Políticos alemanes y franceses condenan los métidos empleados por compradores de los EE. UU., como confiscar pedidos o pagar tres veces más y en metálico, para 'robarles' los encargos.
En medio de la escasez de equipos de seguridad esenciales que padecen muchos países en su lucha contra la pandemia del coronavirus, políticos de Francia y de Alemania han acusado esta semana a EE.UU. de practicar "piratería moderna" y de utilizar medios ilícitos para obtener mascarillas.
"Métodos del Salvaje Oeste"
El ministro del Interior del estado de Berlín, Andreas Geisel, denunció el viernes en un comunicado que 200.000 mascarillas ordenadas por la capital alemana para la Policía fueron confiscadas por funcionarios estadounidenses en un aeropuerto de Bangkok.
"Vemos esto como un acto de piratería moderna", indicó Geisel, que explicó que las mascarillas FFP2, que protegen al usuario contra la infección, fueron ordenadas a una empresa estadounidense y pagadas.
"No es así como se trata a los socios transatlánticos. Incluso en tiempos de crisis global, no deberíamos regirnos por los métodos del Salvaje Oeste", aseveró el político, instando al Gobierno federal de Alemania a exigir a Washington que respete las normas internacionales. Según medios alemanes, Berlín había comprado las máscaras de la compañía estadounidense 3M, que tiene fábricas en China.
"Búsqueda del tesoro"
Mientras, en Francia, tres presidentes regionales, Jean Rottner (Gran Este), Renaud Muselier (Provenza-Alpes-Costa Azul) y Valérie Pécresse (Isla de Francia), han acusado a compradores estadounidenses de pagar más y en metálico por apoderarse de envíos de máscaras destinadas a Francia.
En una entrevista a RT, Renaud Muselier denunció este miércoles que en China, "directamente en la pista", los estadounidenses compraron un pedido francés pagando en efectivo, por lo que el avión que debía partir hacia Francia se dirigió a EE.UU.
"Lo que está sucediendo con los estadounidenses es bastante terrible, pueden, en la pista, recomprar cargas enteras, pagando en efectivo", confirmó Jean Rottner esta semana a RMC.
Por su parte, Valérie Pécresse, presidenta de la región de Isla de Francia, describió la carrera por obtener máscaras como una "búsqueda del tesoro". La dirigente regional relató que encontró un stock de máscaras disponibles, pero al final fueron unos compradores estadounidenses no identificados quienes las obtuvieron, al proponer pagar tres veces más y por adelantado, algo que las autoridades de la región francesa no pueden hacer porque necesitan comprobar la calidad.
Tras estas acusaciones, un alto funcionario de la Administración norteamericana declaró a AFP que el Gobierno de EE.UU. no ha comprado ninguna mascarilla que fuera a ser entregada por China a Francia, y que las informaciones que afirman lo contrario son "completamente falsas".
Con información de RT