Lourdes Gómez
Cressida Dick, comisionada de la Policía Metropolitana de Londres (Met), renunció finalmente a su cargo tras graves críticas de racismo, misoginia y homofobia en la fuerza y con la investigación inconclusa del "partygate", que implica al primer ministro.
"¿Por qué ha tardado tanto?", cuestionó The Daily Mail en su portada del 11 de febrero. El tabloide conservador británico dio voz a la multitud crítica con la gestión de Scotland Yard de su ahora dimitida jefa suprema. Incluso su nombramiento, en 2017, fue controvertido. Dick estaba al control de la operación antiterrorista que resultó en la muerte del brasileño Jean Charles de Menezes, cuando policías armados le confundieron con uno de los islamistas del atentado en el transporte público, en julio de 2005.
PÉRDIDA DE CONFIANZA
La renuncia de su puesto en la Met fue precipitada por el alcalde de Londres, Sadiq Khan, quien comparte la responsabilidad externa sobre la más importante fuerza policial del Reino Unido con la ministra del Interior, Priti Patel.
"Es obvio que el alcalde ya no tiene suficiente confianza en mi liderazgo. Me ha dejado sin más opción que retirarme como comisionada", apuntó en su comunicado de dimisión. Dick seguirá al frente del servicio durante un "periodo breve" a fin de "asegurar estabilidad" hasta que se efectúe el cambio de mandos.
En la bandeja de pendientes deja la investigación del "partygate", una serie de eventos celebrados durante las restricciones sociales de la pandemia en la residencia del primer ministro y otras sedes gubernamentales. La pesquisa policial se centra en 12 presuntas fiestas ilegales, incluidas unas cuatro a las que asistió el mandatario conservador, Boris Johnson.
Más de 50 políticos y funcionarios están en el punto de mira de Scotland Yard. Muchos saldarán un presunto incumplimiento de las normas del covid-19 con una multa de hasta 10.000 libras por delito. Para Johnson, en cambio, puede desembocar en un ocaso político por decisión propia o forzada por sus colegas parlamentarios.
JOHNSON COMPROMETIDO
Por lo pronto, el líder liberal demócrata, Ed Davey, trata de bloquear la injerencia del primer ministro en la selección del próximo comisionado. "Un individuo sujeto a una investigación criminal por parte de la Met no debería elegir a la persona que asuma el mando", tuiteó.
La investigación del "partygate" se suma a la cadena de decisiones polémicas de Dick. Abrió el caso hace unas semanas, ante el torrente de testimonios y pruebas recogidas en la revisión interna del escándalo. Se había negado hasta entonces a enviar a sus detectives a Downing Street bajo la excusa de que Scotland Yard no investiga infracciones de la pandemia con carácter retroactivo.
Dick ha perdido su posición por errores de gestión, delitos de agentes de policía y un plan de acción para resolver los problemas sin la urgencia ni profundidad requeridas por el alcalde de Londres. "No estoy satisfecho con la respuesta de la comisionada", anunció Khan al aceptar la dimisión de la primera mujer que dirige la Met desde su fundación, en 1829.
CULTURA TÓXICA EN LA MET
El edil había emitido en público un ultimátum que requería de la ahora jefa en funciones una estrategia para extirpar el "racismo, sexismo, homofobia, acoso, discriminación y misoginia" tantas veces expuesto en el seno de Scotland Yard.
El último informe independiente sobre la conducta dentro del servicio, publicado hace solo unos días, desvela una agresiva cultura machista, sexista, racista y homófoba. La investigación sacó a la luz mensajes de agentes que se jactan de pegar a sus parejas, insultan a gays y humillan a minorías étnicas, entre otras barbaridades.
"¿Has abofeteado alguna vez a tu señora? Así te quieren más", comenta uno. "Te violaría encantado... si fuera soltero odiaría follarte… si fuera soltero me encantaría cloroformarte", escribe otro. La revisión concluye que "no son incidentes aislados ni comportamientos de unas pocas manzanas podridas".
POLICÍA ASESINO
El asesinato de la treintañera Sarah Everard hundió la confianza del público en Scotland Yard. El autor del doble crimen era un policía de un cuerpo de élite, Wayne Couzens, con antecedentes e historial de exhibicionismo y abuso de jóvenes. Dick prohibió la vigilia en memoria de la víctima y sus operativos se ensañaron con fuerza con niñas y mujeres que desoyeron la orden y se congregaron en el sur de Londres.
La Met opera en el área metropolitana de Londres -con la excepción de la City, que tiene su propio cuerpo policial– y gestiona la lucha antiterrorista a nivel nacional. Es la fuerza con mayores recursos –unos 43.000 empleados y el 25 por ciento del presupuesto policial para Inglaterra y Gales– pero también es la más comprometida políticamente.
La ministra Patel desaprobó la manera en que el alcalde se deshizo de Dick, pero no trató de abortar el despido. Ambos acordaron el pasado septiembre extender por otros dos años el contrato de trabajo, que originalmente expiraba en abril. Ahora tendrán que ponerse de acuerdo en la selección del próximo jefe de Scotland Yard.
Con información de Sputnik