanitario, no hay nada de humanitario en la cobardía asesina del estado sionista, lo que hay es sólo un descanso breve de la maquinaria homicida, que carga baterías cada vez con más fuerza.
Vemos pues que la prensa defensora de los crímenes no pierde el tiempo para maquillar el infame derramamiento de sangre. Desde tiempos de la invasión contra Irak ya tenemos un nuevo lenguaje: “daños colaterales” se llama al asesinato de civiles; “contratistas” se llama a los mercenarios; “operación quirúrgica” le llaman a la destrucción de viviendas, hospitales, museos, con personas incluidas.
Por ello resulta muy pertinente un texto anónimo (en francés), enviado al blog de Emir Sader en la publicación brasileña Carta Maior. Dice:
Cómo informar sobre la “guerra”
1) En Oriente Próximo son siempre los árabes los que atacan primero, y siempre es Israel el que se defiende. Esa defensa se llama “represalia”.
2) Ni árabes ni palestinos ni libaneses tienen derecho a matar civiles. A eso se le llama “terrorismo”.
3) Israel tiene derecho a matar civiles. Eso se llama “legítima defensa”.
4) Cuando Israel mata civiles en masa, las potencias occidentales piden que lo haga con mayor comedimiento. Eso se llama “reacción de la comunidad internacional”.
5) Ni palestinos ni libaneses tienen derecho a capturar soldados israelíes dentro de instalaciones militares con centinelas y puestos de combate. A eso hay que llamarlo “secuestro de personas indefensas”.
6) Israel tiene derecho a secuestrar a cualquiera hora y en cualquier lugar a cuantos palestinos y libaneses se le antoje. Su cifra actual ronda los 10 mil, 300 de los cuales son niños y mil, mujeres. No se precisa prueba alguna de culpabilidad. Israel tiene derecho a mantener secuestrados presos indefinidamente, ya sean autoridades democráticamente elegidas por los palestinos. A eso se le llama “encarcelamiento de terroristas”.
7) Cuando se menciona la palabra “Hezbollah”, es obligatorio añadir en la misma frase “apoyados y financiados por Siria y por Irán”.
8) Cuando se menciona “Israel”, está terminantemente prohibido añadir: “apoyados y financiados por los EEUU”. Eso podría dar la impresión de que el conflicto es desigual y de que la existencia de Israel no corre peligro.
9) En informaciones sobre Israel, hay que evitar siempre que aparezcan las siguientes locuciones: “Territorios ocupados”, “Resoluciones de la ONU”, “Violaciones de los Derechos Humanos” y “Convención de Ginebra”.
10) Los palestinos, lo mismo que los libaneses, son siempre “cobardes” que se esconden entre una población civil que “no los quiere”. Si duermen en casa con sus familias, eso tiene un nombre: “cobardía”. Israel tiene derecho a aniquilar con bombas y misiles los barrios donde duermen. A eso se le llama “acción quirúrgica de alta precisión”.
11) Los israelíes hablan mejor inglés, francés, castellano o portugués que los árabes. Por eso merecen ser entrevistados con mayor frecuencia y tener más oportunidades que los árabes para explicar al gran público las presentes reglas de redacción (de la 1 a la 10). A eso se le llama “neutralidad periodística”.
12) Todas las personas que no están de acuerdo con las sobredichas Reglas, son, y así debe hacerse constar, “terroristas antisemitas de alta peligrosidad”.