Tomás Lobo

La indecisión que prima en el electorado de Costa Rica contrasta con una certeza común: gane quien gane los comicios de este domingo tendrá el desafío de mejorar la situación económica del país centroamericano, sacudida por la reforma tributaria y la pandemia de COVID-19.

 

San Jose

 

Los principales aspirantes a la presidencia de Costa Rica presentaron sus bocetos de fórmula para reactivar la economía nacional, azotada además por un repunte en los contagios de covid-19 que tomó por sorpresa a la administración del mandatario saliente, Carlos Alvarado.

El jefe de Estado más joven en la historia reciente del país centroamericano -asumió con 38 años- paga ahora las consecuencias de sus proyectos impopulares, que también le pasaron factura al candidato del gobernante Partido Acción Ciudadana (PAC), Welmer Ramos.

La mencionada reforma tributaria fue rechazada casi desde su anuncio por diversos sectores de la sociedad tica, alarmados por un alza en los impuestos que, por demás, parecía inevitable para sanear las finanzas públicas y darle cierto margen de acción al aparato estatal.

De hecho, aquel proyecto de ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas parecía la única idea que traía el equipo económico de Alvarado, quien apostó además a que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le sacara las castañas del fuego con un préstamo de 1.778 millones de dólares.

La negociación de dicho acuerdo detonó una ola de protestas populares que sacudieron entre septiembre y octubre de 2020 al país de la "Pura Vida" (eslogan turístico de Costa Rica), que ya sufría los estragos de la emergencia sanitaria en la economía doméstica.

UN BALANCE ESTADÍSTICO

Según cifras oficiales, Costa Rica cerró 2021con un déficit fiscal de 5,18 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), una tasa de desempleo de 14,4 por ciento y casi un cuarto de la población en condiciones de pobreza.

Indicadores como estos propiciaron que 72 por ciento de los entrevistados por la Universidad de Costa Rica para una reciente encuesta tuvieran una opinión negativa del Gobierno saliente, si bien reconocen que pusieran el manejo de la pandemia en manos del Ministerio de Salud.

Sin embargo, luego de la contracción económica de 4,1 por ciento sufrida en 2020, el país creció 7,6 por ciento en 2021, más de lo previsto, aunque analistas locales estiman que fracasaron los planes de reactivación, en especial los de apoyo a la pequeña y mediana empresa.

ALVARADO SE DEFIENDE

Según Alvarado, su administración fue responsable en materia fiscal y dejará "la casa ordenada" a quien gane en los comicios de este domingo, o en una eventual segunda vuelta, prevista para el 3 de abril.

"Esta casa está ordenada. Pero como cualquier casa, hay que estar limpiando y ordenando todos los días. Mi preocupación es que no sigamos en esta ruta. Mi preocupación es que nos metamos, otra vez, en una fiesta del gasto no responsable", dijo el jefe de Estado en rueda de prensa el pasado 26 de enero, durante una conferencia de prensa desde la Casa Presidencial.

Alvarado valoró el logro de un déficit primario de 0,28 por ciento del PIB: tal cifra, sin precedentes desde 2008, es el resultado de los ingresos menos los gastos, sin contar el pago de la deuda pública.

Otro hito de su gestión fue el avance en el Plan Nacional de Descarbonización, con 99,98 por ciento de la generación eléctrica a partir de fuentes renovables, así como la preservación de una capa forestal que cubre 53 por ciento del territorio nacional.

Además, en mayo pasado Costa Rica ingresó a la exclusiva Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), cuyos socios representan alrededor del 80 por ciento del comercio y las inversiones a escala global.

DESAFÍOS FUTURO

Para el politólogo Gustavo Araya, quien asuma la presidencia el próximo 8 de mayo debe tener claro que no habrá sido escogido por una mayoría y, por ende, tendrá en contra que la mayor parte de la población no le quería de entrada, como para elegirlo en la primera ronda.

"Con una población que no le respalda mayoritariamente, con la Asamblea Legislativa en contra y potencialmente la institucionalidad que no se saltará fácilmente, además de todos los sectores como filtro, tendrá una dificultad mayor de cristalizar sus propuestas", alertó Araya en Twitter.

El director del Instituto Ciudadano, organización especializada en el monitoreo electoral y análisis de sondeos, señaló además los peligros para la democracia de los populismos manipuladores, que simplifican al extremo los problemas y las soluciones, como si bastara la mera voluntad política.

Por lo pronto, el desafío inicial será implementar la restructuración del gasto público exigida por el FMI para desembolsar el préstamo y oxigenar la endeudada economía de una nación que, a pesar de los pesares, se vende como una de las más felices del mundo.

 

Con información de Sputnik