La izquierda obtendría el 40,6% frente al 40,3% de la Alianza, aunque estarían empatados a 143 escaños. Los ultraderechistas Demócratas de Suecia (SD) alcanzan el 17,6% y 63 escaños.

Suecia afronta un incierto panorama político tras las elecciones generales de este domingo, en las que el bloque gubernamental de izquierda y la opositora Alianza de centroderecha han obtenido casi el mismo resultado y el ultraderechista Demócratas de Suecia (SD) ha subido varios puntos y ha reforzado su papel de árbitro.

A falta de escrutar menos de un centenar de los más de 6.000 distritos electorales y contabilizados más del 95 % de los votos, la izquierda aventajaba a la Alianza por unas décimas (40,6 % frente a 40,3 %), aunque las proyecciones de la Autoridad Electoral de Suecia los colocaban empatados a 143 escaños, por 63 del SD.

Pequeñas variaciones porcentuales podrían decantar el triunfo para uno u otro bloque, aunque lo que no cambiará es la victoria del Partido Socialdemócrata, la fuerza política que ha ganado todas las elecciones en Suecia en el último siglo, aunque ahora lo hace con su peor resultado de siempre.

Aunque los socialdemócratas del primer ministro, Stefan Löfven, han mejorado los pronósticos de los sondeos, el 28,6 % provisional es más de dos puntos peor que el resultado de hace cuatro años.

El Partido Moderado (conservador), líder de la oposición, ha sido segundo con el 19,8 %, sus peores cifras desde 2002.

Aunque por debajo de lo que apuntaban los sondeos desde principios de verano, el SD sube casi cinco puntos hasta el 17,6 % y suma cinco comicios seguidos ganando votos.

Los socios en el Ejecutivo de minoría de Löfven, el Partido del Medio Ambiente, caen 2,5 puntos hasta el 4,3 %, mientras que sus aliados externos, el Partido de Izquierda, obtienen el 7,9 %, dos puntos más que en los anteriores comicios.

Löfven, abierto a negociar entre los partidos 'decentes'

Los otros tres miembros de la Alianza han mejorado sus resultados: el Partido de Centro, del 6,1 al 8,6 %; el Partido Democristiano, del 4,6 al 6,4 %; y el Partido Liberal, del 5,4 al 5,5 %.

El bloque gubernamental ha retrocedido tres puntos porcentuales, mientras que la Alianza ha ganado nueve décimas.

Pero la igualdad entre los bloques y el aislamiento en el que han mantenido hasta ahora al SD, por su corte xenófobo, dificultan las predicciones sobre qué partidos podrían gobernar o incluso si se convocarán nuevas elecciones en caso de que sea imposible un acuerdo sostenible.

Durante una comparecencia pasada la medianoche, Löfven ha asegurado que no tenía pensado dimitir y que, aunque su partido no ha obtenido el resultado esperado, ha sido "claramente" el más votado y ha hecho un llamamiento a enterrar la política de bloques y a negociar entre todos los partidos "decentes", excluyendo al SD.

Löfven, que ha recordado los vínculos con el nazismo del SD en sus orígenes hace 30 años, ha hablado de resultado "poco claro" y de que es necesario no hacer especulaciones.

Kristersson rechaza el ofrecimiento de Åkesson

El líder del SD, Jimmie Åkesson, había invitado una hora antes al cabeza de lista conservador, Ulf Kristersson, a iniciar conversaciones para formar un nuevo ejecutivo y asegurado que su partido es el auténtico ganador y que está listo para asumir su responsabilidad.

"Estoy preparado para hablar con todos los partidos, pero en especial invito a Ulf Kristersson a discutir cómo gobernar este país de ahora en adelante", ha dicho en su cuartel electoral Åkesson, quien le ha recordado que no tiene mayoría y depende de sus votos.

Kristersson, quien ha comparecido media hora después, ha ignorado el ofrecimiento de Åkesson, ha pedido la dimisión a Löfven y le ha llamado a consensuar con él cuestiones importantes para facilitar la gobernabilidad.

"Mi ambición ahora es formar un nuevo gobierno que asuma su responsabilidad y que una al país en una situación complicada", ha afirmado Kristersson, quien ha admitido que no será "una tarea fácil" y que en las próximas horas tiene pensado iniciar contactos con sus socios en la Alianza.

Pero si Kristersson no es capaz de consensuar algún acuerdo antes con la izquierda, se arriesga a perder una hipotética votación en el Parlamento, que debería efectuarse antes del 8 de octubre, dos semanas después de la constitución del nuevo Parlamento.

El sistema sueco establece que no es necesario tener mayoría absoluta para ser elegido primer ministro; basta con no tener una mayoría en contra.

 

RTVE, 09.09.2018