En el único debate previo a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, los candidatos Marine Le Pen y Emmanuel Macron se enfrentaron en ásperas críticas mutuas, siendo las más contundentes las de Le Pen, quien acusó al autoproclamado representante de la izquierda de defender intereses de las grandes empresas que afectan la soberanía francesa, ser complaciente con el terrorismo y propiciar la precarización del trabajo, verdades que la gran prensa (controlada por círculos prooficialistas al cual pertenece Macron, quien fue ministro el actual gobierno de François Hollande) no suele publicar.

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El encendido debate, en la noche de ayer, comenzó con un ataque de Le Pen, candidata del Frente Nacional, a Macron, de ¡En Marcha!, por ser el “heredero” del quinquenio de Hollande, a quien calificó de representar la mundialización salvaje, la “uberización”, la precariedad, la guerra de todos contra todos, el saqueo económico de los grandes grupos, de la carnicería de Francia, del desplazamiento de la bondad por el chisme, de la sonrisa estudiada que se transforma en rictus a medida de la audiencia, “es el hijo predilecto de la élites a quien se le ha caído la máscara”, espetó.

Disgustado y esforzándose por no hacerlo notar, Macron replicó que Le Pen ha heredado un nombre, un partido político, un sistema que prospera con la indignación de los franceses y que no tiene voluntad de un debate democrático. Pese a ello, fue Macron quien faltó más al comportamiento democrático al interrumpir reiteradamente el discurso de su rival, a quien, para caricaturizarla la tildan de “extrema derecha”, pese al comportamiento de Hollande, caracterizado por un extremo sometimiento al gran capital y a la violación del derecho internacional, al haber respaldado las correrías bélicas de Hillary Clinton en violación del derecho internacional en otros países.

Le Pen, quien tildó a Macron de ser un “Hollande junior”, lo acusó de querer esconder que siendo ministro de Economía de Hollande es autor de la ley “El Khomri”, que ha precarizado el trabajo y creado el desempleo más grande y definió la filosofía de su adversario como “todo es para venta y compra” sin ver las relaciones humanas, tan sólo las ganancias que se pueden obtener.

Macron respondió tratando de descalificar el programa económico de Le Pen tildándolo de proyecto escondido que creará déficit y dependencia de los mercados financieros y aumentará los impuestos y la deuda.

Le Pen acusó a Macron de no haber explicado el origen de su patrimonio y espera que no salte una cuenta offshore en Bahamas, ante lo cual Macron se victimizó diciendo que es una difamación.

Jubilación
Macron criticó a Le Pen por proponer jubilación a los 60 años o con 40 años de cotización, porque costará 30 mil millones de euros y no será financiable, a lo cual ella replicó que son 17 mil millones. La candidata echó en cara lo mal que lo pasan los jubilados con Hollande, pues no alcanzan a cubrir el costo de vida al final del mes.

Terrorismo
Le Pen subrayó que la problemática del terrorismo está totalmente ausente en el proyecto de su contendor y propuso expulsión inmediata de los extranjeros fichados como “S” (acusados contra la seguridad del Estado) y acusó a Macron de ser complaciente con los fundamentalistas islámicos. Como se sabe, durante el gobierno de Hollande se han sucedido unos tras otros los ataque islámicos más sangrientos contra Francia.

Macron adujo que han reforzado los controles fronterizos y que recurrirán a información de la Unión Europea para las migraciones y acusó a Le Pen de votar contra el control en los aeropuertos y que los terroristas quieren que ella gane para radicalizarse y llevar al país a la guerra civil.

Le Pen recordó que la izquierda que Macron representa participa en reuniones donde no le importa la presencia de radicales islámicos y relacionó esa tolerancia con los millones de países como Arabia Saudita.

El euro
Le Pen propone cambiar el euro por una moneda nacional. “El euro es la moneda de los banqueros, no la del pueblo”, dijo, a lo cual Macron dijo que trabajaría para un euro fuerte y la defensa de los intereses de Francia.

Sobre Rusia y los Estados Unidos, Le Pen planteó mantenerse a igual distancia de ambos países y sostener relaciones comerciales y diplomáticas, a lo cual Macron alegó que no sería bien visto.