recep tayyip erdogan 2Analistas y expertos creen que el respaldo del Gobierno del presidente turco, Recep Tayyep Erdogan, a los terroristas sirios es la principal causa de la inseguridad reinante en Turquía.

En un artículo publicado este jueves en el diario español ABC, el periodista Francisco de Andrés, especializado en Oriente Medio y periodismo internacional analiza la relación de Erdogan con los grupos terroristas sirios, EIIL (Daesh, en árabe) y Frente Al-Nusra (Filial de Al-Qaeda en Siria) en particular y su efecto sobre la seguridad turca.

Aunque aún ningún grupo terrorista ha reivindicado oficialmente la autoría del triple ataque suicida con bombas que sacudió el martes el aeropuerto Ataturk de Estambul, que dejo 41 muertos y más de 200 heridos, no obstante, todo apunta hacia los terroristas sirios.

Numerosas pruebas evidencian las relaciones entre el Gobierno turco y los terroristas sirios pese a la negativa de Ankara. En 2015 un vídeo publicado por el diario turco Cumhuriyet, demuestra el proceso de envío de armas por parte de los miembros de la Organización Nacional de Inteligencia de Turquía (MIT, por sus siglas en turco) para los integrantes terroristas en Siria, en 2014.

En 2014, fuerzas turcas de policía durante dos operaciones separadas en las ciudades de Adana y Hatay, ambas en las cercanías de la frontera turco-siria, detuvieron a una serie de camiones lleno de armas y municiones.

Posteriormente, el diario turco Today's Zaman informó que documentos filtrados que circulan por Internet confirman que los camiones de MIT entregan armas a los terroristas que luchan en Siria para derrocar al Gobierno del presidente Bashar al-Asad.


Desde entonces, abundantes informes –tanto de la prensa internacional desplegada en la región como de diplomáticos occidentales– coinciden en denunciar que los 910 kilómetros de frontera entre Turquía y Siria se han convertido en una autopista para que los terroristas sirios entren y salgan de territorio turco tanto para avituallarse como para curar a sus heridos en la guerra contra el Gobierno de Damasco.

Las principales razones del pacto tácito de Erdogan con Daesh, según De Andrés, son estratégicas: acabar con el Gobierno de Bashar al-Asad y beneficiarse del petróleo de los campos que controla Daesh en el norte de Irak. Los terroristas “tienen el crudo, pero necesitan cash. Así que negocio perfecto”, agrega.

Además, prosigue, Turquía recibía la parte del león de sus necesidades de petróleo de Rusia, hasta que las relaciones con Moscú saltaron por los aires debido al derribo del caza ruso Su-24, el 24 de noviembre de 2015, cerca de la frontera turco-siria, un bombardero ruso que retornaba a su base tras bombardear posiciones terroristas. Así que ahora satisface buena parte de sus necesidades negociando, a través de intermediarios, con los terroristas.

Pesa a que las autoridades turcas rechazan esa relación ya que no hay pruebas en contra, sin embargo, “El contrabando es la cultura de la región, y lo practican todos. Hace poco, un comandante del Ejército Libre Sirio, el movimiento armado contra Al-Asad que apoya EE.UU., admitió a The Financial Times que también ellos compran petróleo a Daesh, al que combaten de modo encarnizado en Siria”, aduce De Andrés.

En su opinión, el “califato terrorista” comprende mejor que nadie la lógica de la guerra en la región, y parece haber tomado la medida a Erdogan. “Así que un día negocia con él en materia de recursos, o de estrategia militar para acabar con el régimen de Al-Asad y los kurdos, tanto en Irak como en Siria; y otro día le extorsiona, para que sienta también la amenaza. Esa es la lógica de los atentados terroristas en Turquía de los últimos doce meses (…)”, explica.

De acuerdo con el periodista, Turquía no solo tiene que satisfacer a los terroristas en Siria, sino también a sus aliados occidentales como EE.UU. y la OTAN de la que es un socio clave. “Así que Ankara se siente en la obligación de jugar con doble baraja, moviendo ficha según la intensidad del golpe que reciba por la derecha o por la izquierda”, de hecho, se ve obligado a optar por un doble juego, recalca.

Uno de los puntos de inflexión de ese doble juego de Erdogan que al parecer no gustó nada a los terroristas de Daesh, explica, tuvo lugar a finales de 2015 cuando Turquía ofreció a Estados Unidos sus bases para la campaña de bombardeos en Siria de posiciones de Daesh.

La medida fue respondida por los terroristas con numerosos ataques en Turquía, el más sangriento en Ankara, con un procedimiento similar al utilizado el martes por la noche en el aeropuerto de Estambul.

Por último, De Andrés cuestiona la trayectoria de la intervención turca en la la llamada coalición internacional, liderada por EE.UU., que alega luchar contra el grupo takfirí Daesh.

“Mientras los aviones norteamericanos despegan desde las bases de Anatolia para bombardear los alrededores de Al-Raqa (norte de Siria) y otros bastiones de Daesh en Siria, los aparatos turcos optan por rediseñar sus hojas de ruta para castigar posiciones de las Unidades de Protección Popular (YPG)”, ya que vincula esta formación kurdo-siria con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, por sus siglas en kurdo), concluye.

 

Hispantv, 30.06.2016